─ ¿Pero qué...? ─ me volteé chocando con la mirada de Matteo.
─ No me ignorarás ahora ─ entrecerró sus ojos color miel ─ no cuando trato de ser amable.
─ No necesito de tu amabilidad ─ respondí fría.
─ Tienes los labios morados ─ dijo bajando el tono de su voz y envolviéndose en su otra toalla.
Lo miré irritada, no necesito que se haga el caballero conmigo ahora.
─ Eres tan antipática ─ bajó su voz.
─ Tu eres insoportable.
─ Solo trato de ser amable contigo ─ dijo en tono molesto.
─ No quiero que seas amable conmigo ─ me irrité más.
─ Está bien ─ se quedó mirándome ─ devuélveme la toalla.
Le tiré la toalla en la cara.
─ ... Pero ¿quién demonios te entiende? ─ me miró a los ojos.
─ Nadie ─ dije fría.
─ Con esa actitud jamás tendrás novio.
─ No necesito de uno ─ aseguré.
─ Claro que lo necesitas, estás demasiado fría.
─ Soy así.
─ Parece que solo lo eres conmigo.
─ Tú eres igual.
─ Trato de cambiar, olvidar el pasado y esto ─ señaló la cicatriz de su rostro.
─ Mira Matteo, tú y yo jamás nos llevaremos bien ¿Te quedó claro? ─ él arqueo una ceja ─ solo por el hecho de que eres un imbécil al cual no soporto tener cerca ─ comenté seria.
Volteé y me fui a la cabaña, saqué mi toalla y me fui a duchar.
.....
─ ¿Simón a qué hora jugarán? ─ pregunté mirándolo.
─ En una hora ─ respondió sonriente.
─ ¿Contra quienes?
─ Con unos chicos del otro campamento "Harmony Camp", creo que así se llaman.
─ Ah... no los conozco.
─ Dicen que son muy buenos ─ Dijo Ramiro buscando unas cosas en su mochila y sentándose a nuestro lado.
─ ¿Sí? Pero de seguro les ganarán ─ sonreí apoyándolos.
─ Todo depende de la determinación de Matteo.
─ ¿Por qué? ─ pregunté.
─ Porque es el capitán del equipo, si lo vas a ver no lo reconocerás.
─ ¿Se transforma? ─ me reí.
─ No ─ Rió Simón ─ Matteo se concentra más que todos y siempre nos hace estar atentos al balón, grita tan fuerte el maldito idiota.
─ ¿Cómo me llamaste? ─ lo sorprendió Matteo sentándose a un lado de Ramiro.
─ Sabes que te amo ─ le sonrió Simón.
─ Tan idiota para ser del equipo ─ rió.
─ Bueno y como te decía... ─ continuó Simón ─ Matteo y sus gritos grandes en la cancha que se escuchan de aquí a la China te hacen reaccionar al balón enseguida.
Me quedé en silencio escuchándolo, no quería opinar sobre Matteo, menos si él se encontraba ahí. Luego de unos minutos entró Gastón a la sala.
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Eres Mío! Imbécil |Lutteo|
Teen Fiction-Imbécil. -Insoportable. -Idiota. -Consentida. -¡Déjame en paz! -Admite que te encanta discutir conmigo. -Lo único que me encantaría relacionado contigo es que desparecieras. Luna y Matteo. ¿Por qué se odian? ¿Por qué se quieren? ¿Por qué no pue...