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•Smith _____________•

¿Hermanos? ¿Enserio? ¿En qué pensaba cuando dije eso?

— ¿Entonces somos los más odiados por Dios? ¿Cierto, hermanita mía? —Jungkook seguía dando por saco después de dejarme en ridículo delante de su madre.

Resulta que la señora Jeon tuvo un viaje, hoy volvía y tuvo que subirse a aquél autobús para llegar a la ciudad y encontrar a su chófer esperándola, pero también logré tener la peor vergüenza del mundo.

¡Ah! ¡Me odio! ¡¿Cómo pude decirle que él era mi hermano?! ¿¡Cómo logré decir que Jungkook era mi hermano!?

— Jungkook, si vuelves a decir eso te parto los huevos —me quejé irritada tirándome en el sofá al entrar a nuestro apartamento.

— Follar es bueno, pero entre hermanos es un gran pecado, cariño. Nos estamos metiendo en una cosa muy mala, seremos juzgados por Dios sin piedad alguna —rió él divertido, aún dando por saco.

— ¡Jungkook! —grité.

— Vale, ya paro —el río observandome, así para entrar al baño.

Recosté mi cabeza recordando de la vergüenza que pasé cuándo la señora Jeon se rió abiertamente observando mi reacción al decirme que Jungkook era su hijo. Pero admito que logré salvarme de los madrazos de mi padre.

Me levanté de aquél sofá intentado caminar hacia mi habitación para descansar, pero no terminé aquello ya que paré en el marco de la puerta abierta del baño observando cómo Jungkook se echaba crema para afeitar.

Era jodidamente tierno.

— Bien hermanita mía ¿no querrás ayudarme en afeitar esta poquita barba? —cuestionó divertido.

— No tienes barba, pendejo.

Él me miró quejándose.

— Déjame con la ilusión, gracias. —reí fuertemente ante su comentario y caminé hasta él para tomar la máquina de afeitar y tomar cuidadosamente su rostro entre mis manos; su rostro era algo valioso así que debe de ser tratado de la mejor manera posible.

— Eres muy hermosa —sonrió observando fijamente mi rostro concentrando afeitándolo.

— No se me olvidará lo que dijiste...

— ¿Te amo? ¿Eso es? —tomó mi cintura así para acercarme a él.

My heart, bom, bom.

— Si, eso —sonreí orgullosa observando su lindo rostro.

— Pues te lo repetiré las veces que quieras —pausó para tomar un mechón mío y ponerlo detrás de mi oreja—, te amo.

Sonreí ampliamente mirando su rostro. Él lograba enloquecerme, de echo, ya estoy loca por él.

Acerqué mis labios a los suyos y con cuidado para no mancharme de aquella especie de crema de afeitar dejé un corto beso en sus labios.

— Quierooo —hizo él un berrinche tomándome firmemente de mi cintura pidiendo otro besito.

Acerqué nuevamente mis labios y dejé otro besito sin mancharme.

— Te espero fuera —sonreí suavemente llevando mis manos a su cabello y desordenarlo. Antes de que él dijiera algo, salí del baño para ir hacia mi habitación.

Al entrar simplemente me tiré en la cama boca abajo tomando un profundo suspiro.

Al parecer, las cosas entre Jungkook y yo están mejorando. Y me gusta la idea.

— ¡___________! ¡Vente un momento! —lo escuché.

Con mala gana, me levanté de mi cómoda cama y camine hasta llegar a su habitación y entrar. Este se encontraba medio tumbado en la cama.

— Venta aquí —palmeó en el espacio que había entre sus piernas; a lo que yo obedecí sin rechistar. Sus manos me rodearon por debajo de mis pechos, así para darme una consola y tomar él también una.

— No sé jugar —informé al averiguar sus intenciones. Me acomodé mejor entre sus piernas chocando mi espalda con su firme pecho.

— Yo te enseño.

•Jeon Jungkook•

Tenerla acurrucada junto a mí era una sensación maravillosa. Jamás sentí esto y definitivamente me encanta.

Podía ver cómo sus párpados se cerraban de vez en cuando: seguramente tendrá sueño.

— ¿Quieres dormir?

— Si. Tengo sueño —bostezó así para tumbarse a mi lado en la cama y abrazar mi cintura ahogando su rostro en mi pecho.

— Duerme entonces, yo seguiré jugando un poco —sonreí dejando un besito en su cabeza así para seguir jugando con mi PlayStation.

Sus manos hacían presión en mi cintura, me era inevitable no admirar su rostro; tenía los párpados cerrados, su respiración era tranquila, sus manos apretaban mi cintura como si fuese yo su peluche.

La amaba tanto.
Lo admito; la amo y me detesto por sentir esto por ella. Había jurado no amar a ninguna después de ver lo que le pasó a mi mejor amigo Mark, y mirenme ahora, ___________ puede controlarme con tan solo un berrinche.

Dejé el mando se la consola para tumbarme mejor sobre la cama y dormir junto a ella haciendo la cucharita.

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