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In this house we love secrets.


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En medio de una mañana nublada que amenazaba con dejar caer una llovizna, una lechuza completamente blanca emprendió vuelo llamando la atención de Richard Pieterse, su ceño se frunció notablemente y con aquel gesto encaró a su hija quién acababa de adentrarse a casa.

Victoria se detuvo en seco al observar la imponente figura de su padre obstruir su camino, aun así, no dejó que le intimidara, ella sabía que no podía dejarse intimidar por nadie, era algo que aquel hombre le enseñó, pero luego de los acontecimientos de la noche pasada no podía evitar sentirse así, su mano se aferró al bordillo de su chaqueta para intentar concentrar sus emociones en algo más que no fuera la fría mirada del su progenitor

— ¿A quién le escribes? —preguntó.

— A Thomas. —respondió rápidamente. Mentía, pero no se iba a permitir que lo supiera— Tiene mi libro de astronomía, le informaba que debía llevarlo el primero de septiembre.

— Podías comprar otro.

— Tengo varias anotaciones, si deseo obtener un excelente en mis TIMOS entonces voy a necesitarlo de regreso. —mencionó sabiendo lo importante que eran las calificaciones para él— Ahora si me disculpas iré a mí habitación.

— Espero no me estés mintiendo, Victoria.

— En esta casa nos encantan los secretos, padre. —musitó soltándose del agarre que había hecho su progenitor— Uno más no está mal, ¿cierto?



─ ✦ ─



La mirada de Thomas Roux se desvió de su libro para enfocarse en su amiga, la mirada perdida y apagada provocó que su ceño se frunciera, no se tenía que tener mucha amistad con Victoria Pieterse para saber qué la noticia del ataque a la familia James le afectó de sobremanera, de hecho, Thomas estuvo evitando sacar a la luz el tema y Victoria se lo agradecía porque debajo de la tristeza el odio crecía en su interior.

Victoria conocía de lo que sus padres hacían, sabía que detrás de esa fachada de perfectos se escondían los peores secretos, la mayoría del mundo mágico sabía que la familia Pieterse servía al señor oscuro, lo que Victoria nunca pensó llegar a saber es que estos estarían detrás de la muerte de los padres de a quien consideraba su mejor amiga.

Camille por su parte resultó gravemente herida, sus conocimientos en hechizos de protección la salvaron, se encontraba en San Mungo al cuidado de su abuela materna, quién aseguraba que confiar en los aurores sería una locura, la mujer creía que mortífagos se infiltraban en el ministerio, y no era la única.

Un suspiro salió de entre los labios de Victoria antes de levantarse de su asiento y caminar hacia la salida bajo la curiosa mirada de su amigo, pero a ella no le importó un gramo eso y solo siguió con su caminar inspeccionando cada uno de los compartimientos hasta dar con uno casi vacío. Abrió la puerta y se sentó en el asiento frente a la niña que tenía la mirada perdida en el paisaje.

— ¿Qué haces aquí? —preguntó en un susurro la hermana menor de Camille James, Kelsey. Victoria la observó y vio cómo se encogió en su asiento ante su mirada, ella sabía perfectamente que la hermana de su amiga le tenía miedo gracias a todo lo que decían de ella.

— ¿En qué casa quieres quedar? —preguntó ignorando la pregunta que la menor realizó, quería cambiar el tema, ninguna de las dos en realidad quería tocar el tema del que se hablaba fuera de los compartimientos.

— Ravenclaw. —respondió con seguridad.

— Pensé que querías ir a Hufflepuff como Camille.

— Quería seguir los pasos de papá. —susurró dejando un silencio incómodo entre ambas, pero no se podía escapar de la realidad, Victoria suspiró.

— Siento mucho lo que pasó, Camille se va a poner bien y va a regresar para quejarse por tu absurda elección de casa.

Kelsey río. — Es mejor que ser una serpiente.

— Sigue diciéndote eso hasta que lo creas niña. —murmuró con el fantasma de una sonrisa en su rostro— Hasta que Camille vuelva puedes contar conmigo.

La niña de once años asintió lentamente, tenía miedo, ella fue la única que no se encontraba en casa aquella noche y enterarse de lo sucedido fue un golpe duro para alguien de esa edad, Victoria no recordaba que Kelsey fuera tan tímida o retraída, de hecho, entre las dos hermanas, ella era la más extrovertida, ahora solo bajaba la cabeza con miedo y Victoria lo comprendía luego de ver la mirada que algunos le daban.

Victoria colocó su mano en el hombro de la menor alejando la mirada que los otros le daban, ninguno se atrevería a hacerla molestar, en aquella posición ambas bajaron del tren, siendo la mayor quién acompañara a Kelsey hasta donde Hagrid se encontraba.

— Hasta aquí llego, supongo que ya sabes que pasa desde aquí. —dijo en un murmullo, Kelsey asintió.

— Lo leí en un libro.

— Vaya, otra traga libros, ¿por qué no estoy sorprendida? —Kelsey sonrió— Te veo en el castillo.

— Adiós Tori.

Victoria frunció el ceño, pero omitió decir algo ante el apodo, Camille le llamaba así solo para molestarla, a la Slytherin no le agradaba el apodo, pero a esas alturas ya se acostumbró a ser llamada de esa manera por lo que solo asintió con la cabeza y siguió con su camino hacia las carrozas mientras el sentimiento de remordimiento crecía en ella.

— ¿Ahora haces de niñera?

— Es mejor que hacer de idiota, pero tu pequeño cerebro no entiende eso, ¿verdad Malfoy? —dijo encarando al rubio platinado quien sonrió con superioridad ante las palabras que salían de la boca de su compañera de casa.

— ¿Tan rápido de mal humor?

— Si, así que será mejor que cierres la boca antes de que te la cierre yo.

— Quisiera verte intentarlo, princesita.

— No hay porque pelear tan temprano, Victoria. —exclamó Blaise Zabini poniéndose en medio de ambos mirándola con una sonrisa, que Victoria reconocía gracias a todas las veces que él intentó coquetear con ella con la esperanza de obtener algo. Ella rodó los ojos.

— No hay porque ser un idiota tan temprano, pero son cosas que gente como ustedes no entiende.

— Somos del mismo rango, princesita. —le recordó Draco con aquella sonrisa que Victoria solo quería golpear, ella empujó a Zabini y se acercó a Draco.

— Jamás te compares conmigo Draco, en tu vida podrías llegar a estar a mi altura. —musitó antes de seguir con su camino hacia donde pudo divisar a su amigo observar la escena con una sonrisa burlona en su rostro.

— ¿Empezando bien el año? —preguntó sin borrar la sonrisa.

— Ni que lo digas. —susurró mientras se subía a una carroza— Algún día voy a borrar esa estúpida sonrisa de su rostro. —murmuró antes de sonreír mientras sus brazos se cruzaban sobre su pecho— Hay algo que debo admirar de Hermione Granger. —dijo atrayendo la mirada de Thomas, aquellas palabras no esperaba escucharlas nunca de su boca.

— ¿Y qué es eso que admiras de la sangre sucia?

— Que golpeó a Malfoy.

Ending Scene ➳ Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora