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Victoria Pieterse siempre odió la lluvia, detestaba el sentimiento que parecía traer con él, por eso le gustaba la ubicación de la casa de Slytherin, ella no tenía que observar las gotas de lluvia caer, así como tampoco podían verla observar por la ventana como las gotas mojaban todo lo que tocaban, no necesitaba que alguien pudiera ver la mirada que tenía cuando veía a través de la ventana, sin embargo, ver la lluvia caer sobre su ventana aquella tarde solo le trajo un recuerdo a su cabeza.
Fue durante el verano en que toda su vida cambió, la lluvia caía con algo de fuerza en el exterior, Victoria se tomó entonces el tiempo de ver a través de la ventana dejando que esa aura de sentimentalismo que parecía salir de vez en cuando la atacara, odiaba la lluvia con todo su corazón y aun así minutos después se vio arrastrada por Tyler Thompson hacia el exterior dejando que la lluvia los mojarra a ambos, la excusa del menor para hacer eso fue que a veces es bueno aprender a estar bajo la lluvia, entonces Victoria por primera vez en toda su vida se vio dejando de lado el aborrecimiento que sentía al clima.
No hubo odio, ni sentimientos tristes, era una calma que nunca sintió cuando el cielo decidía por mojar todo a su paso, Tyler abrió los brazos dejando que las gotas lo empaparan, Victoria lo veía como si hubiese perdido la cabeza solo para segundos después sentir las manos de él entre las suyas y hacer que imitara la misma pose de antes.
Victoria por cinco minutos disfrutó del frío que lo provocó aquella acción, pero actualmente Tyler no estaba ahí para hacerle ver qué la lluvia no era tan mala como ella siempre la veía, ahora solo estaba una habitación silenciosa, sombría y fría.
La puerta de la habitación entonces se abrió logrando que la atención que Victoria le brindaba a la ventana y su exterior se desvaneciera. La mirada fría y vacía envío cierto escalofrío al intento de mortífago que entró.
— La están esperando abajo.
Victoria asintió, el hombre bajó un poco la cabeza ante la intimidante presencia que ella siempre se encaraba de mostrar a todo el que estuviera en aquella casa, el sonido de sus zapatos retumbar en silencio de la casa llamó la atención de quienes esperaban abajo, sus ojos se percataron de la nueva persona en el salón, una cara que vio en una fotografía una vez estaba frente a ella mostrándose con la misma mirada que vislumbró en dicho objeto.
— Por fin tengo el placer de conocerte, Victoria.
— Deja de intentar entrar en mi cabeza. —masculló la mencionada ante la sensación de alguien queriendo invadir en su cabeza, la rubia frente a ella sonrió.
— Que interesante, muy pocas personas se ven capaces de proteger su cabeza.
— Sería muy estúpido de mi parte no aprender a hacerlo.
— Ya veo. —murmuró— Soy Caroline Dekker.
— Lo sé, Jesabella Barker le manda saludos. —Victoria sonrió con burla ante el rostro de la mujer, dio en el clavo y eso solo la hizo sentirse satisfecha de todo lo que tenía en su poder, los brazos de la adolescente se cruzaron al ver a su tío entrar por la puerta— ¿Qué es lo que quieres ahora?
— Cuida esa boca. —advirtió— Iremos a casa de los Malfoy, habrá una reunión y estás cordialmente invitada, Tori.
— ¿Y si me niego a ir? —inquirió mientras se movía de su lugar sin dar la oportunidad para que vieran como su cuerpo reaccionó ante la mención del apellido.
— Bueno, en realidad no es una pregunta es una orden.
Victoria observó a su tío extender su mano para que ella la tomara y pudieran ir, la mirada de ella estuvo en su mano unos breves segundos antes de tomarla y sentir el tirón que provocaba el desaparecer, el frío aire golpeó su rostro con fuerza logrando que su cabello se alborotara y cubriera la vista que tenía de la mansión Malfoy, era aterrador verla desde aquel punto, con el cielo oscuro y la iluminación escaza, el sonido de sus zapatos al caminar sobre el camino de piedras pasaba a segundo grado gracias el retumbar de su corazón, se veía patética, le daba asco el solo pensar como estaba actuando por dentro.
Más cualquier rastro de nervios o ansiedad fueron apartados cuando al entrar al salón el cuerpo de una mujer caía con fuerza sobre la mesa, ella estuvo segura que sintió como por unos segundos contuvo el aire al ver cómo la serpiente se arrastraba por la mesa hacia la mujer que Voldemort indicó era su cena, los ojos de ella se desviaron luego de ver al animal estar lo suficientemente cerca.
Unas manos se posaron sobre sus hombros para luego sentir el aliento de su tío en su oído, como si quisiera contarle un secreto que nadie más podía saber pero que en realidad todos en aquella sala eran conscientes.
— Eso es lo que podría pasarte, ellos no confían en ti, ni siquiera yo lo hago, nuestro señor sabe que algo dentro de tus palabras no suenan creíble incluso si usas esa máscara que tus padres te enseñaron a llevar.
— ¿Por qué mentiría?
— Eso es lo que me gustaría saber. —respondió— Hay alguien que puede ver lo que haces, un paso en falso y todo se acabó para ti, así que piensa mejor en las cosas que salen de tu boca.
— ¿Hablas de la vidente que falla con sus predicciones? —inquirió mientras se alejaba de su agarre y lo encaraba— Se que esa es la razón por la que él la quiere a ella, pero Nina tiene al futuro en sus manos, yo lo pensaría mejor, tío.
— Me recuerdas a alguien, niña. —murmuró Caroline interviniendo en la conversación entre ambos, la fría y delgada mano de la mujer se posó sobre el hombro de Victoria sin borrar la sonrisa en su rostro— Su final no fue muy bonito, piénsalo mejor, Victoria.
