Todos lo miramos con atención. Conozco hace tiempo a Ramiro, pero jamás lo he visto triste ni enojado, tampoco contándole sus problemas al mundo por lo que me parece muy valiente que comience él.
—La verdad es que... No tengo muchos problemas —Dijo sincero —pero sin duda lo que aún me tiene intranquilo, con cargo de consciencia y mal, es el día en que discutí con mi abuelo y le dije que no se metiera en mi vida, que no porque su hijo haya sido una mierda, yo también lo sería. Creo que se sintió muy mal... Mi padre fue un ingrato con él, ese día me fui enojado y a los tres días supe que había fallecido —Comentó con su voz en un hilo, Nina puso una mano en su rodilla apoyándolo —No sé cómo pude ser tan imbécil, cada vez que tengo la oportunidad de pedir perdón lo hago, pero no se siente bien... Porque él no está aquí para decirme "Tranquilo hijo, todo está bien" —Dijo cortando su comentario ya que no pudo seguir hablando. Me estremecí en mi puesto y continué mirando a los demás.
Todos nos quedamos en un rotundo silencio esperando que el siguiente comenzara a hablar.
Todos contaron sus momentos malos, sólo faltaba Luna y yo, las historias eran muy tristes y otras no tanto, pero por ejemplo Ámbar, dijo que no tenía ningún momento malo.
—Estás bien ¿Luna? —Preguntó Ramiro mirándola. Ella reaccionó a mirarlo y realmente se le notaba que no quería hablar, pero aún así comenzó.
—No es de mi agrado hablar sobre esto, como odio hablar de esto —Dijo apretando sus ojos. La miré con atención, definitivamente lo único que conocía de ella era su lado vengativo — Hace dos años atrás, todo era muy diferente en mi vida a como es ahora, quizás si me hubiesen conocido antes yo estaría gritando o riendo eufórica, haciendo bromas, pero todo cambió ese día —Dijo mirándonos, me imaginé lo peor ¿Habrán abusado de ella? Simón apretó su mano, al parecer él sabía —Fui a veranear con mis padres y mi hermano un año familiar y sin campamentos, siempre estuve pegada a mi hermano. Un día inesperado él salió a comprar temprano, no quise acompañarlo porque tenía mucho sueño. Pasaron las horas y él no regresaba, llegó la tarde y no regresaba, llegó la noche y definitivamente reaccionamos a que no regresaría. Llamamos a la policía, a todo el mundo, lo peor era estar de vacaciones en un lugar en donde nadie te conocía ni tú conocías a nadie. Pasaron los días y él no regresaba ni se encontraban rastros de él, semana tras semana tenía la esperanza de volver a verlo, hasta que llegó la maldita noticia, como odié esa estúpida noticia —Dijo con sus ojos cristalizados. —Él había fallecido, lo habían asesinado, un hijo de puta, un demente. Mis días se volvieron grises, los minutos horas, las horas años y yo frustrada estuve con depresión al igual que mi madre. Mi papá se marchó algunos meses después porque ya no se soportaban con mamá y así fuimos quedando mi mamá y yo... —Contó con dolor en sus palabras, todos quedamos congelados, bueno... No sé si todos, pero yo sí, definitivamente yo no hubiese soportado todo eso.
Vi como las lágrimas recorrían sus mejillas y Simón la apoyaba moralmente acariciando su hombro.
LUNA VALENTE:
Definitivamente no fue fácil relatar eso, ya que odio recordar ese día. Mi vista se nubla y lo único que deseo es abrazar a mi hermano y jamás soltarlo, regresar a ese maldito día y decirle "Quédate conmigo, más tarde te acompaño a comprar" o por último decirle cuánto significaba para mí o no sé, haberlo acompañado a comprar y haberme ido junto a él, me duele tanto haberlo perdido.
—¿Matteo? —Comentó Ramiro. Él lo miró en silencio despertando de sus pensamientos, después de lo que conté él se había mantenido al margen y mirándome fijamente como sintiendo todo lo que yo sentía.
—Bueno yo... —Lo miré fijamente, el capitán del equipo iba a confesar que tenía sentimientos, esto debía ser interesante —Yo... No sé cómo empezar, esto se trata de mi padre, bueno, mi padre siempre ha sido todo para mí, mi héroe, mi futuro y mi modelo a seguir. Siempre me ha apoyado en todo lo que quiero y me sube el ánimo cuando estoy frustrado o cansado, pero todo cambió mucho desde aquel día en que discutimos, estábamos cenando y comenzó a hablar sobre mi mamá, no bien, sino mal y dejándola por el suelo, creo que estaba enojado porque ella lo había dejado. Comencé a reprocharlo y a darle lecciones de cómo tratar a una mujer creyéndome Dios, y él muy competitivo no quiso perder ante un idiota como yo. Comenzamos a insultarnos hasta que me golpeó y yo le grite que lo odiaba. Nunca volvimos a retomar esa confianza milenaria que siempre tuvimos y ahora —Respiró profundo y luego continu —Ahora que él se enfermó y retiene muy poco rato las cosas, no puedo decirle que me perdone... Ya que se le olvidará quizás una hora después. Él sólo recuerda con amargura como nos tratamos aquel día y odio saber que lo estoy perdiendo de a poco y no puedo decirle realmente que me perdone de verdad. Lo he intentado, pero es frustrante llorar pidiéndole disculpas, que te abrace y te diga "Todo está bien" y que después de una hora te diga "Tú ya no eres mi campeón, nuestra confianza se arruinó ese día" Claro, él ya no recuerda nada. Cada día se debilita más, quizás se vaya sin saber que yo de verdad lo sentía.
Lo miré sorprendida, sus palabras contenían mucho dolor, pero no derramó ninguna lágrima. Era claro, obvio... Él ocultaba todo lo que sentía.
La actividad finalizó muy tarde y luego todos volvimos a nuestras cabañas. Después de esto, supuse que la convivencia mejoraría.
.......
—Ámbar lo único que hace es mirarse al espejo y limarse las uñas,—Le reclamé a Ramiro —mientras nosotros mantenemos la limpieza de la cabaña ¡Debes decirle algo!
-Esta bien, tranquila- dijo tocando mi hombro.
En ese momento yo estaba lavando unos platos sucios, en realidad todos estábamos haciendo algo, excepto Ámbar que estaba pintando sus uñas y limándoselas en el sofá. Y Matteo no hacía nada, sólo estaba en su habitación porque ya había terminado el aseo que le tocaba.
-Ámbar- dijo Ramiro algo tranquilo- ¿Puedes dejar de pintarte las uñas y ayudar un poco?
-¡Ay Ramiro no molestes! soy la hija de la dueña, nadie nos dirá nada.
-Pero a nosotros sí- le reprochó Ramiro.
-¿Y me deberá importar?
-Claro que sí, somos un grupo.
-No me interesa ser parte de su grupo.
Suspiré enojada, sabía que Ramiro no le hablaría mal porque ere mujer, pero yo sí podía.
Nuevo capítulo, espero les guste.
NOTA: pronto actualizaré "Eres la luz de mis ojos", disculpen pero es que estoy sin ideas, si me mandan mensajitos con lo que quisieran que pase en la historia se los agradecería mucho.
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Eres Mío! Imbécil |Lutteo|
Teen Fiction-Imbécil. -Insoportable. -Idiota. -Consentida. -¡Déjame en paz! -Admite que te encanta discutir conmigo. -Lo único que me encantaría relacionado contigo es que desparecieras. Luna y Matteo. ¿Por qué se odian? ¿Por qué se quieren? ¿Por qué no pue...