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•Smith _____________•

¿En dónde nos habíamos quedado? Ah sí. En la aparición tan inesperable de mi madre.

Una aparición en la cuál, todos mis sentidos dejaron de funcionar trayendo un golpe metrallador a mi pobre cabeza.

Tan solo era una niña, una adolescente de 19 años que intentaba ser feliz, vivir bien, tener una pareja... pero al parecer, ni eso puede pasar.

— ¿Me estás diciendo que mi madre, es también la madre de Erin? —dije aún paralizada entre las manos de Jungkook.

Silencio.

Me miró y miró en dirección de «mi madre» o «la madre de Erin» llámenla como quieran. Abrió la boca en busca de palabras pero la volvió a cerrar sin saber qué decir.

Después de varios segundos, Jungkook dijo algo pero yo ni siquiera le presté atención. Si no que toda mi atención la tenía la mujer que estaba en la a entrada apunto de discutir con Erin. De la nada, su mirada se posó en mí.

Sentí mi alma encogerse en su lugar. Sinceramente, jamás sentí el dolor que ahora mismo está hundiendo mi pecho.

Llevaba ya meses sin verla, la última vez que la ví fue cuando pasé las navidades en la casa de mis padres.

Ese era el seguro día que mantuvo una conversación conmigo (ya que el primero era el día en el que me trajo con Kristen). La segunda vez que habló las cosas para informarme qué es lo que debía de hacer y qué es lo que no debía de hacer. Era el segundo día en el que mantuve una conversación con ella sin que dijera que toda nuestra familia era un error para ella.

Y ahora que lo pienso bien ¿cuántas familias eran un error para esa mujer? No lo sé y ni lo quiero saber.

— __________... —pasó por alto que Erin le estaba hablando y se acercó lentamente hasta dónde me encontraba.

Por mi instinto comencé a retroceder intentando atar cabos.

— Cariño.... —ella intentó acercarse a mí a lo que yo retrocedí nuevamente.

Todo se convirtió en un silencio lleno de tensión. Todos nos miraban.

— ¿Es cierto... es cierto que eres... madre de Erin? —no sentía celos por Erin ni nada por el estilo. Lo que sentía era impotencia. Lo que sentía era un odio hacia el ser que me trajo a la vida.

— Cariño, déjame explicarte...

— No vuelvas a llamarme cariño en tu jodida y miserable  existencia ¿entendiste?

— ¿La conoces? —el rostro de Erin mostraba perplejidad.

Ignoré la pregunta de Erin. Tan solo seguí concertada en mi respiración. En mi jodida e inestable respiración.

— Caíste tan bajo. Lo único que haces es parir a bebés que al final jamás cuidas. Bebés que jamás sienten un amor de madre a hija. Te dedicas a emborracharte y a través de esas borracheras, te embarazas ¿o eso no es así? —en mi voz había un tono agrio. Indiferente.

— No puedes dirigirte a así a tu madre, ____________.

Y sí. Cómo habéis leído= lo dijo tan alto y tan claro como los grandes ovarios que tiene.

— ¿Que...? —pude escuchar a Erin decir.

— ¿¡Con qué derecho me estás dando órdenes!? ¿Con el mismo que te acostabas cada noche con un hombre diferente cuándo papá se iba a trabajar? o ¿con el que invitabas a hombres a casa enfrente de tus propias hijas para tener una aventura sexual con ellos? ¿con el mismo derecho con el que jamás sentí un amor de madre a hija? ¿con el mismo derecho con el qué, Kristen, jamás sintió un amor de madre a hija? ¿con el mismo derecho con el qué, Erin, jamás sintió un amor de madre a hija? ¿¡Con qué derecho!? —cuando terminé de hablar, todos me miraron con los ojos muy abiertos. Incluida la mujer que desafortunadamente es mi madre.

𝖧𝖮𝖱𝖬𝖮𝖭𝖠𝖲 || J.J.K & _________ || ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora