Las tres se despertaron cerca de las diez de la mañana con el sueño pesado y salieron de la tienda de acampar aún con una manta sobre sus hombros. La nieve aún cubría gran parte del paisaje, aunque estaba a punto de cuajar.
Gilbert Grawn estaba en el centro del semi-círculo que los aurores principiantes formaban a su alrededor. Se oía su voz, que hablaba alto y claro dando directrices a sus hombres.
―Sobrevolad toda la zona a un radio de cuatro kilómetros. ―dijo Grawn poniéndose unas gafas para leer unos apuntes ―Cualquier cosa que encontréis, traedla aquí. Creemos que los mortífagos vinieron desde el sur, pero necesitamos saberlo.
Los demás asintieron y se subieron a sus escobas y volaron en diferentes direcciones.
Grawn se quitó las gafas para pasar los dedos por su frente. Su expresión era de cansancio, seguramente no había dormido en toda la noche.
―Señor Grawn, ¿Se encuentra bien? ―le preguntó Luna cuando se acercaron a él.
El hombre asintió y bostezó tapándose la boca con el puño. Se acercaron a una mesa que había bajo una carpa, junto a un carruaje oscuro, donde había algo de comida. El señor Grawn cogió una taza y se sirvió una infusión.
―Quisiera desearos un buen día pero no creo que lo sea para ninguno de nosotros. ―dijo Gilbert resoplando ―Tomad algo, no comisteis nada ayer.
―¿Han estado trabajando toda la noche? ―le preguntó Hermione abrazándose a si misma.
―Sí, repasando archivos. ―respondió el señor Grawn.
―¿Creen que los Weasley... están bien? ―dijo asegurándose de que Ginny no los oyera. Ella estaba con Luna hablando en el otro lado de la mesa. Estaba decaída.
Gilbert Grawn reparó en la mirada preocupada que Hermione le lanzó a su amiga.
―No lo sé, sinceramente. ―contestó dejando la infusión para sacar una botella cuyo contenido era whisky de su chaqueta gris y vieja. Le dio un sorbo ―Siento mucho que Ginny esté pasando por ésto. Tanto como Albus como Ciceron como el resto del equipo estamos realmente afectados por ésta pérd-
―Aún no es una pérdida. ―cortó Hermione agitada ―. Usted mismo acaba de decir que hay esperanzas.
―Y las hay, sin embargo... Para cuando hallemos el modo de sacar a toda la familia de éste sitio... Podrían estar muertos o muy débiles. Es lo más probable.
―Los Weasley tienen suministros, e-ellos sólo llevan-
―Cinco largos días dentro de una atmósfera que no podemos asegurar que sea totalmente segura. Seguramente no han salido de casa, de lo contrario los habríamos visto. Y creo que han hecho bien. ―asintió para si mismo ―Arthur sabrá protegerlos si siguen con vida.
En ese momento, se oyeron unos pasos correr apresuradamente hasta ellos. Era un hombre de unos veinticinco años, alto, delgado, piel nívea, de pelo castaño, casi pelirojo, los ojos marrones y la nariz grande.
―¡Señor Grawn, señor Grawn!
―gritó. Su pecho subía y bajaba y sus mejillas estaban rojas de correr con tanta rapidez.
―Dawrris. ―frunció el ceño ―¿Qué sucede, chico?
El muchacho gesticulaba para explicarse mejor, pero lo único que conseguía era confundir más a todo el mundo.
Dumbledore apareció y miró a Dawrris. Puso una mano sobre su hombro y al chico se le apagó la voz hasta que dejó de hablar.
―Cálmate y cuéntanos. ―aconsejó Dumbledore.

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Bewitched Love
Fanfic¿Quién iba a creer que la enemistad puede convertirse en amor? Draco Malfoy y el resto de sus compañeros empiezan el sexto curso en el colegio de Magia y Hechicería de Hogwarts. Su misión no es fácil, y su vida se complica a medida que va transcurri...