— Lo siento —reí por lo debajo saliendo de jefatura.
— No digas eso, por lo menos perdí esa aburrida clase —sonrió con malicia—, ¿Nos vamos a la cafetería? No falta mucho para que el receso.
— Sip.
— ¿Quieres un vaso caliente de chocolate derretido? —dijo ella sacando su tarjetita dorada de su bolsillo. Asentí levemente con mi cabeza sentándome en unas de las mesas de allí viendo como Mia le pedía dos vasos de chocolate derretido a la chica.
Después de unos pocos minutos, volvió con dos vasos en sus manos.
— Me quemé —se sentó ella y dejó los vasos encima de la mesa.
— Los hubieras cogido con papel, así no te quemarían.
— Okay, maestra Dolores —dijo ella amargamente a lo que yo reí mirándola.
— No seas dramática.
— Como digas —Mia le dió un sorbo a su vaso mojando sus labios de chocolate caliente.
— Estúpida —sonreí para también beber mi vaso. Por un momento se escuchó el timbre dándonos entender que el receso comenzó. Después de unos pocos segundos, los alumnos comenzaron a entar a la cafetería sentándose en las mesas y pedir sus desayunos.
— Mira quién viene por ahí —escuché a Mia.
Giré mi cuerpo en la silla encontrándome con la silueta de Jungkook junto con Mark entrar por aquella puerta. Me era imposible no soltar un suspiro como una estúpida ilusa.
Incluso la brisa venía a su favor.
— La baba se te va a caer, ___________ —se burló Mia.
Reincorporé mi postura volviendo a dar la espalda a la puerta intentado ignorar que Jungkook está en la cafetería.
— Es hermoso —escuchaba unos susurros. Hice una mueca de asco, él solamente es mío. Espera... ¿Qué vergas estoy diciendo?
— Hola chicas —Mark se sentó al lado de Mia.
— Hola —dijo Mia de lo más normal aún soplando a su chocolate caliente.
— Hola —escuché su voz en mi oído.
— Hola —saludé sintiendo mi corazón acelerarse. Él tenía ese Don de acelerar mi corazón sin ni siquiera tocarme.
De la nada, llevó su mano a mi muslo y comenzó a acaricarlo delicadamente haciéndome revivir a unos cuántos infartos.
— Jungkook...
— Shttt.
Quedé callada disfrutando de aquél momento pensando. ¿Si tantas chicas tiene detrás, por qué está conmigo? ¿Será verdad lo que dijo Mia? ¿Sería cierto que él esté enamorado de mí pero es un cobarde y no lo acepta?
Por un momento su mano se apartó de mi muslo para ir a su bolsillo y sacar una varita de chocolate.
— Quierooo —pedí.
— Tómala —sonrió él divertido así para sostenerla en sus dientes y palmear su regazo para que yo me siente encima suya.
Era tan sexy.
— Sabes perfectamente que no lo haré —negué con mi cabeza.
— ¿Uhum? —me miró. ¿Entonces el bebito quería jugar?
Sonreí también aceptando el reto para sentarme encima de él a ahorcadas poniendo mis manos en sus hombros. Al parecer, eso sorprendió a Jungkook pero no dudó ni un segundo en tomar mi cintura y acercarme más a él.
Tan solo miraba sus ojos rasgados. ¿Por qué me estoy dejando caer en tu juego?
Él al notar mi silencio, llevó su mano a mi trasero y le dió un leve apretón dándome una seña para comenzar.
Suspiré profundamente antes de comenzar a hacer esta locura. Acerqué mi boca a la varita y comencé a devorarla poquito a poquito, cada vez nuestros rostros se acercaban junto con nuestros labios. Podía sentir aquellas asesinas miradas de las chicas en aquella cafetería posarse en mí ¿pero saben qué? No me importaban.
Jungkook arrugó su nariz sonriendo cuándo solamente faltaba un paso para chocar mis labios con los suyos. De un movimiento rápido tomó la varita y estampó sus labios contra los míos en un rudo beso.
Tramposo. Pensaba mientras sentía sus labios encima de los míos. Todavía no correspondía, no estaba del todo segura, no quería parecer aquí una ilusa. Y eso pareció molestar a Jungkook.
Este llevó nuevamente su mano a mi trasero le dió un fuerte apretón sacándome un leve jadeo, a lo que él aprovechó en meter su boca y explorar toda mi cavidad bucal.
Esta vez si intervine intentado sacar su lengua, formando aquella guerra de lenguas. Pero todo eso se transformó en un beso completamente opuesto a tierno, era apasionado, salvaje y siendo sincera me encantaba.
Aveces pienso que en una vida anterior, era una total masoquista.
Nos separamos por falta del aire, pude observar que sus labios estaban rojos e hinchados. Era jodidamente hermoso. Sus ojos mostraban una cierta lujuria, un deseo que no se podía controlar.
Sentí un bulto debajo mía haciéndome sentir la reina del mundo. Lo había errecionado.
Lo había logrado.
Decidí levantarme de su regazo volviendo a sentarme en mi asiento sintiéndome la diosa del universo.
Observé a Mia la cuál seguía conversando con Mark. Esta con su mano disimuladamente me dió cinco a lo que yo sonreí inconscientemente.
— Tendrás un castigo.
Mordí mis labios intentado calmar todos los aullidos de gatita ilusionada que se formaban en mi interior.
— Okay.
— ¿Quieres?
— Claro que sí.
— Qué honesta.
— Prefiero ser honesta que ser una cobarde.
— Auch. Justo en dónde me vale verga.
Giré mi rostro encontrándome con el suyo. Jungkook me miraba burlonamente.
— Tu no cambias.
— Cambiame si puedes.
Lo intentaré. No perderé la esperanza en cambiarte, cariño.
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Love you bunnies ^^ Dejen vuestras estrellitas y comentarios 🐰❤️
