Capitulo 9

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─ ¿Pero qué...? ─ me volteé chocando con la mirada de Matteo.

─ No me ignorarás ahora ─ entrecerró sus ojos color miel ─ no cuando trato de ser amable.

─ No necesito de tu amabilidad ─ respondí fría.

─ Tienes los labios morados ─ dijo bajando el tono de su voz y envolviéndose en su otra toalla.

Lo miré irritada, no necesito que se haga el caballero conmigo ahora.

─ Eres tan antipática ─ bajó su voz.

─ Tu eres insoportable.

─ Solo trato de ser amable contigo ─ dijo en tono molesto.

─ No quiero que seas amable conmigo ─ me irrité más.

─ Está bien ─ se quedó mirándome ─ devuélveme la toalla.

Le tiré la toalla en la cara.

─ ... Pero ¿quién demonios te entiende? ─ me miró a los ojos.

─ Nadie ─ dije fría.

─ Con esa actitud jamás tendrás novio.

─ No necesito de uno ─ aseguré.

─ Claro que lo necesitas, estás demasiado fría.

─ Soy así.

─ Parece que solo lo eres conmigo.

─ Tú eres igual.

─ Trato de cambiar, olvidar el pasado y esto ─ señaló la cicatriz de su rostro.

─ Mira Matteo, tú y yo jamás nos llevaremos bien ¿Te quedó claro? ─ él arqueo una ceja ─ solo por el hecho de que eres un imbécil al cual no soporto tener cerca ─ comenté seria.

Volteé y me fui a la cabaña, saqué mi toalla y me fui a duchar.

.....

─ ¿Simón a qué hora jugarán? ─ pregunté mirándolo.

─ En una hora ─ respondió sonriente.

─ ¿Contra quienes?

─ Con unos chicos del otro campamento "Harmony Camp", creo que así se llaman.

─ Ah... no los conozco.

─ Dicen que son muy buenos ─ Dijo Ramiro buscando unas cosas en su mochila y sentándose a nuestro lado.

─ ¿Sí? Pero de seguro les ganarán ─ sonreí apoyándolos.

─ Todo depende de la determinación de Matteo.

─ ¿Por qué? ─ pregunté.

─ Porque es el capitán del equipo, si lo vas a ver no lo reconocerás.

─ ¿Se transforma? ─ me reí.

─ No ─ Rió Simón ─ Matteo se concentra más que todos y siempre nos hace estar atentos al balón, grita tan fuerte el maldito idiota.

─ ¿Cómo me llamaste? ─ lo sorprendió Matteo sentándose a un lado de Ramiro.

─ Sabes que te amo ─ le sonrió Simón.

─ Tan idiota para ser del equipo ─ rió.

─ Bueno y como te decía... ─ continuó Simón ─ Matteo y sus gritos grandes en la cancha que se escuchan de aquí a la China te hacen reaccionar al balón enseguida.

Me quedé en silencio escuchándolo, no quería opinar sobre Matteo, menos si él se encontraba ahí. Luego de unos minutos entró Gastón a la sala.

Eres Mío! Imbécil |Lutteo|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora