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Victoria siguió sintiendo aquella sensación de no sentirse aceptada cuando tuvo la primera reunión del ED, todos seguían viéndola como si fuera una intrusa, pero a ella ya no le importó la mirada que el resto le daba, ella estaba por las clases, no para hacer amistad con el resto.
Solía mantenerse al margen, no quería llamar la atención más de lo que ya parecía llamar ahí solo por usar el uniforme verde con plateado, pero no podía culparlos, era algo con lo que comúnmente se vivía, el prejuicio de las demás casas sobre los Slytherin, prejuicios que claramente solo estaban hacia ella.
Ya había visto una vez como Tyler era aceptado entre ellos, todos en Slytherin solían tener la idea de la equivocación en la elección del sombrero, si bien era una sangre pura de una noble familia eso no lo hacía igual a ellos, sin embargo, el pensamiento no era por cómo se comportaba, varios Slytherin tenían amigos en otras casas, no sería el primero ni el último, era algo más que a Victoria no le convencía sobre el menor de los Thompson tanto como lo hacía con el resto.
Victoria dejó salir un murmullo antes de alzar su varita y dejar que el brillo emanando de esta lograra hacerla sonreír.
— ¡Excelente! —exclamó el azabache de lentes pasando detrás de ella, Camille a su lado le dio un suave empujón.
— Eres buena.
— Tengo que serlo, ¿Lo olvidas?
— Ignoremos ese hecho. —murmuró— Solo somos estudiantes que no saben lo que está pasando afuera.
— ¿Jugamos a ser ignorantes?
— Y de los más grandes. —respondió antes de volver a enfocarse en el hechizo, Victoria movió su cabeza con desdén y observó a todos en la habitación.
La realidad la golpeaba al saber que quizás todos estaban ahí con la idea de fingir que nada ocurría ahí afuera y sólo estaban practicando hechizos por mejorar en ellos, pero para Victoria su realidad cambiaba cuando salía del salón de menesteres.
Una vez que entraba a su sala común recordaba que ella no podía jugar a ignorar lo que pasaba afuera, porque como Draco Malfoy dijo hace varias semanas atrás, ella solo era una marioneta más, no solo de su padre sino también de Lord Voldemort.
— ¿Dónde te habías metido? —preguntó Thomas al verla sentarse frente a él, Victoria alzó el pequeño libro en su mano.
— La biblioteca, tenía que terminar el ensayo de defensa.
— Que raro, estuve ahí y no te vi.
— Muy raro. —musitó mientras cruzaba sus piernas y abría el libro en la página donde dejó la carta que su padre le envió, la cual no fue abierta desde que llegó.
Sus dedos jugaron con el sello que su familia estaba acostumbrada a usar cuando se trata de asuntos de importancia, lo que no entendía era porque ella tenía que recibir una carta de ese estilo.
— ¿La abrirás en algún momento?
— ¿Me dirás qué hacías con Umbridge?
— Umbridge piensa que Potter está haciendo algo, creó un grupo para que se unieran.
— Creí que sólo era para vigilar, en general, a todos.
— Quiere cubrirlo, pero en realidad está siguiendo a Potter.
— ¿Quién más es parte de su grupo de espías? —cuestionó con un tono de voz burlón que a Thomas le hizo rodar los ojos pero que a Victoria solo le hizo sonreír aún más.
Victoria podía jugar en ambos bandos.
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— ¿Sospechan? —inquirió Hermione observando a ambos Slytherin, Victoria asintió con la cabeza.
— Thomas entró a la brigada, están rodeando los pasillos de este piso porque vieron a uno estar por aquí.
— Tendremos que tener cuidado. —susurró Harry con la mirada en otro sitio.
— Ser cuidadosos no va a evitar que seamos atrapados, hay que distraerlos. —espetó Tyler con una sonrisa en el rostro, Hermione y Harry fruncieron el ceño, pero tan pronto como escucharon hablar al menor sobre una idea para despistar y no ser atrapados estos se esfumaron.
Ambos Gryffindor agradecieron a Victoria por haberles contado lo que sabía y ella solo se encogió de hombros, no le importaba los otros, solo quería salvar su propio pellejo.
En los días siguientes comenzó un juego que una nacida de muggles llamó el gato y el ratón, Victoria podía ver cómo rodeaban el pasillo en busca de algún indicio de lo que fuera que Umbridge creía Potter estaba haciendo, pero no lograban encontrar nada, alguien siempre estaba distrayéndolos para que el resto entrara o saliera.
Ese día Victoria vio como Malfoy seguía a un niño de Gryffindor como si se tratara de una presa importante, ella rodó los ojos.
— ¿A qué juegas Malfoy? —preguntó llamando la atención, el nombrado se dio la vuelta y puso los ojos en blanco.
— ¿No tienes a alguien más para molestar?
— Thomas decidió que era más importante el lamerle los pies a Umbridge entrando al estúpido grupo. —respondió— Eres mi siguiente víctima.
— Estoy ocupado para hacerte caso.
— ¿Por qué? ¿No te agrada mi compañía? —molestó con una sonrisa que en realidad era porque el niño logró esquivar a Malfoy y esconderse.
— Me encanta. —dijo con el sarcasmo saliendo de cada uno de sus poros, Victoria sonrió y pico la mejilla de Draco.
— El hurón por fin va a admitir que tiene sentimientos por mí. —exclamó— ¡Que tierno!
— Eres insoportable, Pieterse. —escupió alejándose de aquel lugar.
— ¡Lo sé! —gritó para segundos después darse la vuelta al verlo desaparecer, el niño de la casa de los leones salió de su escondite y la observó— Ten más cuidado.
— Gracias. —susurró mientras ambos caminaban hacia el salón que va y viene, Victoria asintió con la cabeza y se alejó de él para caminar hacia donde estaba Tyler.
— ¿Por qué tardaste? —cuestionó.
— Me encontré con mi persona favorita en todo el mundo.
— ¿Malfoy? —inquirió con una risita saliendo de sus labios, Victoria también sonrió pues la verdad no era una novedad la relación de perros y gatos que tenían ambos Slytherin.
— Sorpresa, sorpresa. —Tyler soltó una carcajada— Están empezando a usar veritaserum en estudiantes, si alguno de estos abre la boca estamos condenados.
— ¿Estamos?
— No creas que no sé qué escapaste de tu casa. —respondió— Me sorprende que tu hermana y tú se hayan unido.
— ¿Cómo lo sabes?
— Escuché a mis padres, mi casa es muy solitaria, puedes oír todo. —explicó— Tu padre estaba en mi casa, habló sobre cómo tú madre huyó con ustedes.
— ¿Escuchaste algo más? —Victoria negó.
—Nunca me ha importado lo que ellos hagan, simplemente fue una conversación al azar de todas las que tienen. —contestó— Si esto cae, nosotros vamos a caer, así que ve diciéndole a Potter que vaya cuidando sus espaldas porque Umbridge no está jugando.
