— ¡Joder ____________! —escuché la voz de Jungkook persiguiéndome.
Aceleré mi caminar por aquél pasillo intentando alcanzar los baños para meterme en ellos. Después de aquella aclaración salí de esa clase, pero ahora tengo al idiota de Jungkook detrás mía.
Con alivio puse mi mano en la puerta con el propósito de abrirla, pero sentí un jalón en mi brazo acorrolándome en los casilleros.
— ¡No actues como una niña pequeña! —escuché el grito de Jungkook.
— ¡¿Cómo quieres que no actue así después de todo?! —dije de la misma forma que él.
— No me cabrees ___________. Y ni se te ocurra desobedecerme.
— Mira como me importa —dije cabreada, sabía que Jungkook quería controlarme, pero eso no va a pasar jamás.
Su mano se posó en mi cuello con cierta fuerza.
— Si me vacilas otra vez, corres el riesgo de que te coma la boca —apretó más su agarré en mi cuello, pero esta vez acercó su cuerpo al mío, haciendo que nuestros cuerpos rozaran entre ellos, mientras me miraba con diversión.
— No estoy para estupideces —dije mirando sus ojos.
— Ni yo estoy para aguantar gilipolleces —dijo cerca de mis labios.
Su mano seguía en mi cuello impidiéndome mover, pero no me impedía respirar.
— Que ganas de meterme a la ducha contigo sin avisarte, ponerte contra la pared, llevar una mano a tu cuello y follarte sin piedad hasta que el aire nos falte —dijo Jungkook muy cerca de mi rostro relamiéndose los labios—, tan solo imagínatelo.
Quedé mirando sus ojos, estos mostraban una chispa de diversión. Sin esperar de más alcé mi rodilla hacia su antepierna, dándole en su punto más débil. Este inmediatamente me soltó y con su mano se aferró a su paquete sentándose en el suelo quejándose. Yo simplemente volví a mi postura y le miré en el suelo.
— Y que ganas tengo de que te corten la polla y así dejas de usar a las chicas como un puto juguete —sonreí mirándole.
— Estoy teniendo bastante paciencia contigo Smith, estás cavando tu propia tumba —dijo él alzando su rostro para verme.
Sonreí cínicamente.
— Mira como me importa —dije y sin vergüenza alguna le saqué el dedo. Jungkook me miró con los ojos abiertos con su mano todavía en su paquete, noté cómo se quiso levantar, así que rápidamente eché a correr desapareciendo por aquél pasillo, dejándo a Jeon atrás.
La siguiente vez que le pateé los huevos, se quedará sin sus hermosos jeoncitos.
Después de salir de la universidad fui a casa. Salí antes de que sea la hora, igualmente, no me importa.
Al llegar, simplemente fuí a mi habitación, tiré mi mochila en el suelo, cerré la puerta con seguro, para luego tumbarne encima de mi cama.
Estaba demasiado cansada, así que una siesta me vendría bien. Cerré mis ojos intentado dormir, pero no podía olvidar lo que había pasado. Jungkook sin duda, quiere tenerme a sus pies, pero eso no va a pasar, aunque por muy guapo que sea, no estaré detrás de un egocéntrico. Estaba pensando en todo hasta que el sueño comenzó a adueñarse de mí.
•••
Mis ojos comenzaron a abrirse después de aquella siesta. Aunque no sé si llamarla siesta, porque acabo de ver la hora en mi móvil y eran las 11 de la noche.
Vaya... Pues si que estaba cansada.
Me levanté perezosamente de mi cama y me metí a la ducha, después de un rato salí del baño y me puse mi pijama. Al dar por echa aquella acción, abrí la puerta de mi habitación y caminé hacia la cocina en busca de comida.
Después de comer mis cereales decidí asomarme por el salón. Hasta ahora no había rastro de Jungkook, así que si él no está en el salón, veré la televisión. Pero por mi mala suerte, pude notar su presencia en el sofá sentando.
No hice ningún ruido, ya que mis ojos lo estaban observando detalladamente, tenía algo en la mano, algo que no se veía desde mi escondite.
Mi curiosidad me mataba así que me acerqué a él, sin hacer ningún tipo de ruido, hasta que me tropecé con el sofá. Mordí mis labios cerrando mis ojos en forma de fracaso.
Jungkook giró para verme sin expresión alguna, no sabía si estaba enojado porque lo había interrumpido o estaba enojado por lo que le hice esta mañana en la universidad. Igualmente, no me importa.
— ¿Qué haces? —preguntó este mirándome para luego soltar humo de su boca.
Entonces eso era un cigarro.
— ¿Sabías que fumar mata? —dije evitando su pregunta.
— ¿Sabías que meterte en dónde no te importa también mata? —dijo Jungkook de la misma forma, con una sonrisa cínica plantada en su rostro. Después de darle un sorbo al cigarrillo volvió a soltar humo de su boca pero esta vez acompañándolo con un sorbo de una botella pequeña de Soju.
— Tus órganos van a morir —volví a repetir mirándole.
Su rostro estaba rojo, su pelo estaba desordenado y su camiseta no estaba bien puesta, es más, ni estaba sentado bien en el sofá.
— ¿Acaso te importa? —dijo este mirándome sentar a su lado.
— Cierto, no me importa. Pero solo te estoy adviertiendo —dije mirándole.
Jungkook se sentó mejor en el sofá y acercó su rostro a una distancia considerable al mío. Me sonrió y luego soltó humo de su boca haciendo que todo ese humo choqué con mi rostro. Podía percibir perfectamente aquél olor fuerte de Soju mezclado con el olor del cigarro.
Cerré mis ojos intentado no vomitar por lo asqueroso que olía.
— ¿Qué te pasa? ¿Odias al olor de Soju mezclado con cigarro... O me odias a mí? —me preguntó con una sonrisa cínica plantada en su rostro.
— A los dos tal vez —dije mirándole.
— Eso esperaba —dijo Jungkook amargamente para luego volver a su postura—, vete ya ¿porqué sigues aquí?
— Porqué quiero y porque puedo —respondí.
— ¿Ah si? Y yo también puedo follarte bien duro si no desapreces ahora mismo de mi vista.
¿Cómo puede cambiar de personalidad tan rápido?
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