Capitulo 14

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Hermione, Harry y Ron estaban sentados sobre un cojín en el suelo de la Sala Común, frente a la chimenea, hablando y comiendo dulces que compraron en Honeydukes y Sortilegios Weasley.

—Y... ¿Al final tienes a alguien con quien ir al baile? —le preguntó Ron a Hermione, arrojando el envoltorio de una rana de chocolate al fuego.

—¿Eh? —dijo, poniéndose nerviosa.

—Tu pareja. Baile. Navidad.

—No, no aún —mintió —. De todas formas, no iré. En enero hay muchos exámenes, y sería bueno empezar a estudiar ya.

—Estudiar... Eres aburrida.

—Soy previsora.

—Si lo que te preocupa es quedar mal porque vas sola, puedo ofrecerme. No por ti, o sea, que sí, pero es para no... Todos iréis, y a mí, pues... —farfulló el pelirojo rascándose la nuca.

—Es genial que te ofrezcas, Ron —sonrió Hermione —. Pero insisto en que tengo otros planes y...

—¿Te lo han pedido ya? —intervino Harry con la boca llena de chocolate.

—¿Hm...?

—Chicos—saludó Ginny, entrando en la Sala Común por el hueco del retrato.

—Hola —sonrió Hermione, aliviada de la presencia de ella —, ¿Qué tal... por ahí?

—Bien —asintió —. Dumbledore ha dicho en el comedor que podremos volver a Hogsmeade la semana que viene para que compremos cosas para navidad. Genial, ¿No? Así podremos comprar un vestido para el baile y para año nuevo.

—Hermione no va a ir al baile, dice que quiere estudiar —dijo Ron rodando los ojos.

—¿Cómo que no irás al baile? ¡Por supuesto que irás!

—No, bueno, de todas formas...

—Vas a ir al baile, y también vas a acompañarme a elejir vestido —ordenó.

—Nunca me opuse a ir a Hogsmeade contigo —dijo resoplando.

—Así me gusta.

Ésa semana pasó lentamente para Hermione. No había hablado con Draco ni una sola vez, y eso le molestaba. Si quería conocerla mejor, ¿Debería acercarse a ella no? También tuvo trabajo en ocultar quien sería su pareja a todos, sobretodo a Ginny y a Zhor. Pero al final acabaron rindiéndose puesto que no obtenían respuestas.

El día antes de ir a Hogsmeade, Hermione pilló a Pansy robándole un beso a Draco mientras subían las escaleras camino a clase de Transformaciones. Algo en ella se molestó y estuvo toda la clase recordando como Pansy lo había cogido del cuello de la camisa para besar esos labios, tocar ése pelo rubio... Al mismo tiempo de pensarlo, negó con la cabeza y siguió tratando de prestar atención. A ella no le importaba todo eso, ¿verdad?

—No puede ser sano estar todo el día así —dijo Ron en el carruaje que les llevaba a Hogsmeade mientras observaba a Pansy, que estaba en frente de ellos acariciando el pelo del rubio. Hermione rodó los ojos y se limitó a mirar el paisaje blanco.

—Os quiero aquí a las seis de la tarde, muchachos, ni un minuto más —dijo la profesora McGonagall cuando aparcaron los carruajes en un pequeño claro.

Harry, Ron, Ginny y Hermione pasearon por el Callejón Diagón, intentando decidir a dónde irían primero. Fueron a almorzar al mismo lugar de siempre y luego tomaron un helado.

—Deberíamos irnos a comprar el vestido ya o se nos va a hacer tarde —le dijo Hermione a Ginny, que estaba comiendo una chocolatina.

—¿Qué hora es?

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