𝖧𝖮𝖱𝖬𝖮𝖭𝖠𝖲 || J.J.K & _________ || ✔

40

•Smith _____________•

— ¡Venga cacho de imbécil! —la voz de Jungkook sonó desde abajo a lo que yo me apresuré en tomar mi mochila y bajar rápido para irnos a la universidad. El fin de semana había pasado muy rápido.

Después de un trayecto silencioso pero nada incómodo llegamos a la universidad. Jungkook aparcó su coche en los aparcamientos libres de allá para bajar ambos juntos.

— Adiós Kookie —sonreí poniéndome de puntillas para besar sus labios. Este felizmente cedió al beso sin importarle nada ni nadie.

— Nos vemos luego, princesita —me sonrió para agacharse a mi altura sabiendo mi intención. Sonreí mirándolo, se encontraba a escasos centímetros de mis labios, sin esperar más llevé mi mano a su cabello y lo desordené un poco.

Era demasiado adorable.

— Eres muy... ah Jungkook —sentí mi corazón estallar cuando él río abiertamente para luego robarme otro beso.

— Nos vemos luego, se te hará tarde —dijo al separarse de mí.

Asentí con mi cabeza despidiéndome de él comenzando a caminar hacia la entrada e ir a mi clase.

Hoy a primera hora nos tocaba biología así que me apresuré lo más rápido posible, esa maestra me tenía bastante manía. Al llegar a mi clase, logré percibir las miradas de recelo provenientes de Mia y Hunwo. Enarqué una ceja cuando entendí el porqué; había un chico sentado entre ellos, estaba sentado entre ellos, en mi sitio, en mi jodido asiento. ¿Y este quién se cree?

— Quítate de mi asiento —advertí mirándole. Este levantó su rostro y me miró con una sonrisa... ¿burlona? Si, eso era.

— ¿Y si no qué? —su voz estaba llena de sarcasmo mientras su sonrisa era burlona y su mirada transmitía competitividad.

— Te pateare el trasero —sonreí de la misma manera sin dejarme intimidar por nadie—, levantate ya —puse mis manos sobre la mesa.

Este al parecer le gustó mi reacción ya que se puso de pie quedando frente a frente conmigo. De la nada, volvió a sonreír ¡ah! ¡idiota!

— Quiero ver que lo intentes.

Estaba apunto de hablar pero la profesora entró a clase.

— Señorita Smith, siéntate ya —me ordenó.

— Pero... —estaba a punto de hablar pero me interrumpió.

— Siéntate en la última fila ya.

Quise rechistar pero no me dejó tiempo, así que indignada miré a ese chico para colocar mi mochila en mi hombro y comenzar a caminar hacia el único asiento libre de la última fila.

— Encantado cariño, soy Dawid —escuché su voz burlona antes de sentarme.

Estúpido.

•••

Las tres primeras horas pasaron demasiado rápido, ahora mismo me encontraba en la cafetería con Mia y Hunwo.

— Qué hijo de puta —farfuré por lo debajo.

— Chicos y sus hormonas revolucionadas —Mia pasó del tema.

— ¡Me quitó mi sitio! —me quejé indignada.

— Y eso nos vale verga —respondió Hunwo queriendo sacarme de mis casillas.

— ¡Ya veras imbécil! —me puse de pié para pegarle pero él fué más rápido que yo, ya que se levantó y usó de escudo a Mia.