iii. xvi

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Let's be strong together.


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Una sensación de nostalgia se expandió por el pecho de Victoria cuando estuvo frente al castillo, incluso si su rostro se veía inexpresivo no pudo evitar que en su cabeza se reprodujera como una película imágenes de sus años ahí, los buenos, los malos, todos y cada uno de ellos aparecieron como un recordatorio de su presencia en Hogwarts.

Ahora, sin embargo, el lugar cálido y seguro que cada estudiante percibía del lugar se veía extinto dándole paso a un lugar sombrío y triste, no podía saber lo que tuvieron que pasar quienes volvieron a aquel lugar ese año, pero ciertamente estaba segura de que no fueron como los años en los que la presencia de Voldemort no era tan fuerte, incluso con los altibajos que tenían desde que Potter llegó los recuerdos buenos estaban ahí.

Los pasillos llenos de risas de pronto se iban a convertir en un campo de guerra, Victoria sabía perfectamente eso cuando el aviso de que Harry Potter estaba en el castillo y necesitaba toda la ayuda posible llegó a sus oídos, Victoria jamás pensó que se vería a un costado de quienes siempre estuvieron en la luz, un lugar que parecía no ser para ella.

Quienes una vez fueron sus compañeros de casa la miraron con desdén, no podía estar cien por ciento segura, porque ellos fueron de las personas a las que menos les prestó atención cuando entró al gran comedor junto a la orden, Camille a su lado sujetó de su mano mostrándole el apoyo silencioso en aquella situación tan tensa.

Sus compañeros pasaron a su costado, siendo escoltados por Filch hacia las mazmorras.

— ¡Victoria! —escuchó decir antes de sentir los brazos de Tyler Thompson a su alrededor desviando la atención que le puso a los de su casa, ella chasqueo la lengua— Me alegro de verte.

— Puedo notarlo.

— Gracias por seguir peleando con nosotros, sabía que eras diferente.

— ¿Lo soy? —inquirió y el de cabellos castaños y mirada brillante asintió.

— No me importa ni siquiera lo que hiciste hace cinco minutos, me importa lo que harás ahora y ahora estás aquí. —respondió— Los amigos no se juzgan.

— ¿Somos amigos?

— Lo somos. —sonrió Tyler logrando ver el fantasma de una sonrisa en el rostro de Victoria— Todavía me debes un baile bajo la lluvia, así que...

— Estaré bien.

Tyler asintió y siguió al resto de personas dispuestas a pelear junto a Potter, Camille a su lado le dio un empujón y sonrió, incluso cuando una guerra estaba por desatarse en cualquier momento la sonrisa que ellos le mostraron seguía siendo la misma, como si todo lo malo de esos meses jamás hubiese ocurrido, como si la vida jamás los hubiese golpeado, sintió envidia, pero mientras caminaba detrás de Remus Lupin solo pudo pensar en que ella también quería sonreír de la misma manera.

— Eres de las mejores en hechizos. —dijo Lupin hacia Victoria cuando se detuvieron en medio de un pasillo— Se que podrás defenderte tanto como puedas.

— ¿Confía en mí?

— Me recuerdas a alguien. —explicó el hombre lobo dejando ver en sus ojos el rastro nostálgico tras sus palabras, Victoria sabía perfectamente que se refería a la misma persona que le ayudó sin esperar nada a cambió y eso la hizo sentir un nudo en su garganta, porque sentía que ellas no eran iguales, que Jesabella Barker jamás podría compararse al monstruo que se sentía que era— Decidiste pelear ahora, junto a nosotros, confiaré en ti.

— ¿Y si se equivoca?

— No lo hago. —la seguridad en su voz asustó a Victoria— Le confíe mi vida a esa persona, ustedes no son tan diferentes, tienen la misma mirada, lo último que quería era ver de nuevo aquel brillo en sus ojos, aquella sonrisa que siempre daba a quienes lo merecían, tu cabeza está llena de conflictos, pero no estás sola, estamos luchando contigo.

Victoria abrió los ojos con sorpresa sintiendo una leve picazón en sus ojos, uno que no sentía siempre, su corazón se apretujó en su pecho y asintió suavemente, Remus Lupin sonrió nuevamente y colocó su mano suavemente en su cabeza dando una suave caricia. Victoria intuyó que esa misma acción la habría hecho con ella alguna vez.

— Necesitaremos más varitas, dile al profesor Slughorn que necesitaremos más ayuda.

— Profesor Lupin. —dijo Victoria llamando la atención del hombre quien aun cuando ya no era su profesor sonrió ante el título— Gracias por confiar en mí.

Los ojos del hombre lobo la vieron darse la vuelta y correr en dirección opuesta a donde iba, la sonrisa nostálgica apareció en su rostro mientras veía al cielo, ahora no había un cielo lleno de estrellas, en su lugar una capa brillante se alzó protegiendo a quienes seguían corriendo para colocarse en batalla u ocultarse.

Victoria llegó hacia el maestro de pociones, quien rápidamente designó a un grupo de estudiantes para que la siguieran, los cuales solo la miraron unos segundos antes de aceptar a ir con ella, la expresión en su rostro era una que ya conocían, pero eran las otras que parecían resaltar por sobre las que mostraban desconfianza.

Un grito ahogado salió de entre los labios de uno de los estudiantes a su lado, un Gryffindor con el que compartió en aquella cena de navidad, era dos años menor que ella, su mirada estaba llena de miedo ante la cantidad de hechizos que chocaba contra la barrera.

— ¿Hay alguien importante para ti aquí? —inquirió Victoria sin despegar la mirada del cielo.

— Si.

— Alguien una vez me dijo que debías ser fuertes por ellos, tener miedo es normal. —murmuró sin saber si aquello iba a aliviar algo.

— ¿Tienes a alguien importante? —preguntó ahora el muchacho, Victoria frunció el ceño y por primera vez en mucho tiempo se dio la libertad de asentir con seguridad.

Camille y Tyler, personas con las que era un completo opuesto, pero con quiénes irónicamente formó un tipo de lazo estaban en alguna parte del castillo con la incertidumbre de lo que pasaría dentro de unos minutos, incluso se permitió pensar en Thomas, quién estaba ahí afuera esperando el momento para cumplir con lo que se le obligó a hacer.

Pensó en Draco Malfoy, aquel imbécil, narcisista y ególatra rubio platinado al que por tanto tiempo creyó no soportar por cubrir lo que en realidad sentía por miedo, personas como ellos que estaban rotos no merecían algo bueno, pero irónicamente Draco era aquello bueno que Victoria jamás había creído tener, él era lo único bueno que quería conservar.

Victoria no conocía el sentimiento de arrepentimiento y si lo hacía se negaba a aceptarlo, pero viendo cómo lentamente la protección se destruía pudo darse cuenta que en realidad si se arrepentía de algo y fue de no haberse dado más tiempo con él.

— Entonces luchemos por ellos —escuchó decir logrando desviar su atención hacia el muchacho de cabellos casi rubios—, seamos fuertes juntos.

Ending Scene ➳ Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora