capitulo 39

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Me has besado. —dijo con la respiración entrecortada.

—Tú también. —susurró, apartando la mano de su mejilla para mirarla con los ojos muy abiertos.

—Ésto... Ésto no ha sucedido.—dijo alejándose, sintiendo que las piernas le flaqueaban. Al volverse, vio una sombra salir corriendo dirección al castillo —¿Ésto... Ésto era tu plan? —los ojos se le humedecieron —Ese. Ese era Draco. ¿No es así? Lo has hecho adrede.

Los ojos de Zhor seguían demasiado abiertos, sorprendidos, y un brillo de culpabilidad se asomó por sus iris.

—No, no era él. —masculló, como si se estuviera tragando las palabras.

—¿Quién era? —sollozó, parpadeando para evitar que le rodaran lágrimas por las mejillas —¡Quién! —gritó.

—Era Pansy.

Hermione le plantó la mano de pleno en la mejilla. Su dolor estaba dividido. Dividido en dos grandes partes que se la estaban comiendo por dentro. ¿Era a causa del beso que le dio, engañando al chico al que amaba, o era el remordimiento de haber disfrutado de él?

Retrocedió, dejándole petrificado en su sitio y volvió a dentro. Zhor, a quien creía digno, humilde... Transparente, la había traicionado. Ahora Pansy tendría una carta bajo la manga, siempre podría contarle a Draco lo que vio y todo habría terminado. Pero, ¿Tan poco amor sentía hacia él como para hacerle sufrir de ese modo?

Una mano la agarró por el codo. Zhor la retenía. Otra vez. Se había recompuesto, parecía mucho más sereno que segundos antes. Hermione le dio un manotazo, cosa que no sirvió para nada. Sacudió el brazo, tratando de zafarse. Gruñó y levantó la mano disponible, dispuesta a pegarle con toda la fuerza que tenía en su poder. La detuvo.

—Cálmate. —susurró, aunque ese pensamiento sonó más como para calmarse a si mismo.

—No quiero verte. No quiero que me hables. No quiero que me toques. Eres un imbécil. —escupió, sin poder retener las lágrimas —No mereces que Draco haya confiado en ti, eres un hipócrita que se dedica a criticarle a las espaldas.

El silencio se prolongó e hizo que su respiración se aflojase. Hermione sabía lo que estaba haciendo. Trataba de calmarla para hacerla entrar en razón, esperaba el momento propicio para hablar.

—Me quieres. —susurró él.

Negó con la cabeza sin mirarle, llorando.

—Me quieres. —siguió susurrando—Te gusto, te hago sentir bien aunque no te des cuenta.

Negó de nuevo, llorando más.

—Me quieres a mí, pero le amas a él. —susurró, aprisionándola —Hermione, lo sabes mejor que nadie.

Sacudió la cabeza aguantando un sollozo. ¿Qué estaba haciendo? Para, para, para.

—Necesitas amor, necesitas sentirte plena y desde que te enteraste del compromiso que tiene con Pansy no dejas de deborarte la mente. Hermione, conozco tus sentimientos. Te conozco más de lo que piensas y me gustaría seguir haciéndolo porque eres increíble. Y quisiera que tú me amaras tanto como le amas a él. —dijo en voz baja, con tanta sinceridad que desarmó a Hermione por completo.

—No, eso... Eso no es verdad. —farfulló, intentando escapar —Nada de lo que dices es cierto ni me va hacer cambiar de opinión. No te quiero. No me gustas y todo lo que me haces sentir es decepción.

—Estás mintiendo otra vez.

—No, no lo hago. Yo amo a Draco, él lo es todo y tú sólo eres un traidor. No le llegas a la suela del zapato, no, no, no.

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