Nataly retrocedió y se sentó en la cama nuevamente. Entonces sacó el portátil de la bolsita ligeramente ansiosa.
Le hice prometer que no trataría de lavarse el chip, que todo lo que encontramos sería solo algo que sabríamos las dos y que no trataría de convencerme de entregar nada a nadie: ella aceptó.
Le entregué el chip con las manos temblorosas, Nataly me pidió que confiara en ella.
Mientras lo colocaba en el lector seguía dudando en ver el contenido o no ¿Qué tal si allí había algo que no me agradaría ver? En principio se suponía que solo habría planos e informes sobre sus experimentos, pero ¿qué tal si había añadido alguna confesión o petición al pensar que sería la última oportunidad que tendría? O peor ¿qué tal si no había nada? ¿Qué tal si lo único que le interesaba dejar era sus experimentos y en el chip no había ningún mensaje para mí?
Cuando abrió la carpeta mis manos comenzaron a sudar, me sentía muy nerviosa, sentí como mi estómago se encogía e incluso como el bebé comenzaba a moverse un poco dentro de mí.
Dentro del afamado chip había muchísimas carpetas: EverGEEN, experimento 206, resultados 158, planos, teorías de fallo, mejoras, mecanismo, instructivo. Era un archivo enorme, como si Carlos se hubiera empeñado en resumir su vida científica en un aparatito del tamaño de una uña.
Mi esposo solía ser muy organizado, por lo que cada uno de sus experimentos estaba organizando en minuciosas carpetas que reportaban sus resultados positivos y negativos, llenos de informes, planos y todo lo que podía significar una falla. En la carpeta del EverGREEN estaba remarcado los resultados, el mecanismo, método de uso: podías construir el aparato desde cero con todo lo que él había puesto. Incluso había una especie de borrador de discurso sobre la utilidad del invento y como podría beneficiar la situación de la sobrepoblación.
Era una maravilla tecnológica para mí, y también pareció asombrar a Nataly la gran cantidad de información contenida en un lugar tan pequeñito. Si, esa era la esencia que siempre tuvo Carlos.
Pero al final, en la última carpeta entre las cientos que se apreciaban estaba una que llamó mi atención. Llevaba el nombre de "Alaia" y en su interior había un centenar de fotos de los dos, me hizo sollozar con una sonrisa. Ese momento era una mezcla entre tristeza y felicidad.
Y algo más: un vídeo.
Quise verlo de inmediato, y así lo hicimos.
Duraba unos pocos minutos. En él, Carlos estaba sentado en el sótano con una camisa y corbata, había sido grabado poco antes de su muerte. Él activó la cámara con el control remoto y comenzó a hablar:
Hola, Alaia, si estás viendo esto significa que algo malo sucedió. Probablemente yo esté en la cárcel y solo espero que tú estés en un lugar seguro.
Hoy las cosas no salieron bien en la cena, justo ahora estás dormida arriba. No tengo mucho tiempo porque vas a despertar en cualquier momento cuando te des cuenta de que no estoy en cama.
Allí estaba él. Con su sonrisa de oreja a oreja y esa esencia irradiarte de felicidad. Había grabado el vídeo la noche en que hicimos la reunión. Cuando lo vi aparecer en cámara solté un gemido doloroso y no pude evitar que algunas lágrimas rondaran mis mejillas. Continúe con el vídeo mientras sorbía mi nariz y trataba de controlarme.
Mañana voy a darte el chip con este video por si algo sucede, si es así, al menos necesito decirte un par de cosas.
Primero: quiero que por favor te encargues de difundir este chip, tiene todo por lo que he trabajado mi vida entera y no soportaría saber que no sirvió de nada. No importa si alguien más se lleva el crédito, solo quiero que sea útil ¿Okay?
Nataly me miró por un segundo, como diciendo "¿escuchaste? Él dijo que quería que lo entregaras a alguien".
Y como esta puede ser la última oportunidad que tenga de dirigirme a ti, al menos en un buen rato debo recordarte que te amo. Me has hecho feliz tantos años que no tengo como agradecerte.
Te amo.
—Te amo también —susurré entre lágrimas mirando aún la pantalla y tocando mi vientre por instinto— te amamos.
El vídeo solo me hacía pensar en cómo pudieron haber cambiado las cosas si le hubiese hablado sobre Dante antes de que entrara a esa reunión.
Por último: cuida bien de nuestro bebé.
Él sostenía la prueba de embarazo que había hecho mostrando el resultado positivo y jugando con ella entre sus manos. La observaba, pero no parecía exactamente feliz.
Encontré esto en la basura por accidente. No quiero que pierdas el tiempo tratando de liberarme de prisión, si tienes que huir hazlo, toma el dinero que tenemos y vete lo más lejos que puedas ¿entiendes?
Tú siempre quisiste tener un bebé y ahora tienes una oportunidad.
¿Qué era yo la que siempre quise tener un bebé? ¿Solo yo? No lo hice sola, Carlos. Toda mi vida pensé que también era algo que él quería.
Prometo que haré todo lo posible por encontrar la manera de que nuestro hijo o hija pueda estar bien. Ya verás que todo sale bien con los Wilson.
Eso era... Mentira.
¡Es más! No sé por qué estoy grabando esto: todo estará bien.
En el fondo del vídeo se escuchó mi voz. Ni siquiera recordaba que esa noche me desperté y Carlos no estaba allí. Pensé que solo había ido al baño.
Debo irme.
Los amo.
Carlos apretó un botón en el control y con eso terminó el vídeo.
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Código natal ✔️
Science-Fiction•Alaia está embarazada, pero su hijo no tiene permiso de nacer, por lo que deberá huir y buscar refugio en una comunidad de mujeres como ella• Hay personas que no merecen ser padres, o al menos eso es lo que la OCN se dedica a decidir. Desde que las...