Capitulo 10

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─ Cayó mal al suelo y se dislocó la muñeca, se golpeó muy fuerte en la cabeza, pero está recuperándose.

─ ¿Seguirá jugando? ─ pregunté preocupada.

─ Al parecer si, Simón es un pilar fundamental en la cancha y además quiere seguir jugando.

─ ¡Está loco! ─ me alteré.

─ Cálmate ─ me dijo Alfred entrecerrando sus ojos ─ No lo haríamos jugar si no pudiera hacerlo.

─ ¿Me puedo quedar aquí? ─ bajé la voz.

─ Sí, ven.

Lo seguí hasta las bancas que estaban en la cancha y me senté junto a él.

El segundo tiempo continuó y entraron todos a la cancha, algunos me miraron y Matteo fijó su mirada en la mía y luego siguió caminando, se reunieron todos juntos y divisé a Simón con una venda en la mano.

─ Segundo tiempo ¿Me escuchan? ─ les habló Matteo con voz fuerte ─ tenemos tiempo para dar vuelta esto, estaremos bien ¿Simón estás seguro de que quieres seguir jugando?

─ Completamente ─ respondió mi amigo.

─ Está bien amigos ¡Vamos por más! ─ Gritó Matteo dándole palmaditas en la espalda a todos.

Comenzaron a correr más rápido que antes y comenzaron a anotar hasta que los igualaron, pararon el tiempo y aprovecharon de beber agua.

─ ¡Dos minutos! ─ gritó Matteo ─ ¡Dos minutos para hacerlos trizas! ─ Comentó satisfecho y con una sonrisa. ─ ¡Como les dije antes! ¡Nico atrás! ¡Gastón al centro! No te muevas de ahí hasta que te lo diga.

─ Observa la determinación de Matteo —Comentó Alfred —Por eso es el capitán de equipo.

─ Y por su voz de líder, no todos tienen eso.

─ Ramiro no estaría mal como líder.

─ Lo sé, pero Ramiro no habla fuerte ni tampoco tratará mal a los chicos si hacen algo mal porque él es más bueno con todos ¿Entiendes? Ramiro es un gran chico, pero no sirve como líder de un equipo grande. En cambio, Matteo sí, a él no le interesa que se sientan mal o se enojen, él les grita y los reprocha y nadie le dice nada porque lo conocen, Matteo es el chico perfecto para capitán del equipo de F.A, puede destrozarlos en la cancha, pero dentro de los entrenamientos y los camarines puede unir al equipo como si fueran hermanos de sangre. Matteo es lo que buscaba para esto.

Lo escuché en silencio, no sabía que pensaban así de Matteo.

Vi como los segundos pasaban muy rápido, Gastón se mantenía al centro atento a todo, Pedro seguía atrás marcando a los del otro equipo.

─ ¡Hey! ─ gritó Matteo.

Miré con atención y Gastón ya no estaba al centro, iba corriendo con la pelota en sus brazos y la mitad del equipo contrario corrían tras el ¿En qué momento había pasado?

─ Maldito Matteo ─ rió Alfred.

Simón y Ramiro derribaron a dos chicos y corrieron a los costados, esquivando a los demás ¿Dónde estaba Matteo?

─ ¡Hey! ¡Él no tiene el balón! ─ Gritó un chico de Harmony camp, todos voltearon desconcertados, pero ya era demasiado tarde.

Un chico pasó por el lado de Matteo y él corrió por toda la cancha aprovechando los segundos de desconcentración del otro equipo, llegó a la zona en donde se marcaba y se dio el gusto de detenerse y llegar caminando a marcar el punto esperado con una sonrisa victoriosa y sarcástica. El silbato del término del partido sonó y todos corrieron a abrazar a Matteo quién estaba feliz.

Eres Mío! Imbécil |Lutteo|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora