Capítulo 28

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Kaito:

Estoy de descanso hoy en el trabajo, Sakura está de viaje con ese tipo, sé que ella es una mujer sensata y sé que podrá manejar esa situación. Aún regresa mañana.

Pero al imaginar que está cerca de él, del hombre que fue lo más importante de su vida, mis celos son fuertes. Conozco a Sakura a pesar de no demostrarlo y en todos estos años seguir con su vida, siento que no lo ha olvidado.

A veces la he encontrado perdida en sus pensamientos, y otras veces sus lágrimas la traicionan y para no preocuparme es que siempre me brinda una sonrisa.

Estoy comprando unas flores de cerezos, ella está ausente y me dirigo a la tumba de Shin. El poco tiempo que convivió con nosotros llegué a apreciarlo mucho.

Veía a Sakura como se desvivía por él, era su motor y motivo para salir adelante y sonreir a pesar de las circunstancias. Y eso lo digo por la relación con su familia.

Cuando él nació, solo su madre estuvo en el hospital, aparte de mi y de Daidouji con Hiragizawa.

Al vernos y con su bebé en brazos, no evitó derramar unas lágrimas, y la entendía, deseaba que su padre y su hermano también estén con ella.

Hicimos que olvide su pena llevándola a casa de Daidouji, ahí ya le teníamos una pequeña fiesta de bienvenida para el bebé.

Esa tarde noche fue muy amena, la ví sonreír, pero esa sonrisa no llego nunca a mis ojos. El bebé recibió muchos presentes de nuestra parte, Daiduoji le confeccionó mucha ropa, Hiragizawa el coche y su cuna y yo le regale muchos peluches así como juguetes y sonajas.

Muy independiente de lo que ha pasado, ese bebé llegó con su bendición bajo el brazo.

Durante esos meses siempre estuve al pendiente de ella. Pero el ir a su casa era complicado, su hermano, ese infeliz ni ese título debería llevar, siempre nos tiraba la puerta en la cara, casi nunca estuvo con ella.

Alguna vez ella me contó que ni mira a su bebé.

¿Qué de malo le ha hecho ese ser inocente para no acercarse y tratarlo con indiferencia? Con Sakura lo puedo entender pero maltratar a los dos es terrible.

Lo que vivió al lado de ese tipo es lo peor que le pudo haber pasado. Cuando ella perdió a su bebé el comentario que hizo, me cegó de rabia que lo golpee con todas mis fuerzas.

Sakura está destruida, no para de llorar, su madre intenta consolarla pero es inútil. Para una madre el perder a un hijo es como si te arrancaran una parte de tu ser y de tu cuerpo completo.

Daidouji y Hiraguizawa están abrazados, ella está deshecha. El padre de Sakura está a un lado mirando todo con algo de culpa, pero sin botar ni una lágrima.

Me acerco a Sakura y la envuelvo en mis brazos. No se mueve solo sus lágrimas salen sin control. El médico sale y le pide que pase a despedirse para sacarlo en un pequeño cajón.

—No puedo—susurra despacio—. Él no está muerto para mí. Solo está durmiendo.

Daidouji se acerca, le toma las manos y la mirada que le da nos corta el corazón. Está destrozada, deshecha. En eso vemos a su hermano que se acerca. Su porte serio y sin atisbo de pena nos enoja a todos.

—Será mejor que pases de una buena vez, en el cajón será complicado que lo veas.

Ella lo mira con los ojos rojos, pero aún así no se conmueve. Con dificultad camina, quise ir con ella, en realidad todos quisimos estar con ella y no dejarla.

𝐍𝐮𝐞𝐬𝐭𝐫𝐨 𝐏𝐚𝐬𝐚𝐝𝐨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora