iii. xiv

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Open your eyes and look at reality.


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Luca Burke alzó la mirada ante el sonido de alguien apareciendo, su rostro inexpresivo mostró consternación ante el estado con el que Victoria apreció frente a él, pero ella no tenía tiempo para sentarse a conversar sobre los acontecimientos recientes, de hecho, ni siquiera quería hablar de ellos porque sentía asco, estaba segura que sentía náuseas y solo por tener el pensamiento rondando en su cabeza de que se convirtió en una asesina, que, incluso si intentó alejarse de esa vida terminó igual de hundida que sus padres.

— Ten. —extendió un papel el de cabellos oscuros hacia Victoria, quien con una ceja alzada tomó el objeto— En ese lugar se encuentra Camille, pensé que...

— Gracias. —susurró aún sin despegar la mirada, pero cuando lo hizo solo suspiró— Kares.

— ¿Qué?

— Le dije a Nina que si algo no salía a lo acordado le haría saber de alguna manera que pude al menos cumplir con cierta parte, ellos estarán aquí en cualquier momento. La vidente que vivía conmigo alertó a mi tío, desconozco si él lo informó, pero es mejor apurarnos a tener que recibir sorpresas.

— ¿Estás segura de lo que escuchaste?

— Las visiones de tu amiga no cambian, se modifican, ella lo vio yo lo comprobé. —respondió mientras se acercaba a la casa de dos pisos en aquel barrio que le trajo tantos recuerdos a Luca, el timbre resonó, pero Victoria no tenía tiempo para formalidades y entró al lugar antes de que cierta rubia de ojos claros lograra abrir la puerta.

— Luca... —susurró Caitlin Grant ante la presencia no solo de Victoria si no de él— ¿Qué hacen aquí?

— No tengo tiempo para ti, tenemos que salir de aquí antes de que... —el sonido de cristales romperse interrumpió lo que iba a decir, algo salió mal, cuando Garrett Thompson estuvo cara a cara ante el trío Luca se encargó de lanzar un hechizo para retener a quienes estaban atacando mientras que Victoria tomaba de la mano a Caitlin Grant para alejarla de eso.

El sonido de hechizos era muy claro, tan claro como el grito que dio Caitlin cuando vio el cuerpo de Luca caer al suelo, la última imagen que tuvo de la persona que más quería era esa, pero ninguna pudo hacer nada, Luca fue muy específico con Victoria, la prioridad era Grant y su hermana, no tenía que pensar dos veces en las cosas cuando aquellas palabras salieron de la boca de él.

Victoria se burló por el intento heroico, pero al ver el rostro que tuvo ante la mención de la ex perteneciente a la casa de Gryffindor solo pudo sentirse triste e internamente se maldijo por haber pensado en cierto rubio platinado.

El plan era fácil, el elfo doméstico de Victoria se iba a encargar de sacar a la hermana menor de Luca, una niña de apenas ocho años que no merecía estar en medio de todo esto, su elfo la llevaría hasta un lugar que solo Victoria conocía, lugar que sería el punto de encuentro una vez que sacaran a Caitlin de su casa, no tenía que haber un error, pero nuevamente, la Slytherin subestimó a la vidente que habitaba su propio hogar.

Si hubiese sido más rápida habría podido evitar que Burke se quedara ahí y fuera atrapado por los mortífagos quienes lo acusarían de traición y que probablemente terminara igual que otros que quisieron hacerle frente a Lord Voldemort: muerto. Ambas rubias cayeron al suelo al aparecer en medio de un parque desolado.

Una niña de cabellos azabaches corrió hacia Caitlin y se aferró a sus brazos.

— Ama Victoria, está sangrando. —dijo el elfo doméstico, Caitlin Grant notó como incluso su mano se manchó con la sangre de la mencionada, pero no pudo decir nada porque Victoria fue más rápida.

— Atraparon a Nina, antes de que las clases terminaran ella habló conmigo y me dijo que esto pasaría pero que no era completamente certero en fechas, quiso salvarte, pero esto no debía terminar así.

— Tenemos que volver.

— No, no podemos. —musitó Victoria— Hice todo esto por ti, estuve ahí en medio de personas que solo les importaba matar por cumplir el capricho de alguien, así que lamento que tu novio haya sido atrapado, pero no voy a volver porque él quiso que esto fuera así.

— Eso... Él...

— Es tan fácil para ustedes abrir la boca y pedir las cosas cuando no tienen el peso sobre sus hombros, ¿Es muy bonita tu vida fingiendo ser un muggle otra vez? Abre los ojos y mira la realidad. —escupió Victoria con furia— Nina dijo que sabías de la casa en el lago, vayan allá, dijo que estarán a salvo.

— ¿Por qué ella confío en ti? ¿Por qué...?

— ¿Por qué no te lo dijo? —inquirió— Lamento decepcionarte, pero hay cosas que ella decidió guardarse, no creas que estoy completamente a su disposición, esto también lo hice por mí. —respondió para luego mirar a su elfo— Asegúrate de que lleguen a salvo y quédate con ellas, no hay peligro, pero es mejor así.

— Lo haré ama.

Victoria vio al trío tomarse de las manos y desaparecer frente a sus ojos dejándola en el silencio de aquel parque abandonado, su cuerpo se dejó caer en el suelo sintiendo como todo el peso que cargó con ella iba desapareciendo en forma de lágrimas.

Cada lágrima parecía querer quitar incluso los años que se vieron reprimidas porque ella quería verse fuerte, ahí en medio de ese lugar ya no estaba la altanera muchacha de Slytherin ahí estaba una adolescente rota por todas las cosas que tuvo que pasar, la carga que sintió por tantos años, cada golpe, cada comentario, cada acción se dejaron caer en cada lágrima derramada hasta que ya no hubo ninguna otra cayendo de sus ojos.

El punto de quiebre que ella se encargó de alejar por fin la encontró.

Incluso el cielo sobre ella dejó de enviar gotas de agua cuando sus lágrimas se detuvieron, algo irónico que su cerebro relacionó con el estado de ánimo en que se encontraba, pero aún había algo dentro de ella que no la dejaba sentirse en paz, la presión en su pecho y el nudo en su garganta siguieron ahí, y sabía perfectamente porque no se esfumó.

Aún con el cuerpo entumecido se levantó del suelo y observó el papel que sacó de sus bolsillos, reconocía el lugar, estuvo una vez junto a la misma Camille, el estirón que sintió su estómago al desaparecer y aparecer en un callejón la enviaron a la pared, al parecer perdió la suficiente cantidad de sangre como para sentirse débil por un simple viaje.

Sus piernas se movieron con lentitud hasta situarse frente a una casa de ladrillos, una puerta de color blanco la recibió, su mano golpeó con suavidad la superficie dejando un rastro de su sangre en ella, se disculparía luego. La puerta se abrió y el rostro que estuvo deseando ver por meses la recibió.

— Hola Camille. —saludó y Victoria sintió los brazos de ella a su alrededor mientras percibía los sollozos de la misma.

Ending Scene ➳ Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora