¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Slytherin perdió el partido contra Gryffindor, mientras unos festejaban otros estaban molestos con el resultado, razón por la que Victoria prefirió escapar de su casa, no tenía las ganas de ver cómo todos hacían un gran escándalo por un resultado, esa fue la razón para estar caminando por lugares en los que nunca habría estado dentro del castillo.
La principal razón de no haber recorrido tanto el castillo era por su inmensidad, la segunda era más simple, nunca encontró la necesidad de ir más allá de las torres pues de todos modos su casa se encontraba en la parte baja, así que, si no era para las clases de Astronomía o solo ver el cielo, Victoria no encontraba la necesidad de estar por ahí.
Ojalá le hubiese hecho caso a su cerebro cuando una voz le dijo que debía irse al patio y morir de frío ahí que hacer de investigadora. El sollozo de alguien llamó su atención, no era curiosidad simplemente fue el tener que pasar cerca de donde Hermione Granger lloraba, no habría servido ser silenciosa, la de cabellos alborotados ya la vio.
— Esto es incómodo. —susurró al ver cómo la Gryffindor limpiaba sus lágrimas y se levantaba lista para irse a otro lugar— ¿Te encuentras bien?
— ¿Acaso te importa? —preguntó, Victoria se encogió de hombros.
— Camille dice que debo mostrar más empatía.
— Tiene razón.
— Lo sé. —murmuró a la vez que cruzaba de brazos y se recargaba en la pared como si esperara que le dijera algo.
— No eres la persona más correcta para dar consuelo.
— Dime algo que no sepa. —Hermione sonrió un poco al verla rodar los ojos— No necesito que me recuerdes que soy un ser sin alma y corazón, lo tengo presente.
— Si tienes corazón, lo demuestras cuando estás con Camille.
— Ella es un fastidio solo finjo. —pero aun así sonrió ante su mención.
— ¿Alguna vez te has enamorado o sentido algo por alguien? —preguntó luego de haberse quedado en silencio, Victoria la miró.
— Ni siquiera sé qué es eso. —respondió— Te lo dije, no todos nacimos en un ambiente amoroso.
— Y-yo...
— Si te disculpas te voy a dar una razón para llorar. —interrumpió— He usado a las personas para mi propio beneficio, porque eso es amor para mí, el amor de mis padres solo era una fachada, el amor que decía tener por Devon Samuels fue una fachada. —Hermione guardó silencio mientras veía un atisbo de tristeza cruzar por los ojos de la Slytherin— No soy la persona más correcta para darte consuelo.
— Supongo que es mi culpa por esperar un amor como el de mis padres.
— Quizás. —murmuró, pero Victoria se acercó a Hermione— Eres una buena persona, tendrás un amor así. —dijo y antes de salir de ahí golpeó con suavidad la frente de ella para luego señalar sus ojos rojos— Ron Weasley no lo vale.
Hermione la vio alejarse dejándola ahí con las ganas de seguirla y decirle que también debería merecer un amor como el que ella veía en sus padres pero no lo hizo, incluso si lo hubiese hecho no habría sabido cómo enfrentarse a Victoria, no la conocía como Camille quien de seguro la vio visto mostrar emociones, no la conocía como Thomas Roux para sentarse en silencio porque ambos estaban igual de rotos.
Eso es lo que era Victoria Pieterse una persona rota y quizás Hermione se equivocaba pero ella lo vio, pudo ver los pedazos rotos que solo la dañaban, nuevamente Hermione pensó que Victoria solo necesitaba alguien que la escuchara y pudiera decirle que todo estaba bien aun cuando todo se derrumbaba.
Victoria Pieterse solo estaba rota y había algo irónico, las personas rotas tienden a juntarse con otras rotas.
─ ✦ ─
— Había olvidado que eras parte del grupo de eminencias. —murmuró Victoria a un costado de un aún más aburrido Thomas Roux— Sí me negué a ser parte fue por algo, pero no me haces caso.
— Si nos emborrachamos será mejor.
— Aquí ni siquiera hay alcohol fuerte. —murmuró— Tampoco tenemos edad.
— ¿Desde cuándo nos gusta seguir las reglas?
— Tienes razón, pero igual no hay alcohol fuerte.
— Si no pasa algo en menos de cinco minutos nos vamos de aquí.
— Es lo más inteligente que has dicho en meses. —se burló Victoria mientras ambos comenzaban a jugar a un duelo de pulgares a la espera de que pasaran los cinco minutos o algo mejor— ¿Por qué te uniste?
— Me aburro demasiado.
— Te gusta unirte a grupos estúpidos. —mencionó y Thomas alzó una ceja— La brigada inquisitorial, a este y a....
— Entendí, soy malo tomando decisiones.
— Y por eso me necesitas en tu vida. —molestó antes de sonreír al ver que ganó en el duelo, habría sido mejor si hubiesen apostado algo, Thomas estuvo por quejarse cuando el alboroto que quizás ambos esperaban inició, la mirada de ambos se enfocó en Draco Malfoy siendo arrastrado por Filch.
No fue interesante, Snape llegó antes de que pudiese subir el tono del espectáculo, más Victoria de reojo pudo ver a Harry Potter moverse tras Snape y Malfoy.
— Deberías ir. —murmuró Thomas quién también vio a Potter moverse.
— ¿Por qué lo haría?
— No lo sé. —respondió antes de alejarse. Victoria rodó los ojos y salió detrás de Potter intentando que el ruido de sus zapatos no fueran tan escandalosos para llamar la atención, al menos la atención de a quienes estaban siguiendo, le importaba muy poco Potter y a este le pasaba lo mismo con ella.
Tanto Potter como Victoria se detuvieron tras una pared escuchando como Draco admitía todo lo que hizo, Harry enseguida miró a su costado, ambos guardaron silencio hasta que la conversación parecía haberse acabado.
— Mentiste.
— No lo hice. —musitó antes de alejarse del de lentes quien tomó de su muñeca impidiendo que se moviera— No mentí, Potter, puedes preguntarle a cualquiera en la orden, no mentí porque ni siquiera yo sé que ocurre con él.
Victoria se soltó del agarre y se alejó, esa fue la razón de que Thomas le dijera que lo siguiera, él sabía lo que Draco intentaba hacer, no tenían que ser muy inteligentes para no darse cuenta de la mirada que puso cuando lo vio aparecer en la fiesta.
La puerta que vio por varios meses se abrió dándole paso al salón de menesteres, pasó tanto tiempo ahí que podía caminar por el lugar con facilidad, algo que le ayudó cuando encontró al rubio sentado frente a un viejo armario.
Ninguno de los dos habló, no había palabras que Victoria pudiera decir para quitar el peso que Draco sentía, él mismo dijo que era algo que tenía que hacer, alguien que se mostraba tan apático por todos condenó su vida por otra, pero tampoco era como si Draco fuera a aceptar las palabras que salieran de la boca de Victoria, aun así, algo dentro de él se sintió extraño ante la presencia de ella ahí junto a él.
Draco la miró unos segundos, simplemente por comprobar que era cierto que ella estuviera ahí, entonces pensó en el olor de aquella poción, un nudo se formó en su garganta para luego desviar la mirada mientras su cabeza solo pensaba en una cosa: ¿Alguien como yo podrá ser amado?
