𝖧𝖮𝖱𝖬𝖮𝖭𝖠𝖲 || J.J.K & _________ || ✔

34

•Smith _______________•

No sé cuándo ni cómo pero ya nos encontrábamos en una de las habitaciones. Logré captar unas cuantas fotos de un niño pequeño, cosa que no me costó mucho trabajo identificar; era Jungkook junto con sus padres.

— ¿Es tu habitación? —pregunté rompiendo el silencio.

— Eso no importa ahora —sonrió de lado haciendo que su hoyuelo derecho se note—, lo que más importa ahora eres tú.

Mi estómago se revolcó.

— ¿Y-yo?

— Lo qué escuchaste. —sonrió acercándose a mí a pasos lentos y peligrosos. Por mi instinto comencé a caminar hacia atrás sin dejar de verlo.

— Y... ¿qué es lo que quieres de mí? —me percaté de que no había salida cuándo mi espalda chocó con una pared.

— Todo.

Esa palabra bastó para acelerar mi corazón. Y más cuándo este puso sus manos a mis costados y acercó su rostro al mío con una sonrisa de picardía.

Me era inevitable no ver aquél pequeño lunar debajo de sus labios, estábamos tan cerca que temía quitarle el oxígeno a Jungkook. Su pelo aún estaba húmedo haciéndole ver horriblemente sexy cuándo se relamió los labios sin dejar de ver los míos.

Mi deseo estaba aumentando.

Antes de que yo me lancé a besarle, él dió la iniciativa localizando mi cuello y con la punta de su nariz me hizo cosquillas —cosquillas de placer, supongo, ya que no me dieron ganas de reír, sino de jadear—. Colocó su boca en mi clavícula y comenzó a besar pasionalmente esa parte tan sensible de todo mi ser. Fueron besos húmedos, apasionados, salvajes y acompañados de mordiscos, cómo me gustaba, como me encantaba.

Por mi parte, jadeaba ante el suave roce que hacían sus labios en mi cuello. A esto si se le llama placer; o mejor dicho, las cincuenta sombras liberadas, pero en vez de Grey serán de Jungkook.

Suena tan sucio y me gusta.

Ahora sí que atacó mis labios, primero pasó su lengua por mi labio superior para luego mordisquear el inferior. Cuándo adentró su lengua en el beso de forma autoritaria tomó mi pelo enredándolo en su mano derecha y después dió un leve empujón hacía atrás haciéndome jadear en sus labios.

Creo que mis bragas se están mojando en este jodido momento. Me encantaba que sea así de salvaje. Así de perverso. Así de cabrón.

— Abre tus piernas Smith. Quiero arrodillarme ante tí, chupar tus flujos, tentar mi suerte y darte el mejor oral de tu vida. Quiero verte temblar de la excitación, quiero verte deseosa por mi pene ______________. Así que abre las piernas ahora. —dijo suciamente en mi oído y yo me estremecí por completo

Joder.
Si a todo, mierda.

•Jeon Jungkook•

Verla así, siendo sumisa, me volvía loco. Normalmente yo mantenía relaciones sexuales con toda chica que deseara, para mí era algo que venía por si solo, sin compromisos, sin nada de sentimientos, pero llegó ella y lo jodió todo. Jodió todo este maldito juego. Y realmente, no me importa, en lo absoluto.

Antes de comenzar mi trabajo, tomé nuevamente su pelo y lo jalé para estamparla rudamente contra mis labios. La bese de una manera tan nueva, tan salvaje que logró quitarle el oxígeno. En aquél beso dejé muy claro que era yo quién iba a dominarla hoy; hoy, mañana y siempre.

— Jungkook, venga... —gimió ella en el beso. Yo no hice nada aún y podía percibir el calor que transmitían sus muslos a los míos. Si no logro controlarme, podré ponerla a cuatro y follarla tan duro cómo me encantaba, pero tenía que mantenerme severo. Seré un poquito —solamente poquito— cuidadoso con ella —muy poquito—.