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•Smith __________•

Habían pasado exactamente unos 3 días desde que Kristen se fue de casa.

En ninguno de estos días hablé con Jungkook. Aparte, ni siquiera lo veo en casa, llega muy tarde, así que me encuentra dormida.

Intenté evitar cualquier tipo de contacto visual con él. Su apariencia en casa me ponía bastante incómoda y muchisimo más su mirada.

Me había enterado de que Jungkook era de segundo año, es decir, solamente me supera por un año, también me enteré de varias cosas relacionadas con el...

Era ese típico chico que nadie se mete con él, el chico que tenía a todas bajo sus pies, todas las chicas de acá quieren acostarse con el, cosa que realmente me sorprende y aburre un poco.

Y dejando de lado a Jungkook, también mi amistad con Mia aumentó demasiado.

Permitenme decirles que se convirtió en una de las personas más importantes en mi vida.

Estaba caminando hacia la biblioteca de la universidad, sé que hoy no habrá nadie, ya que la profesora de guardia no vino, pero necesitaba urgentemente un espacio para hacer las tareas que tenía pendiente para quitarlas de encima.

¿Mia? Hoy no había venido, no sé que le habrá pasado, luego iré a verla por tarde.

Entre a la biblioteca despacio sin hacer ruido.

Para mi gran sorpresa, Jungkook, el mismísimo Jeon Jungkook, estaba ahí.

Pero no me refiero a estar de no hacer nada, sino que... Se estaba haciendo él solito una paja.

— Bebé, es de mala educación entrar sin tocar la puerta —dijo en un gruñido para ponerse su pantalón.

Realmente no ví nada, ya que estaba de espaldas.

— ¿Te cortaron la lengua? —preguntó acercándose a mí.

Comencé a dar pasos hacia atrás intentando encontrar la manilla de la puerta para escapar de aquí.

Al encontrarla quise abrir la puerta, pero Jungkook supo mi intención, así que en un movimiento rápido me alejó de la puerta acorrolándome a una pared.

— ¿A dónde pensabas escapar? —preguntó pegando mi cuerpo al suyo.

Quedé quieta, sin decir ninguna palabra. No esque sea que no quisiera hablar, sino que mi boca en este momento no estaba preparada para formular ninguna palabra.

— Arrodíllate —me ordenó.

— ¿Qué? —abrí mis ojos como platos.

— No me gusta repetir las cosas dos veces, creo que con la primera entendiste a lo que me refiero —dijo sin apartar la mirada de mi rostro.

— ¡No lo haré! ¡Estas loco! —intenté empujarlo, pero era evidente que no podía.

— Si no lo quieres hacer, no tendré ningún problema en violarte ¿sabes? —sonrió mirándome.

— No puedes —dije tragando saliva.

— ¿Quieres ver que lo haga? —preguntó con cierta competitivad.

Negué levemente con mi cabeza. Sabía que él podría llegar a hacerlo, lo tenía más que claro.

— Así me gusta, ahora arrodíllate —volvió a pronunciar, pero esta vez con una sonrisa que no podía descifrar.

Hice caso a su petición. Levanté un poco mi sudadera para acomodarme mejor sobre mis rollidas. ¿Enserio iba a hacer esta locura?

— Bien, sabes lo que tendrás que hacer ¿verdad? —me preguntó agachándose a mi altura para mirar fijamente mis ojos.

𝖧𝖮𝖱𝖬𝖮𝖭𝖠𝖲 || J.J.K & _________ || ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora