Capitulo 43

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No te entiendo. —murmuró Hermione con el ceño fruncido. Seguía sin mover un solo dedo.

—Sal de ahí, te verá alguien. —le dijo Draco desviando la mirada —Necesito tu ayuda. No grites o...

—¿Me estás amenazando? —arqueó las cejas, incrédula.

—Te estoy advirtiendo. —corrigió, levantándose —¿Quieres entrar de una vez?

Hermione dio un paso adelante y cerró la puerta.

—¿Qué haces aquí? Snape podría descubrirte.

—A ti también.

—¿Qué buscas? Los venenos están ahí arriba. —señaló con un gesto de cabeza, indiferente.

—No busco veneno... Aún. —sacudió la cabeza —Necesito hacer una Poción Multijugos.

—¿Para qué?

Draco dudó. ¿En serio se estaba callando su plan secreto? ¿Después de todo lo que habían pasado, aún no confiaba en ella?

—¿Recuerdas lo que te dije?  Sobre el anillo de mi padre. —dijo sin ganas. Hermione asintió —No puedes decírselo a nadie, ¿Vale?

—¿He dicho algo a alguien sobre ti? —se cruzó de brazos, fulminándolo con la mirada.

Draco asintió.

—Tengo que ir a Gringotts. —confesó tras un largo silencio.

Hermione lo miró con los ojos muy abiertos. Poción Multijugos y Gringotts en la misma frase no sonaba muy bien.

—¿Quieres robar en el edificio más protegido de la dimensión mágica? ¡Estás completamente loco! Nadie en su sano juicio haría eso. —exclamó apuntándole con el dedo.

—¡No, no, por Dios! —exclamó —Quiero hablar con Griphook, uno de los duendes que vigilan Gringotts.

Hermione dudó. Quizás ya era el momento de salir corriendo. No quería estar involucrada en una misión suicida. ¿Hablar con un duende? ¿Qué tendría que ver eso con el anillo?

—Ayúdame con la Poción Multijugos, es muy importante para mí. —pidió —Es la última cosa que te pido.

—Eso no es justo. —dijo alzando la voz, comenzando a ponerse roja de la ira.

—Hermione, es muy importante. La necesito para ésta tarde, te juro que no vuelvo a pedirte nada.

—No quiero implicarme en el delito que sea que quieras cometer. Punto, fin de la discusión. —se cruzó de brazos. De todas las estupideces que podría cometer, esa era la número uno.

—No es ningún delito, ¿Si? Quiero recuperar lo que es mío. —murmuró pasándose una mano por el pelo —Hagamos un trato. Tú me ayudas y yo te ofrezco algo que esté en mi mano que desees.

Hermione se mordió el interior de la mejilla y ladeó la cabeza mostrando interés. Mmm... Vale.

—Quiero saber qué te traes entre manos y qué tiene que ver eso con Proditk y Grahmound. —dijo en tono autoritario, creyendo que no iba a picar.

Draco la miró fijamente. Bien, se lo estaba pensando...

—¿Eso quieres? —la miró con media sonrisa dibujada en los labios —Genial. —asintió, y le tendió la mano —Pero si se lo dices a alguien, no volverás a ver la luz del sol.

—¿Es una amenaza?

—Es una advertencia.

La chica inspiró por la nariz. Claro que no se lo diría a nadie, ni siquiera a Harry. Dio un paso adelante y le estrechó la mano.

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