Capitulo 34

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¿Por qué estaba tan preocupado y me sentía tan culpable? Soy un idiota, si, pero ¿por qué? Si no estaba enamorado de ella. Con otra persona no me hubiese interesado esto, pero realmente sentía una complicidad única con Luna y sentía que había quebrado todo lazo con ella.

Me senté en una banca, mi cabeza estaba dando vueltas, intentando armar el rompe cabezas de este problema.

¿Por qué Luna estaba llorando? No entendía nada. No miento cuando digo que se a convertido en lo más importante que tengo aquí, pero, ¿Por qué siento que he roto algo? No soportaba pensar que ella estaba llorando por mi culpa. ¿Se había enamorado realmente de mí? O ¿En realidad yo soy el que está enamorado? Aunque puede ser cierto ¿Cuáles son los síntomas del amor?

Me puse de pie un poco más tranquilo, pero igual de confundido. Entré a la cabaña, ésta vez estaba Gastón y Ramiro, Simón se había ido a su habitación.

Caminé a la habitación de Luna, realmente necesitaba hablar con ella, que me escuchara y me creyera. Tomé una gran bocanada de aire y golpeé.

— ¡Quiero estar sola! — Gritó desde adentro.

— Luna, soy yo... — respondí bajando la voz.

LUNA VALENTE.

Mi almohada era mi única compañía en este momento.

Después de escuchar los gritos de los chicos discutiendo seguí en mi burbuja intentando no llorar y analizando mis sentimientos de por qué estaba tan dolida y enojada por esto. Descubrí que estoy enamorada de Matteo.

Enamorada de Matteo.

Enamorada de Matteo.

DE MATTEO EL HIJO DE PUTA BALSANO

Era obvio desde cualquier punto de vista y debía caerme de esta forma para darme cuenta. Su sonrisa me hacía sentir la chica más feliz del mundo, su mirada hacía que me perdiera en ella. Podría estar abrazándolo por horas sin cansancio sólo por el hecho de que me gustan sus abrazos. Sus labios me encantan, me llaman y los deseo. Me gustan sus labios y sus besos me hacen sacar los pies del suelo. Su personalidad estremece todo mi cuerpo y... me di cuenta que jamás le habría entregado una parte tan importante de mí sin haber estado enamorada de él.

Por eso me duele tanto todo esto. Confié en sus palabras, sus miradas y gestos, pero descubrí que sólo era una apuesta, un juego... Una estupidez.

"Ella solo es algo pasajero"

Por supuesto... Eres tan idiota, Luna, eliges con pinzas a los chicos, cuando veo uno que me hará sufrir, lo quiero tanto para mí hasta que me destruye y termino quedando en pedacitos.

Matteo insistió en golpear, pero no me atrevía a mirarlo a los ojos. Aunque quería escucharlo y ver su rostro para decirle todo lo que tengo guardado en mi garganta, no me importaba si lloraba en el intento. Me arriesgaría a eso.

Me puse de pie y abrí la puerta.

Nuestras miradas chocaron, pude ver sus ojos grises mirándome con frustración.

— Luna, escúchame... Por favor — Dijo mientras ponía su mano en la puerta para que no la cerrara.

Asentí y entró cerrando la puerta a sus espaldas.

Me senté en la cama y él se sentó frente a mí.

— Nada de lo que viste ahí afuera fue real — dijo sin despegar su mirada de la mía, su tono de voz era bajo y culpable, pero... no le creía.

Eres Mío! Imbécil |Lutteo|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora