Eres Mío! Imbécil |Lutteo|

Capitulo 20

LUNA VALENTE

Hoy es noche buena y como siempre, la administración del campamento realizará una fiesta. Las personas nuevas siempre se arreglan como el árbol de navidad, quiero decir, extravagantes, elegantes y lindos, pero los antiguos sabemos que se debe ir con traje de baño debajo de la ropa y es mejor optar por ropa holgada y zapatos o zapatillas cómodas.

Me puse mi bikini, un short y una polera azul transparente, zapatos cómodos y ya estaba lista.

Salí al living y vi a mis amigas sentadas conversando. Me uní a ellas, pero de pronto se quedaron mirando hacia la cocina.

─ Mírenme ─ bufé molesta.

Ellas me miraron sonrientes. Miré hacia la cocina y divisé a Matteo con traje de baño negro y sin camiseta. Estaba buscando algo en el congelador dándonos la espalda, dejando ver los músculos de su espalda y lo ancha que era. Maldito Matteo.

—Chicas —Dijo mientras se volteaba hacia nosotras y las tres disimulamos una conversación enseguida.

Él tosió con una sonrisa.

─ ¿Les molesta si les saco jugo?

─ No ─ respondió Nina de inmediato.

─ Gracias.

La miré en silencio a punto de reír. Matteo bebió y luego lo guardó. Volvió a su habitación para luego regresar con una sudadera gris que dejaba ver sus musculosos brazos y marcaba su tonificado torso.

Luego de un rato, nos dirigimos los siete al centro del campamento donde se realizaba la fiesta y estaban las piscinas. Claramente Ámbar no estaba con nosotros.

.......

Cuando eran las doce de la noche comenzaron a entregar regalos. Me regalaron dos poleras y un vestido muy lindo, los organizadores de éste año tienen buen gusto. Luego de guardar las cosas en la cabaña, regresamos a la fiesta.

El ambiente estaba bastante encendido. Había chicos saltando en la piscina, otros bailando, gritando mientras entonaban la canción. También algunos bebían lo que nos brindaba el campamento ese día.

─ Amiga ¡Bailemos! ─ Me gritó Nina tomándome del brazo y arrastrándome al centro junto a los demás. Había tanta gente que era complicado moverse y la música apenas dejaba escuchar la voz de las personas.

Volteé y me choqué con un chico que enseguida me miró.

─ Lo siento ─ le sonreí.

Él me sonrió y luego no me dejó pasar.

─ ¿Me das permiso? ─ pregunté haciéndome a un lado.

─ Espera ─ me dijo. Puso sus manos en mi cintura y me volteó hacia él.

Era alto y rubio. No lo conocía, pero a juzgar por su físico, seguramente pertenecía al equipo de fútbol americano.

─ ¿Qué quieres? ─ intenté hablarle.

Él se acercó a mi oreja.

─ Bailar ─ me contestó.

─ No quiero, gracias ─ intenté alejarme.

─ ¡Vamos Luna! ─ no dejó que lo soltara.

¿Qué mierda? ¿Me conoce?

─ Suéltame ─ me molesté.