Bewitched Love

Capitulo 47

—¿Crees que funcionará, crees en nosotros de verdad? —dijo Zhor con el semblante completamente serio. Era obvio que no creía en su palabra.

Hermione asintió, estaba convencida de lo que acababa de decir.

—Sí, creo en ésto. Si no lo hiciera no lo habría dicho.

Zhor miró al suelo y Hermione aprovechó para observarle de reojo. Era un chico de los que ya no quedaban o simplemente era él, con su rostro angelical y su inseguridad atada como una cadena. Esa parte sensible le hacía tierno. Y esa ternura era una faceta que Hermione se moría por descubrir.

—Confía en mí, démonos una oportunidad. —susurró, acercándose a él con precaución.

Él la miró finalmente. Tenía un lunar en la mandíbula, cerca del cuello. Nunca se había fijado en eso.

—Confío en ti. —contestó Zhor —En quien no confío es en ti conmigo.

—No pienses tanto en las cosas, sólo... Vivelas. —dijo Hermione entrelazando sus dedos —Por favor.

Zhor cerró los ojos cuando sintió su abrazo. Los sentimientos que se arremolinaban en su pecho dolían y eran placenteros a su vez. ¿Era mejor cerrarles los ojos a la realidad y permitirse vivir el momento?

—Lo intento.

Hermione alzó la vista y sonrió un poco.

—¿Sí?

—Sí.

Su sonrisa se agrandó. Zhor iba a acercarse más a ella cuando la puerta se abrió y entró la profesora McGonagall seguida de Pansy, Neville y Luna; quienes debían de haber llegado para la reunión.

Hermione se sonrojó y se separó rápidamente. Sin embargo Zhor le apreto la mano y se negó a soltarla. Luna miró su enlace y se quedó indiferente, sumiéndose en sus pensamientos como de costumbre. Neville también ignoró lo ocurrido, sin embargo, Pansy observaba a la pareja con incertidumbre. Estaba intentando descifrarles. Zhor no se sintió intimidado, al contrario, la desafió. La chica apartó la vista.

—Oh, sí que habéis llegado pronto. —dijo la profesora McGonagall —Sentaos, por favor. —agitó la varita y los bancos arrinconados se colocaron en su sitio.

—O'Connell, ¿Te encuentras bien? —inquirió Pansy con los ojos entrecerrados mientras se subía a su asiento.

—¿Quieres meterte en tus asuntos? —escupió Hermione sin poder retener el veneno en su voz.

Pansy arqueó una ceja y miró a Zhor un segundo antes de ponerse en pie con las manos en ambos lados de la cintura, claramente indignada y sorprendida ante la contestación de la leona.

—No, me gustan los suyos. —dijo Pansy con aires de superioridad.

—Qué casualidad porque a mí también. —incitó la chica imitando a la otra.

—Genial, entonces a ti también te interesará saber cómo se encuentra. —murmuró la serpiente echando humo por la boca.

—De maravilla, gracias. —respondió Zhor rodeando a Hermione con el brazo. Hermione sonrió en sus adentros y ni siquiera trató de disimular su satisfacción —Ella tenía razón en una cosa, tienes que meterte en tus propios asuntos.

—Será pronto. —dijo Pansy refiriéndose a algo cuyo asunto tenía intrigada a Hermione.

—Déjanos, no es tan difícil. —se limitó a decir el muchacho atrayendo a Hermione cerca de su pecho. Ésta le miró con preocupación, demandando una respuesta. Él negó con la cabeza —No le hagas caso.