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Las reuniones a las que Victoria no podía asistirjamás resultaban ser de importancia, a excepción de aquella, cuando vio entrar a Garrett Thompson a su hogar temporal supo que se trataba de algo importante, uno de los hombres más leales de Lord Voldemort estaba frente a ella y sabía que lo que estuviera haciendo ahí junto a ese grupo selecto de mortífagos tenía que ver con la invitada que él tenía en su casa.
Por lo que escuchar lo que decían resultó ser algo más complicado de lo que ella mismo esperaba, pero aun así se arriesgó, no le importó si luego tenía que ser castigada, porque las palabras que compartieron en esa reunión fueron las que en parte la trajeron a aquel lugar, cuando el nombre de Caitlin Grant fue pronunciado por uno de los hombres supo que tenía que aferrarse a toda la información posible, no podía soltar nada.
— ¿Qué haces? —Victoria dio un leve brinco ante el sonido de una voz que no escuchó en tanto tiempo.
— Te vez horrible, ¿te volvieron a torturar? —preguntó con una ceja alzada ante el aspecto que Ellery Kilborn tenía— Al parecer ya te remplazaron, me sorprende que sigas viva.
— Mientras ella no diga nada quieren tenerme aquí.
— Claro, la segunda opción. —murmuró— Dianna Jeffrey, así te llamaron, te hicieron usar el nombre de un mestizo que ellos mismo mataron y que tú viste.
— No has respondido mi pregunta.
— Que te importa. —sonrió alejándose del lugar de la reunión.
— Sabré si intentas algo.
— ¿Me vas a delatar? —Ellery se encogió ante la mirada de Victoria quien sonrió ante esa acción— Quiero verte intentarlo.
Ellery la vio alejarse quedando como recuerdo la mirada vacía al amenazarla, no tenía miedo, pero en realidad Victoria estaba al borde de colapsar al caer en cuenta como el tiempo se terminaba, no tenía muchas opciones cuando veía al reloj correr en su contra, solo tenía una cosa en claro, pero el resto quedaba en cuenta de ella, se valía arriesgarse por última vez, eso fue lo que se dijo cuando la presencia de Thomas Roux en medio del salón apareció de la nada.
— Justo a la persona que quería ver. —dijo con una sonrisa Thomas— Averigüe lo que necesitabas.
— ¿Qué? —susurró.
— Hay alguien que sabe todo lo que pasó con tus padres, está dispuesto a decirte todo bajo un pequeño precio.
— No me sorprende eso último.
— Pero tienes que estar segura de querer saberlo.
— ¿Qué es lo que quiere? —inquirió Victoria con fastidio, Thomas se acercó a su oído.
