Capitulo 27

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Hermione se volvió.

―No, no necesito tu ayuda. ―respondió.

―Creo que vas a tener que tirar la camisa, las manchas de tinta deben de ser difíciles de limpiar.

―Supongo. ―se encogió de hombros.

Zhor se quedó mirando a Hermione mientras ella se sentaba de nuevo y apartaba y guardaba la poca tinta que quedaba.

Zhor se sentó a su lado y sacó el libro de Pociones.

―A principios de curso Slughorn me dijo que buscara ayuda en ésto. ―señaló el libro a pesar de que Hermione no le miraba ―Quizá podríamos... Retomar las clases, yo... Te necesito.

Hermione guardó el pergamino e ignoró a Zhor. Éste cogió una bocanada de aire, se humedeció los labios y rompió el silencio:

―Hermione, te necesito. ―silencio. Rodó los ojos―No puedes ignorarme para siempre.

La castaña resopló.

―Estoy ocupada ahora mismo, ¿Es que no lo ves? ―masculló entre dientes.

―Sí, pero-

Ocupada, ¿Sabes el significado de esa palabra? ―arqueó una ceja.

―Hermione, deja de-

―O-cu-pa-da.

―Déjame hablar.

―Ocupada. ―canturreó.

Zhor bufó.

―Quiero hablar contigo. Deja de comportarte así y permíteme hablar. ―murmuró poniendo un dedo bajo su barbilla para encontrar sus ojos castaños.

Hermione se negó a mirarle.

―Sé que sigo importándote un poco a pesar de todo... ―susurró y su aliento colisionó en el rostro de Hermione.

Ella estaba tensa, no podía mover un solo músculo.

―Te lo ruego...

Hermione se levantó, puso todos los libros dentro de la mochila torpemente y se alejó.

―¡Espera! ―dijo Zhor ―No puedes irte.

―Sí, sí puedo. ―corrió hacia la salida de la biblioteca.

―No, espera. ―la cogió del brazo antes de que ella pudiera abrir la puerta ―Sé que no me he portado como tal, pero tú no lo entiendes.

―No soy estúpida.

Lo sé, y nunca lo he pensado de veras. Sólo dame cinco minutos, sólo cinco.

―Estoy cansada.

―Seré breve, lo prometo.

―O'Connell...

―¿Volvemos a eso? ―miró al suelo, dolido.

―No creo que progresaramos mucho, siendo honesta.

―Mira, hice lo que hice por una razón. Es difícil de explicar, de verdad que lo es y por eso no... No es bueno.

Hermione se zafó de su mano y lo miró a los ojos.

Y, ¿Esa estúpida razón te detuvo? Siempre pensé que... Que eras diferente, que me entendías. Pero eres un cobarde, como todos los demás.

Zhor guardó silencio, sin palabras. Le dio verguenza mirarla a los ojos. Ella era uma Gryffindor, una valiente. ¿Y él que era? Nada, nada en absoluto. Un zero a la izquierda.

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