Hacia una semana que Nataly me acompañaba viviendo en un edificio abandonado de dudosa seguridad. Día tras día llevaba comida hasta mí y cualquier cosa que necesitara. Había ofrecido quedarse conmigo, pero ni ella ni su hija merecían eso.
Aún mantenía el chip en mi poder y aunque alguna vez escuché una llamada de Nataly con el señor Wilson que le ofrecía su salida a cambio de la información; ella nunca volvió a mencionarlo. No me pidió que lo entregara o cualquier cosa. Confieso que en un inicio temía que intentara acercarse a mí con la intención de robarlo por la noche, pero no sucedió. Creo que realmente me apoyaba porque quería mi bienestar aun a pesar de todo.
Estaba adaptándome a mi nueva vida, cuando alguien llegó una mañana con noticias urgentes.
—Alaia, tienes que ir a otro lado con urgencia —me dijo Raquel apresurada.
—¿Qué pasa?
—Nataly, viene detrás de mí —hablaba agitada—, tenía que arreglar unos asuntos, pero quería que supieras esto lo más rápido posible.
—¿Qué cosa?
—Los hombres del otro lado de Texas, viene por ti ¿Aún tienes la pistola?
—Sí, pero solo tiene una bala —respondí confundida—. Pero explícame que está pasando ¿por qué vienen? ¿Los está enviando Wilson de nuevo? Ya no me interesa el maldito chip, si es lo que quieren se los daré y listo.
—No, no se trata de eso. Hace unas horas llegó un grupo de unos cuarenta hombres y destrozaron todo el lugar buscándote, a ti y a tu hijo. No nos creyeron al decirles que ya no estabas más aquí, se aseguraron por ellos mismos y después dijeron que te buscarían por todo Texas si era necesario.
—¿Pero qué demonios tiene contra mi hijo? —lo abracé hacía mi.
—Alaia, —pausó tomando mi hombro—. Asesinaste a uno de los suyos: ahora es personal. Van a hacer cualquier cosa por herirte y cobrar su venganza. Tu hijo es el único ser querido que conocen y sin duda van a intentar dañarlo.
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Código natal ✔️
Ciencia Ficción•Alaia está embarazada, pero su hijo no tiene permiso de nacer, por lo que deberá huir y buscar refugio en una comunidad de mujeres como ella• Hay personas que no merecen ser padres, o al menos eso es lo que la OCN se dedica a decidir. Desde que las...