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•Smith ____________•

Habían pasado 3 días desde lo ocurrido con Dawid. Tres jodidos días en los cuales no logré decir nada a Jungkook por ser una cobarde.

Sé que estoy exagerando las cosas, pero no puedo decirle eso a Jungkook. ¿Qué le diré? ¿Dawid me besó y yo no me alejé? ¿O le digo que no le correspondí el beso pero no me alejé? Definitivamente estoy en la mierda.

Y lo más mierda de todo es que hoy tengo que hacer un supuesto trabajo con el hijo de su putísima madre; Dawid.

Intenté convencer al profesor para que me cambie de pareja, pero este no me hizo caso, así que hoy Dawid y yo nos veremos en la biblioteca de la universidad para hacerlo.

¿Por qué la vida se comportaba así conmigo?

Cogí mi mochila junto con las llaves de mi casa y mi celular para ir hacia la biblioteca.

Después de una caminata de unos diez minutos porfin logré entrar al infierno de la biblioteca. Paseé mi mirada por todos los estudiantes hasta encontrarme con aquél gilipollas; el motivo de estos días tan estresantes que estoy sufriendo.

Dawid al verme, hizo una seña para que me fuese a sentar con él y así lo hice.

— Hola linda.

— ____________.

— ow ¿todavía sigues enojada con lo del beso?

— No.

— ¿Entonces me explicas el por qué te distanciaste demasiado con tu grupo de amigos incluyendo a Jungkook? También quiero que me expliques el por qué estás intentando no encontrarte con ellos.

— Dawid....

— Okay, ya paro, reina.

— ___________, ese es mi nombre.

— ¿Qué te parece mi puta? Suena genial.

Lo miré fingiendo paciencia. Sabía perfectamente que si siguiese hablando así le tiraré encima la jodida mesa que tengo delante. Sin duda, era un auténtico gilpollas.

— Vente un momento, necesitamos ir a por cartulina para comenzar a hacer el trabajo —se puso de pie y yo lo miré dudosa.

— ¿A dónde iremos?

— A la sala del conserje, ahí siempre guardan las cartulinas —me informó, intenté descifrar su mirada la cuál no mostraba nada en concreto, así que confíe un poco en el y lo seguí. Pero simplemente estaba muy equivocada. Demasiado diría yo.

Lo supe tarde, demasiado tarde, cuándo Dawid cerró detrás nuestra la puerta del conserje guardado las llaves en su bolsillo mientras se acercaba a mí en pasos peligrosos.

— Dawid, aléjate —advirtí dando un paso hacia atrás.

— ¿Y si no?

— Gritaré para que vengan los profesores.

— Oh, descuida, nadie te va a escuchar, es de tarde ya, tan solo está una profesora en todo el instituto, la cuál está en la biblioteca muy entretenida —me acorraló contra el escritorio—, ¿Qué te parece si repetimos aquél beso? Me dejaste con las ganas el otro día.

— ¡Dawid, suéltame! —dije pero este rápidamente llevo su mano a mi boca tapándola.

— Si gritas otra vez, juro que no saldrás de aquí hasta que mueras con mi polla en tu coño ¿entendiste? —este cambió de comportamiento totalmente.

Ok, debo de admitir que ahora no estaba bromeando, su mirada me dió hasta un escalofrío.

— Así me gusta, que seas sumisa —dijo apartando su mano se mi boca así para tomar mis caderas y ponerme encima de aquél escritorio. Segundos después, de una manera ágil se posicionó entre mis piernas.

𝖧𝖮𝖱𝖬𝖮𝖭𝖠𝖲 || J.J.K & _________ || ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora