El edificio era enorme, los vidrios imposibilitaban la vista por dentro de ellos, dotándolo de un aire sospechoso y misterioso. En la primera planta nos recibió una señorita, ella nos indicó que nos estaban esperando en el tercer piso.
Subimos tomados de la mano por el ascensor. No hablamos intercambiando palabras, en cambio, nuestra comunicación se limitaba a miradas que se decían todo: le comunique mis miedos y él me comunico los suyos, pero intentando tranquilizarme me abrazó.
En el ascensor, nos pedían un código para cada piso. La señorita nos proporcionó el del piso tres: 496816. La segunda planta era la única sin ese requerimiento, era una especie de museo donde además se daban conferencias.
En el fondo del pasillo, lo estaban esperando. Afuera había unas sillas de espera, y a los alrededores, algo que parecían oficinas, no era posible ver hacia dentro. En la puerta estaba escrito "Wilson Coleman Oliver" y debajo de ello en letras más pequeñas "Presidente de la Organización de Control Natal".
Carlos me dejo en las sillas de espera. Repitió que todo iba a estar bien, me beso con cariño en la mejilla y dijo "Te amo" tocándome la cintura; eso de alguna manera se sintió como si se lo dijera al bebé, sé que él no estaba consciente de que al tocar mi vientre tocaba a nuestro hijo, pero así lo sentí yo. No pude evitar que una lágrima saliera y que mi abrazo fuera el más fuerte que di jamás.
Observé como se alejaba con su traje y maletín, abrió la puerta. Pude ver de reojo al señor Wilson, antes solo lo vi en las noticias; era un hombre alto, de complexión fornida, son una barba abundante y el cabello claro.
Espere. Estaba dispuesta a hacerlo, aun si no sabía cuánto tiempo debería. Estaba casi en la entrada del pasillo, eso me facilitaría correr si es que lo necesitaba. En caso de que procesaran a Carlos, lo vería salir por la puerta arrestado y correría.
Espere, espere, pero ¡qué demonios! Esperar es difícil. No pude evitar la curiosidad y me acerqué a la puerta para escuchar.
—Sí, es correcto —era la voz de Carlos—. Mi nombre es García Smith.
—Muy bien señor —esa era la voz del señor Wilson—. He leído el documento sobre su experimento, y me parece... Interesante.
—Excelente, porque...
—Sin embargo —dijo interrumpiendo—, usted sabe que esto es ilegal.
Oh no, esto comenzaba a ir mal. En mi cabeza pasaban las imágenes de mí corriendo, Carlos encarcelado y su ejecución.
—Si señor, sé que es ilegal porque se desperdician recursos. Pero yo no lo he hecho.
—¿Me dirá que no utilizó absolutamente nada?
—Naturalmente que sí, pero todo lo he costeado yo, y no desperdicié.
—De cualquier manera. No podemos sacar este experimento a la luz, y darle el mensaje a la población de que deben desperdiciar recursos intentando encontrar la cura a todo —su tono era bastante molesto.
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Código natal ✔️
Sci-fi•Alaia está embarazada, pero su hijo no tiene permiso de nacer, por lo que deberá huir y buscar refugio en una comunidad de mujeres como ella• Hay personas que no merecen ser padres, o al menos eso es lo que la OCN se dedica a decidir. Desde que las...