Capitulo 49

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La mañana era muy fría, las calles estaban blancas y los granizos no cesaban. Agradecí que mi cumpleaños estuviese en el comienzo de las vacaciones de invierno. Me di una ducha caliente y luego me vestí.

Bajé al primer piso encontrándome con mi mamá y Miguel, una torta de chocolate con unas letras hechas con crema "Feliz cumpleaños Luna" y chocolate caliente.

─ ¡Feliz cumpleaños! ─  gritaron al mismo tiempo.

Mi sonrisa se amplió y los abracé a ambos. Tomamos desayuno riendo de idioteces y escuchando las anécdotas de Miguel.

Luego de tomar desayuno, me tendí en el sofá y mi celular comenzó a sonar.

─ ¿Aló? ─ Contesté sabiendo que del otro lado era Nina ya que tenía su número grabado.

─ ¡Feliz cumpleaños! ─ Se escuchó la voz de Nina y la de Celeste.

─ Gracias ─ reí.

Hablamos mucho rato contándonos cosas y diciendo ideas al azar para celebrar mi cumpleaños, hasta que decidimos hacer una noche de chicas en casa de Nina.

Matteo seguía sin dar señales de vida y ya estaba comenzando a sentirme mal y olvidada por él.

Miguel y mamá hicieron el almuerzo mientras yo hablaba por teléfono con Gastón, Simón y Ramiro.. Y sin recibir llamadas ni mensajes de Matteo. Estaba pensando seriamente en llamarlo yo, pero el timbre sonó y corrí a abrir.

Abrí la puerta dejando el celular en mi bolsillo y mis ojos chocaron con los de Matteo, mi sonrisa se hizo cada vez más grande.

─ ¡Feliz cumpleaños princesa! ─ sonrió abriendo sus brazos.

Estaba con un jeans oscuro, un abrigo azul, sus infaltables vans y un gorro de lana entubado.

Lo abracé con todas mis fuerzas y el me levantó del suelo dándome besos en toda mi cara.

─ Gracias ─ reí separándome de él.

─ Mi princesa ─ Sonrió dejándome en el suelo, dejando un mechón de cabello detrás de mi oreja y luego me besó, románticamente.

─ Pensé que se te había olvidado mi cumpleaños ─ dije mirándolo.

Él sonrió con el ceño fruncido.

Entramos y él saludó a mamá y a Miguel, luego se sentó en el sofá en donde yo estaba acostada. Puse mi cabeza en sus piernas mientras él me miraba.

─ Jamás podría olvidarme del día más importante de tu vida.

Sonreí mirándolo y quise abrazarlo sin cansancio.

─ Matteo ¿te quedarás a almorzar? ─ preguntó mi mamá mirándolo.

─ No, no se preocupe.

Mi rostro cambió y lo miré molesta.

─ ¿Por qué no?

─Porque tú y yo saldremos todo el día amor, este día será completamente tuyo.

─ ¿Es una broma?

─ No ─ rio ─ anda a abrigarte y vámonos.

Mi madre nos miró feliz y yo sonreí mirando a Matteo. Me puse de pie feliz y corrí a mi habitación a buscar un abrigo.

Matteo.

Ver a Luna feliz, me hace sentir completamente pleno.

Después de llegar al centro comercial a Luna se le antojó comer pizza, así que pedimos una pizza familiar para ambos y dos bebidas. Estuvimos alrededor de una hora y media sentados comiendo y conversando, incluyendo las risas a carcajadas y las bromas estúpidas de las cuales también reíamos.

Eres Mío! Imbécil |Lutteo|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora