│Capítulo quince│

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Siempre que llego a un lugar me pregunto su historia

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Siempre que llego a un lugar me pregunto su historia. ¿Qué le había pasado a esos viejos edificios? ¿Cómo habían decidido que Texas sería el lugar de los no natos? ¿Cómo habían vivido los primeros pobladores después de que el lugar se cerrara? Tenía mucha curiosidad sobre ese lado del lugar; además, pensar en ello me ayudaba a olvidar a mi esposo y mi ahora trágico destino.

Con el pasar del tiempo Nataly terminó de presentarme algunos otros lugares de menor relevancia: como la pequeña biblioteca, que se había llenado de los libros que las nuevas traían consigo; el almacén de comida y demás abarrotes; y una pequeña capilla para las que aún creen en Dios.

Tres semanas después de mi llegada, decidí averiguar lo más que podía sobre mis dudas. Siempre estaba con Nataly y su pequeña Tracy, me estaba acostumbrando bastante a pasar el tiempo con ellas y estaba realmente feliz.

Una tarde, caminábamos hacía la cafetería y pasamos por aquel pasillo lleno de velas: se trataba de un viejo puente vial que, por la parte baja de este mismo estaban cientos de fotos y velas.

-Sabes Nataly, este lugar me da una vibra muy deprimente, tengo una idea de porque, aun así ¿Podrías explicarme qué son todas estas cosas?

-Tardaste mucho en preguntar, cuando pasamos por aquí no quise decirte pues es una historia muy triste -se sentó y me invitó a su lado-. Cada vela, incluyendo a esas de las que ya solo quedan restos de cera quemada, es una mujer o bebé muerto en este lugar.

-Me suponía algo así, me daba miedo la respuesta ¿por qué hay tanta gente muerta?

-Pues, parece ser la combinación de muchos factores sumados: la falta de comida, el terrible calor, falta de servicios, abandono, dinero, enfermedades, frío por la noche, entre otras.

Muchas de esas cosas las había notado yo misma, solo había un par que no me terminaban de quedar claras. Había notado que las raciones de comida en el comunitario eran muy pequeñas, el calor y el frío eran cosas que sufría yo misma todos los días y la única persona auxiliar en cuanto a salud era Raquel. Pero ¿dinero? ¿Abandono?

-¿A qué te refieres con el dinero y el abandono?

-¿Cuántos hombres has visto en este lugar, Alaia? -me cuestionó como siempre acostumbraba.

-Creo que he visto menos de diez.

-Hay unos ocho más o menos. Cuando una pareja decide quedarse con su hijo aun si este es ilegal, suelen llegar a un trato en el que el hombre se queda fuera de Texas trabajando y ella viene aquí con el niño; la mayoría de los esposos terminan dejando abandonada a la mujer después de unos meses y nadie los vuelve a ver.

-¿Entonces que pasa con los hombres que si están aquí?

-Tres de ellos les sucedió lo contrario, su esposa tuvo al bebé y les abandonó después de eso, ellos vienen aquí a criar a sus niños. Los otros cinco nacieron aquí y jamás han conocido nada fuera de este estado -hizo una breve pausa-. Ahora dime ¿Cuántas mujeres sin hijos conoces?

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