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Not all of us were born in a
loving environment.


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Eventualmente Victoria aceptó que no importaba cuántas personas se quejaran de la inutilidad de las clases de defensa, no habría cambios, aquella mujer se aferraba a su creencia de que ahí afuera no había nada que pudiera lastimar a unos niños.

Sin embargo, la perteneciente a la casa de las serpientes sabía que todo eso era una mentira, cualquier Slytherin que su padre sea un mortífago conocía que ahí afuera había más que alguien que quería hacer daño a unos niños, era cuestión de tiempo hasta que la dura realidad golpeara a todo el mundo mágico.

Una realidad a la que Victoria le tenía en constante cuestionamiento, no porque dudara de sus ideales, ella sabía que las sangres puras son superiores a los mestizos y nacidos de muggle, aquello lo tenía muy claro, más no estaba a favor de los asesinatos que estaban por ocurrir, dejándola en un punto dónde no sabía si aquella ideología de querer ser la única especie era la mejor, debía haber otros métodos, no mentira cuando le dijo a su amigo que prefería tenerlos de sirvientes que a matar a rienda suelta.

Nunca tuvo duda de sus ideales hasta el año pasado dónde Cedric Diggory murió solo por estar en el momento equivocado con la persona equivocada y por supuesto hasta que su amiga fue atacada por su propia familia.

Pero Victoria Pieterse no podía simplemente revelarse, hacer eso la iba a condenar a ella y su familia, negarse ante el señor oscuro era una sentencia de muerte, además de que sus padres jamás le permitirían hacer eso, no estaba en sus manos la elección de ser o no ser como ellos.

Un suspiro de molestia salió de entre sus labios antes de cerrar con fuerza el libro llamando la atención de todos en el salón.

— ¿Tiene algo que decir Srta. Pieterse?

— Tengo una lista, profesora. —respondió en voz alta, enfrentar a la mujer cara de sapo era una constante en sus clases.

— Me gustaría escucharla.

— Claro que le gustaría, así como también le gustaría usar sus plumas contra nosotros, ¿cierto? —escupió escuchando a su costado como Hermione Granger emitía un sonido ante el repentino comentario.

— No sé de qué habla.

— Parece que no sabe muchas cosas, ¿Cómo puede estar ahí sentada enseñando?

— Pieterse...

La mencionada rodó los ojos y guardó silencio, no porque no tuviera nada que decir, si no porque se cansó de tener a Malfoy y Camille detrás de ella cuando su muñeca era marcada por las plumas de Umbridge, esta última alegando que debía decirle al ministerio.

Hermione a su costado observó a su compañera de asiento solo para fijarse en una pequeña cicatriz en su mano derecha, igual a la que Harry poseía semanas atrás.

—Tómale una foto, dura mucho más. —musitó en voz baja al sentir la mirada de la nacida de muggles.

— Lo siento.

— Supongo que Potter también tuvo una así, ¿verdad?

— ¿Se lo has dicho a alguien? ¿A tus padres? —inquirió.

— ¿Qué te hace creer que ellos harían algo? Los castigos en mi familia son mucho más severos que unas plumas que marcan tu piel, decirlo solo hará que piensen que necesito modales. —respondió mientras ponía sus ojos en blanco— No todos nacimos en un ambiente amoroso, Granger.



─ ✦ ─



— Que aburrido. —susurró Victoria mientras intentaba prestar atención a lo que aquel fantasma decía.

— Estoy por quedarme dormido. —espetó Thomas a su costado dejando salir un bostezo, Victoria asintió dejándole saber que ella estaba igual, por lo que ambos comenzaron a trazar algunos dibujos sin sentido en un pergamino, como si intentaran hacer un concurso sobre cual dibuja mejor, siendo él quien por supuesto ganara.

Victoria soltó un bufido al verse derrotada y se cruzó de brazos fingiendo que su atención estaba en lo que Binns decía, cuando en realidad estaba pensando en que después de aquella clase tendría que ir a la biblioteca para terminar un ensayo de adivinación, una de las tantas materias que encontraba inútil.

No encontraba para nada beneficioso el tener que leer una taza de té, era estúpido, Victoria no podía ni siquiera describir la inutilidad de todo lo que aprendía a lo largo de las clases de aquella mujer que parecía haber perdido la cabeza tiempo atrás.

Así que una vez que salió de su clase de historia de la magia se vio insultando en su cabeza a la mujer de lentes por dejarles un ensayo aún más inútil, la odiaba, pero aun así tenía que hacer su tarea o de lo contrario se vería reprobando sus TIMOS dejándola con la única opción de repetir la materia y seguirla viendo.

— No te atrevas a tocar ese libro, Malfoy. —amenazó Victoria al verlo acercar su mano hacia el texto que buscaba.

— ¿Acaso vas a hechizarme? —preguntó con burla.

— Siempre quise un hurón de mascota y tengo entendido que ya tienes práctica siendo uno. —exclamó con una sonrisa al recordar como el Profesor Moody o quién se hacía pasar por él lo convirtió en un hurón el año pasado, Victoria se arrepentía de no haber cargado con su cámara cuando el impostor hacía flotar al rubio platinado.

— Eres insoportable, Pieterse.

— Ya lo sé, Malfoy, ahora suelta ese libro tengo tarea.

— No me importa, llegue antes.

— Mira Malfoy, no estoy para aguantarte tus estupideces, dame el libro.

— Busca otro, Pieterse. —respondió a la vez que se alejaba junto al libro, la mirada de ella lo siguió hacía una de las mesas solo para verlo sonreír con burla, pero Draco Malfoy no se equivocaba en decir que era insoportable.

Victoria observó rápidamente la estantería solo para tomar el otro libro que necesitaba y caminar hacia la mesa donde él estaba, su ceño se frunció al verla correr la silla y poner sus cosas en la mesa. Las manos de Victoria tomaron el libro y lo puso en medio de ambos para así ella también poder tener acceso al mismo.

— ¿Qué crees que haces? —inquirió solo para ser ignorado por unos segundos, pues su ahora acompañante se encontraba sumergida en buscar en el libro más pequeño otro texto.

— Se llama compartir, algo que dudo mucho que sepas hacer, quiero decir, hay varias cosas que no sabes así que déjame enseñarte. —respondió.

— ¿Qué te...?

— Primera cosas es que debes callarte. —interrumpió— Cierra la boca y hagamos esto rápido, a mí tampoco me gusta compartir mi espacio contigo.

— Parece que tampoco sabes que es compartir.

— Quizás deba llamar a Granger. —susurró de la nada causando la confusión de Malfoy a su costado ante el brusco cambio de tema.

— ¿Por qué necesitarías a esa sangre sucia? —Victoria se encogió de hombros.

— Escuché que es buena dando golpes.

Draco Malfoy la observó con el ceño fruncido, pero optó por no decir nada y dedicarse a su trabajo, logrando que la sonrisa de Victoria crezca aún más al ver que ganó la disputa.

Ending Scene ➳ Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora