Después de un rato, mi madre se paseaba por la casa arreglándose y aplicándose perfume cada vez que podía. Hasta que finalmente nos quedó mirando con una pequeña cartera en su mano.
—Bueno chicos, debo irme. Deséenme suerte —nos dijo mientras se acercaba a la puerta.
—Suerte —contestamos al unísono.
Ella cerró la puerta a su espalda, luego escuchamos el motor del auto encenderse hasta que se marchó.
─ ¿Qué haremos? ─ le pregunté a Matteo.
—¿Lo que todas las personas que se aman hacen? —sonrió.
Reí y sólo pude abrazarlo y luego besar sus cálidos labios.
Matteo llamó a Simón y a su hermana para decirles que todo estaba bien y se quedaría conmigo esa noche.
Subimos a mi habitación y comenzó a hacerme preguntas mientras yo quitaba los peluches de mi cama para hacerle un espacio a él.
—Así que estas bajando tus notas en el Instituto —decía mientras me observaba.
—Un poco —me encogí de hombros.
─ Arreglaremos eso.
─ ¿De qué hablas?
─ Voy a ayudarte a estudiar.
—¿Estás bromeando? —enarqué una ceja mientras me deslizaba por mi cama cubriéndome con las sábanas.
─ Claro que no ─ rió.
Él se sacó sus short quedando en bóxer, se tomó unos medicamentos y luego se tendió a mi lado.
─ ¿Tienes frío?
—No —respondió y luego comenzó a cubrirse cuidadosamente con las sábanas.
Matteo apagó la luz y al entender que no podía moverse por su pierna, volteé a mirarlo y puse mi brazo izquierdo rodeando su tórax. Él sonrió tranquilo y besó mi frente.
─ Gracias por estar aquí ─ dije.
—Gracias a ti princesa, por no sacarme de tu corazón.
Sonreí en silencio y apoyé mi cabeza en su hombro.
.....
─ Matteo despierta ─ susurré en su oído.
Él sonrió con sus ojos cerrados y luego los abrió rápidamente asustándome.
—Idiota, me has asustado —reí.
—Esa es mi chica —soltó una carcajada y luego se removió para sentarse. —Debo volver a casa hoy —me miró a los ojos.
—No te preocupes, mamá te irá a dejar.
─ ¿De qué hablas?
—Sabe que no puedes flexionar tu rodilla e irse en el bus significa estar dos horas con la pierna flexionada, así que iremos a dejarte en el auto.
—Luna —sonreí nervioso. —Realmente no es necesario.
─ Tranquilo Matteo, ella se ofreció.
─ Gracias.
─ Bueno, ¡es hora de levantarse!
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Eres Mío! Imbécil |Lutteo|
Teen Fiction-Imbécil. -Insoportable. -Idiota. -Consentida. -¡Déjame en paz! -Admite que te encanta discutir conmigo. -Lo único que me encantaría relacionado contigo es que desparecieras. Luna y Matteo. ¿Por qué se odian? ¿Por qué se quieren? ¿Por qué no pue...