Capitulo 7

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Capitulo 7


—Tengo que irme, nos vemos luego —se despidió Hermione.

—Vale —contestó Harry.

Hermione puso los libros en su mochila y se la colgó en el hombro. No se fiaba un pelo de Draco, de modo que comprobó que tenía la varita en el bolsillo interior de la chaqueta.

—Allá vamos —se dijo a si misma.

Abrió la puerta del Gran Comedor y salió de él. Seguramente Malfoy la estaría esperando allí, pero no fue así. Lo buscó por todas partes, pero nada.

—¿Malfoy? ¿Hola? —resopló —¿Dónde se ha metido ésta serpiente...?

En ése momento, una pequeña lucecilla empezaba a verse a lo lejos. Ésta se acercó cada vez más a la muchacha. Finalmente, Hermione se dio cuenta de que era un patronus. No era corpóreo, no se podía distinguir ninguna forma, pero al fin y al cabo, podía hablar:

—Biblioteca. Ven ahora —dijo el patronus con la voz de Draco.

—¿Qué...?

Hermione, confusa y sin fiarse del todo, se dirigió hacia la biblioteca casi arrastrando los pies. Ni siquiera sabía por qué había aceptado ir a allí, después de todo, ¿Qué había hecho Draco por ella? Sólo ponerla en ridículo y despreciarla, ¿Por qué no era ésta otra de sus artimañas? Ella no sabía por qué, pero de alguna manera, sentía que no era un farol, que era en serio.

Entró en la biblioteca con cuidado de no hacer ruido y se paseó por allí, mirando en todas direcciones. No había nadie a parte de la bibliotecaria y un par de alumnos de segundo.

Cruzó unos cuantos pasillos de libros, pero no había nadie. ¿Dónde demonios se había escondido?

Hermione decidió seguir adelante, pensó que Draco se hallaría en el lugar más alejado.

—Por fin —dijo su voz desde la izquierda. Hermione lo miró. Estaba apoyado en una estantería con un libro en la mano. Qué guapo, pensó. Luego frunció el ceño, asombrada de lo que acababa de pasar por su cabeza—, pensé que te habías perdido...

—¿Por qué me has llevado hasta aquí? ¿Qué quieres?

—¿Por qué crees que quiero algo? ¿No podemos encontrarnos aquí, sin más? —dijo Draco, acercándose a Hermione.

—Porque eres tú, y no te creo —contestó Hermione fríamente.

—Confía en mí por una vez.

—Dime lo que quieres, Malfoy. No tenemos todo el día —repitió Hermione.

—Verás, necesito tu ayuda —dijo Draco finalmente.

—Me lo figuraba.

—Es sobre... ¿Has arreglado alguna vez un objeto mágico? —se limitó a decir Draco, siendo cuidadoso con las palabras.

Hermione vaciló.

—Sí... Algo he hecho —musitó.

—Y... ¿Qué hechizo usaste?

—El típico hechizo Reparo. Lo hemos hecho en clase... Deberías saberlo —dijo la castaña como si fuera lo más lógico del mundo.

—No me estás entendiendo... Hermione. Necesito encontrar un hechizo para reparar un objeto grande. Un objeto muy complejo.

El hecho de que Malfoy hubiera pronunciado su nombre significaba mucho para ella, aunque no quisiera admitirlo. Sonrió y se colocó un mechón de pelo detrás de la oreja. ¿Qué estoy haciendo?

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