Capitulo 5

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Capitulo 5

Harry estaba preparándose para ir a la cena a la que Slughorn le había invitado. No le apetecía mucho, pero tampoco quería hacerle un feo al profesor al que se había ganado gracias al ejemplar del libro de Pociones de El príncipe mestizo.

— Buena suerte en ésa cena — dijo Ron, no muy animado cuando Harry bajó por las escaleras hacia la sala común.

— Eh... Gracias, Ron — murmuró Harry, consciente del tono de voz de su amigo.

Unos segundos después apareció Hermione, que a Ron le pareció que aquel peinado le favorecía mucho.

— Vaya, te has arreglado — comentó Ron.

— No mucho, sólo me he peinado un poco.

— ¿Vamos, Herm? — dijo Harry apuntando a la salida con un gesto de cabeza, a lo que ella asintió.

Una vez en el pasillo, Harry suspiró, al igual que Hermione.

— ¿También lo has notado? — dijo Hermione mientras llamaba a la puerta del despacho de Slughorn.

— Sí, no me gusta nada que Ron esté así — suspiró Harry, y ambos entraron en la estancia.

— ¡Bienvenidos, bienvenidos! — exclamó Slughorn con los brazos en alto y posando una mano a cada hombro de los muchachos — Ya me preguntaba si os habrías olvidado de la cena que he preparado con tanta ilusión.

Hermione y Harry sonrieron a medias. Se fijaron en los detalles que había preprado Slughorn como la amplia mesa redonda, que estaba llena de jugosa comida, la botella de vino del centro de la mesa, la cerveza de mantequilla, que estaba servida en una jarra de cristal, los cubiertos de plata y la iluminación del lugar.

Alrededor de la mesa ya se encontraban algunos alumnos de Slytherin, Hufflepuff y Ravenclaw como Blaise Zabini y un muchacho que no paraba de mirar a Hermione con una sonrisa pícara.

— Parece ser que tienes un pretendiente — me susurró Harry, que no paraba de reírse.

— No tiene gracia — se quejó Hermione tratando de no mirar al muchacho.

Entonces, cuando se disponían a comer la jugosa cena, la puerta se abrió y un muchacho de tez blanca y cabello oscuro vestido con una camisa blanca y unos pantalones negros entró con la túnica colgando de su brazo.

— Perdón por llegar tarde profesor Slughorn — dijo el chico con cortesía —, he tenido que ocuparme de unos asuntos.

— No es nada, muchacho — sonrió el anciano profesor —. Toma asiento, querido. Dime, ¿Cómo va la familia O'Conell? Tengo entendido que han ascendido a tu padre.

— Sí — sonrió Zhor —. Está muy contento con su nuevo trabajo en el ministerio.

— Felicita a Ferphius de mi parte, y también a tu madre, Carrie — terció el profesor y nos invitó a empezar con el primer plato.

Hermione miró a Zhor confusa. ¿Desde cuando él asistía a las reuniones del profesor de Pociones? Era extraño.

El chico se percató de la mirada de su amiga. Le sonrió y la saludó con un movimiento de cabeza. Ella agachó la cabeza, nerviosa, y decidió que lo mejor era ignorarle durante el resto de la noche. No. Es más, durante el resto del curso. Quienquiera que le enviara aquella carta la otra vez debía de importarle mucho Zhor, y además, también sabía que la amistad con un Slytherin sería complicada.

Poco después llegó Ginny con un bonito vestido rojo. Harry estaba babeando por ella, hasta se levantó de la silla del nerviosismo. Hermione rió. ¿Cuando iban a admitir éstos dos lo mucho que se querían?

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