Capitulo 28

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Luna se puso de pie aún con sueño, luego se vistió con sus infaltables zapatitos y un short junto a un poleron enorme que cubría su cuerpo hasta su muslo.

—Ésta vez iré preparada —Dijo sacándole una frazada a su cama, yo sólo reí y le saqué una almohada.

El mismo recorrido de aquella vez.

Al estar en el árbol, puse la almohada de Luna en el suelo y ambos nos apoyamos en ella mirando hacia el cielo, no tenía frío, pero ella insistió en poner la frazada cubriéndonos.

—Ahora ¿Me contarás el motivo por el cuál me hiciste subir aquí nuevamente?

─La verdad es que solo quería salir de la cabaña.

─ ¿Justo ahora en la madrugada?

—Si —sonreí inocente —A veces es bueno salir a respirar.

Ella río mirándome. Solo le sonreí en silencio.

─ ¿Qué hay de tu padre?

—Nada —Respondí seco. —Me quedé pensando un largo rato en él y me di cuenta que ya no hay vuelta atrás. Estaba perturbándome la situación y quise salir, por eso te dije que me acompañaras.

Ella me sonrió en silencio y apoyó su cabeza en mi hombro mirando hacia algún lugar como diciendo "Todo estará bien"

Estábamos conversando, cuando de pronto, Luna se quedó callada, la observé en silencio y se había quedado dormida. Sonreí mirando sus ojos cerrados y la abracé en silencio para luego cerrar mis ojos.

LUNA VALENTE.

Desperté con el canto de un pajarito en la copa del árbol. Estaba recién amaneciendo, deben haber sido las 6:00AM. 

Aún tenía mucho sueño, pero no seguiría durmiendo arriesgándome a que se pusieran a entrenar en las canchas y tener que pasar por lo mismo otra vez.

─ Matteo despierta ─ susurré entre sus brazos.

Él abrió sus ojos con dificultad mientras fruncía el ceño.

─ Vamos, debemos ir a la cabaña.

─ ¿Qué? ¡No! sigue durmiendo.

─ ¿Y si entrenan?

—No, le pregunté ayer a Alfred si entrenaríamos hoy y dijo que no.

─ ¿Estás seguro?

─ Segurísimo.

—Aún así no puedo dormir —Susurré mirando al cielo entre las ramas.

─ Yo sí ─ bostezó cerrando sus ojos.

Me puse de pie y caminé hacia un extremo del suelo y me senté ahí mirando hacia las montañas enormes.

─ Luna ─ escuché detrás de mí.

Volteé a mirar y vi a Matteo mirándome desde nuestra cama improvisada.

─ ¿Qué? ─ pregunté mirándolo.

─ Ven aquí ─ respondiendo frunciendo ceño.

Me puse de pie y camine hacia él. Me senté a su lado y él me cubrió con la frazada.

─ Hace frío, cúbrete.

─ Matteo, estamos en pleno verano ¿te picó algún insecto mata neuronas?

─ Que graciosa ─ rió irónico.

Sonreí mirándolo y él se sentó a mi lado bostezando, pero que sueño tan pesado tenía este chico.

Eres Mío! Imbécil |Lutteo|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora