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— Jamás creí que al final si te unieras. —Victoria bufó ante aquella voz y repitiendo la misma acción que hizo con aquella desconocida alzó los brazos mostrando que en ellos no se posaba ninguna marca.
— No lo hice.
— Pero lo harás, ellos creen que la única manera de confiar en ti es que lleves la marca tenebrosa.
— Primero me corto un brazo. —la risa de Thomas Roux resonó en cada rincón del salón, pero esta vez Victoria no comenzó a reír como lo habría hecho en otras ocasiones.
— Será mejor que lo vayas haciendo entonces o mejor busca la manera de morir porque lo harán de alguna forma.
— Creí que eras mi amigo.
— Yo también lo creí. —murmuró y Victoria dejó salir una risa sarcástica mientras cerraba el libro y lo dejaba a un costado con el propósito de encarar al recién llegado, la mirada de ambos no se apartaba, pero definitivamente era la de ella quien más intensidad mostraba.
— ¿Qué te hizo llegar a esa conclusión? Te lo había dicho Thomas, siempre puedo jugar en ambos lados y ahora que lo pienso si tengo que llevar esa estúpida y ridícula marca si así consigo lo que quiero entonces lo haré.
— No lo vas a conseguir.
— ¿Eso crees? —inquirió con la sonrisa burlona— No tengo que mover ni un solo dedo, estoy aquí simplemente viendo a todos perseguir a un niño mientras matan como si fuera lo más fácil, tampoco podemos olvidar la obsesión que tiene ya sabes quién con la vidente.
— Antes parecidas entender el propósito de esto.
— En realidad nunca lo hice, te lo dije, me gusta el estatus de sangre, pero piénsalo, ¿Qué te va a traer eso? ¿Riqueza? ¿Reconocimiento? ¿Poder? Porque ciertamente eso es lo que pensaron mis padres y terminaron muertos, seguramente eso también es lo que pensó Lucius Malfoy y ahora no es más que una rata cobarde, están tan deseosos por la sangre que se olvidan que él es un mestizo. —escupió antes de sonreír— Crees que hacer esto va a hacer que tus padres por primera vez reconozcan lo que haces y olviden a tu hermano.
Victoria dejó salir una risa cuando sintió el golpe que recibió, su mano tocó ligeramente su labio inferior sintiendo la viscosidad de su propia sangre, pero eso no le hizo perder la postura y eso fue lo que más molestó a Thomas, incluso debajo del arrepentimiento que sentía por lo que hizo, las palabras de ella tenían la razón.
— No creas que por intentar ser el héroe van a dejar seas parte de ellos.
— ¿Héroe? Te equivocas, no quiero ser el héroe, para eso tienen a Potter, estoy aquí por mi cuenta, porque así lo decidí, a diferencia tuya yo no quiero el reconocimiento o ser parte de ellos.
— Eres diferente.
— No, no lo soy, solo pude ver unas cosas que mis padres se negaban a ver.
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Ellery Kilborn como se presentó la otra adolescente atrapada en esa casa causó cierta curiosidad en Victoria, pero no era una curiosidad buena, era el mismo sentimiento que tuvo con Draco Malfoy a principios de su sexto año, sabía que no podía confiar en ella, pero intentar acercarse a la misma tampoco era una opción, la estaba evitando, Ellery era un misterio que Victoria quería resolver o desecharlo.
Las delgadas manos de Victoria se pasearon por el piano de cola en medio del salón, atrayendo la atención de quien estaba tocando una melodía que no escuchó antes o bien simplemente no recordaba. Frente a ella estaba la misma señal de querer ocultarse y evitar ser mirada, escudriñada por los ojos de Victoria.
— Sigo sin saber tu propósito aquí.
— Ellos no te lo van a decir, no confían en ti.
— Dime algo que no sepa. —musitó con fastidio— ¿Ellos confían en ti?
— Solo me tienen aquí hasta que puedan traerla.
— ¿A quién? —inquirió, pero la puerta del salón se abrió interrumpiendo la conversación entre ambas, los ojos de Victoria se pusieron en blanco ante la presencia de su tío.
— No pongas esa cara, vengo por ella.
— Suerte, posiblemente te vayan a torturar. —dijo en tono de burla aun sabiendo que quizás y ellos si iban a hacer lo que dijo, sintió un poco de lastima, pero solo la vio irse por la puerta mientras desaparecía junto a otros mortífagos— Vi al nuevo ministro en el periódico, también vi una foto de Potter, ¿creen que alguien va a entregarlo?
— El propósito es saber de sus pasos.
— Un paso más adelante. —susurró.
— Vas entendiendo el propósito de tener a la hija de Jesabella Barker.
— No son los únicos peleando, no será muy fácil si ella puede usar su condición a su favor.
— Es justamente su condición la que hará que la tengamos.
— Interesante, ¿Por qué me lo cuentas? Se supone que no soy de confianza.
— Es contradictorio. —replicó el hombre mientras daba uno ligeros golpes en el respaldo del sofá— Has aportado con cosas que otros aquí no lo harían y no tienes la marca, pero tenerla tampoco te hará de confianza. Lo que dijiste sobre el paradero de aquella casa fue comprobado, dependes de un hilo.
— Tenerme viva o seguir el final de mis padres.
— Tus padres fueron unos estúpidos.
— Mi madre era tu hermana, debe ser de familia supongo que eso también te convierte en alguien estúpido.
— Cuida tus palabras, Victoria.
— ¿Qué fue lo que hicieron? —inquirió.
— No estuve involucrado en su muerte, no sé qué fue lo que pasó.
— Entonces simplemente dejaste que mataran a tu propia hermana sin conocer los hechos, vaya que eres estúpido.
— Algo me dice que aquella herida fue causada por no cuidar tus palabras, pero yo no seré igual de suave.
Victoria bufó y se sentó sobre el taburete frente al piano, sus dedos recorrieron las teclas con suavidad mientras emitía una suave melodía que fue lo suficientemente larga como para que el hechizo pudiera tener efecto y los ojos de Ezra Harrelson pudieran estar en blanco, el sonido del piano siguió su curso incluso cuando la rubia se levantó. Las manos de ella se colocaron a cada lado de la cabeza de su tío y sonrió.
