Era uno de esos momentos en los que nadie sabe cómo reaccionar. Ninguno hablaba o se movía, simplemente hacían viajar sus ojos de Harry a Ron, de Ron a Harry. Luna acababa de aparecer y estaba confundida. Aún así, no abrió la boca por nada.
Damelza quería arreglarlo, pero pensó que quizás lo empeoraría.
—Ron, ¿Q-qué estás diciendo? —farfulló Ginny. Las palabras no brotaban de su garganta.
Ron no aflojaba la mirada, es más, eran como dos esferas vacías.
—Sé lo que digo, y tú también. —dijo, firme—Es más, todos lo sabíais y no me dijisteis nada. Es realmente conmovedor que seáis capaces de guardar un secreto durante, ¿Cuánto? ¿Uno, dos meses quizás? —miró a Hermione sin ninguna expresión—Tú. Lo supiste todo el tiempo. No sé por quién me siento más traicionado, por mi ex mejor amigo, o mi ex mejor amiga. Aunque mi hermana tampoco se queda atrás.
Hermione entreabrió los labios.
—Nunca te traicionamos. —murmuró, indecisa—Ron, nunca quise... Nunca quisimos esconderte nada.
—¿Entonces, lo que habéis hecho, qué es? Porque yo me siento muy engañado.
—Queríamos... Queríamos hacerlo. —dijo Ginny, enviándole a Harry una mirada fugaz —Es sólo que no encontrábamos la forma.
—¿Y la mejor forma de enterarme es ver a Harry comiéndote la boca? —exclamó —¡Ésto es de locos!
—¿Cómo? No, no, de verdad. Teníamos miedo de que pensaras que era una locura y que... Y que no lo aprobarías. —explicó la chica.
—¿Que yo aprobara tu relación con éste? Tú nunca, jamás, te has preocupado de lo que yo pensaba sobre tus novios. —le echó en cara —¿Qué hay de Dean? ¿Me preguntaste por él? No, solamente saliste con él y no te importó que todo el mundo te viera besuqueándoos por cada rincón del castillo.
—¡Pero ésto es distinto! —repuso Ginny —Harry es más importante que Dean, o cualquier otro chico para mí.
—¿En qué aspecto? ¿En que él es El Elegido, o en que ha sido mi mejor amigo durante seis años?
—En ambos.—contestó Harry mirando al suelo.
—Oh, con que por fin te dignas a hablar.
—Ron.
—No, deja que tu querido Romeo suelte su discurso.
Harry miró a Ginny. Era una mirada de cansancio, no quería alargar la conversación para que se tiraran los trastos y la próxima portada del Quisquilloso fuera él peleándose con su mejor amigo.
—La quiero. ¿Qué problema hay en eso? Como a ti te gusta Damelza, a mi me gusta tu hermana, pero más. ¿Es que no recuerdas lo mucho que me preocupé cuando desapareció en Navidad? Yo nunca le haría daño, ¿Está bien? Entiendo que te sientas traicionado, pero no hay que hacer ésto más difícil, sólo...
—Cállate, a-a mi Damelza no...
Damelza se había sonrojado, pero Hermione no distinguía si era por el nerviosismo o por lo que había dicho Harry.
—¡Muchachos, qué grata presencia es la vuestra! —exclamó Slughorn sonriente. Usaba un chaleco marrón a rayas a juego con sus pantalones, una camisa blanca y una corbata roja. Encima de sus hombros yacía una túnica negra de tercipelo —¿Cómo está yendo la velada? ¡Magnífica! ¿No es así?
Todos se volvieron e intentaron esbozar una pobre sonrisa. Todos salvo Ron.
—Sí, profesor. —contestó Ron, a sorpresa de los otros —De hecho, mi hermana y Harry desean abrir la pista de baile.

ESTÁS LEYENDO
Bewitched Love
Fanfiction¿Quién iba a creer que la enemistad puede convertirse en amor? Draco Malfoy y el resto de sus compañeros empiezan el sexto curso en el colegio de Magia y Hechicería de Hogwarts. Su misión no es fácil, y su vida se complica a medida que va transcurri...