—Ah, así que te gusta estar conmigo sólo cuando lo deseas —Dijo Matteo mientras estaba sentado en mi cama.
─ Sí ─ sonreí mirándolo.
—Está bien, me gusta —Contestó indiferente y luego desvió su mirada.
Luego de unos minutos, escuchamos pasos afuera de mi habitación y de inmediato golpes en mi puerta.
—¡Luna abre! —Era Ámbar quien hablaba furiosa.
Matteo me observó divertido y comenzó a hacer ruidos extraños como si estuviéramos teniendo sexo.
—Oh Luna, suéltame por favor —Se quejaba él y yo ni siquiera estaba tocándolo.
Entrecerré mis ojos mirándolo.
─ ¿Sigo? ─ susurró.
─ No, cállate.
Matteo iba a abrir la boca para seguir y yo se la cubrí rápidamente con mi mano.
Él estaba sentado en mi cama y yo estaba de pie junto a él.
De pronto me tomó la cintura con sus manos y caímos a mi cama. Saqué mi mano de su boca y él me sonrió con perversidad.
— ¡Luna abre ahora si no quieres que llame a una campista! —Se enfureció Ámbar, si es que podía hacerlo aún más.
Matteo rió en silencio y yo también, pero después le tomé el peso a la situación.
—Llamará a alguien —Me puse de pie, pero él me agarró de la cintura y dejaba que me fuera.
─ Dame un beso ─ susurró.
─ No, suéltame ─ respondí en el mismo tono de voz.
─ Dame un beso y te suelto ─ sonrió divertido.
─ Matteo...
─ Luna ─ río.
Le di un beso corto y me puse de pie.
—¿A eso le llamas un beso? —Susurró con su ceño fruncido.
─ Ya basta ─ reclamé.
—¿Quieres que te muestre como es un beso? —Sonrió.
─ Ahora no ─ respondí con molestia.
—Bueno, más tarde entonces —Se encogió de hombros y abrió la puerta para salir.
Ámbar estaba histérica pidiéndole explicaciones a Bruno quién sólo le dejó claro que entre ellos no había nada en común.
Luego caminó fuera de la cabaña dejando a la asesina en serie frente a mí.
—En cuanto a ti —Se volteó hacia mí —No vivirás en paz mientras estés aquí.
—Que miedo —Sonreí sarcástica y luego cerré la puerta.
......
— ¡Al fin fin de año! —Gritó Simón haciendo que todos nos riéramos.
Eran las siete de la tarde y hacía un calor infernal. De hecho estábamos todos con trajes de baño por la cabaña, pero lamentablemente la piscina se encontraba cerrada porque la estaban preparando para la noche.
Mi relación con Matteo estaba igual, aunque ahora estaba comportándose de forma extraña porque me había visto varias veces con Michel. Lo nuestro es sólo un juego, no tiene de qué sentir celos.
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Eres Mío! Imbécil |Lutteo|
Teen Fiction-Imbécil. -Insoportable. -Idiota. -Consentida. -¡Déjame en paz! -Admite que te encanta discutir conmigo. -Lo único que me encantaría relacionado contigo es que desparecieras. Luna y Matteo. ¿Por qué se odian? ¿Por qué se quieren? ¿Por qué no pue...