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She has it under control.


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Victoria Pieterse siempre se consideró un ser solitario, su vida consistía en estar sola y valerse por ella mismo, no necesitaba a nadie, pero aun así no pudo evitar que algo en su pecho se apretara cuando escuchó a Tyler Thompson hablar sobre cómo su madre escapó de lo que sería su destino en las filas de Lord Voldemort.

Entonces la propuesta de que ella debía también hacerlo salió de entre los labios del menor, Victoria no conocía de nada a Tyler, lo había visto de vez en cuando por ser de la misma casa, pero nunca en su vida creyó que él fuera quien extendiera su mano sin importar lo que viniera después.

Ella no sabía que decir, ni siquiera pudo soltar algún comentario tosco como era de costumbre, mucho menos decirle que no necesitaba de su ayuda porque quizás ella no lo admitiría nunca, pero necesitaba de alguien, necesitaba de alguien que le dijera que podía sacarla de aquel destino cruel.

Sin embargo, Tyler tenía razón, lo que proponía no era algo sencillo, ninguno de los dos esperaba que lo fuera y aun así una pequeña luz creció dentro de Victoria quien solo se alejó luego de decir que era una locura. Locura era estarlo pensando una y otra vez, lo que la llevó a estar desconcentrada de todo a su alrededor.

— Ni siquiera me has prestado atención.

— No es una materia importante. —se defendió Victoria al ser sacada de sus pensamientos por la queja de Thomas al no ser escuchado.

— Lo es.

— Umbridge ni siquiera estará aquí el siguiente año, no es importante saber el capítulo siete de memoria, Thomas.

— ¿Suenas muy segura de que no estará? —Victoria se encogió de hombros.

— Es la maldición del maestro de defensa. —respondió— Quirrell, Lockhart, Lupin, quien sabe cuántos pasaron antes de que llegáramos, ella solo será una en la larga lista. —explicó con un ademán de restarle importancia a la cantidad de personas que pasaron, pero esto quedó en segundo plano cuando una mueca se posó en el rostro de él— Empiezo a creer que duele más de lo que dices.

— Solo arde, no es nada.

— ¿Sigue intentando buscar aquella profecía? —cuestionó.

— ¿Qué sabes de eso?

— Lo mismo que tú, supongo, necesita una profecía que se encuentra en el ministerio, ¿Qué tiene la profecía de Harry Potter que le interesa tanto? ¿Qué es lo que tiene esa pequeña bola de cristal que no deja dormir a nuestro señor?

— ¿Cómo lo sabes? —Victoria sonrió de manera petulante.

— Ya te dije, siempre juego en el lado del ganador.



─ ✦ ─



Los TIMOS eran los exámenes que Victoria siempre supo serían sencillos, nunca se sintió preocupada por tener que rendir dichas pruebas, sentirse con confianza era muy poco para lo que sentía en ese momento.

Se preparó, practicó y estudió cada cosa para poder tener un boletín con solo excelentes, incluso cuando aquella mujer a unos metros no le enseñó absolutamente nada en sus clases más que leer y transcribir, ella iba a sacar un excelente, al menos aquel era su propósito hasta que escuchó en el exterior varios sonidos que llamó la atención de todos.

La mayoría comenzó a mirar a su alrededor en busca de lo que provocaba el ruido, más solo cuando Umbridge salió del gran comedor es que se pudo ver de qué se trataba. Unos fuegos artificiales explotaron en el aire antes de abrirle paso a los gemelos Weasley en sus escobas explotando más de esos mientras las hojas de sus exámenes se esparcían por el aire.

Victoria no pudo evitar reír al ver que sobre ella caía una cantidad considerable de algo que parecía ser confeti, el lugar se llenó de papeles y fuegos artificiales, era un completo espectáculo que terminó con la destrucción de cada uno de los letreros que la mujer colocó a lo largo del año, todos cayeron al suelo causando un estruendo.

Dolores Umbridge no pudo evitar que cada uno de los estudiantes saliera corriendo hacia el exterior, parecía como si su mandato hubiese terminado con la travesura que los pelirrojos hicieron.

Una vez que el alboroto parecía terminado cada uno se fue a distintos lugares, ninguno parecía importarle ya lo que la supuesta suma inquisidora dijera, no cuando contaban con el apoyo de varios profesores para que ignoraran los reclamos que seguía haciendo la cara de sapo.

La Slytherin no podía evitar sonreír al verla irse molesta ante como todos la ignoraban, lo que definitivamente la hizo reír nuevamente, ni siquiera se molestó en ocultar la satisfacción en su rostro al ver la reacción que tenía, sin embargo, su satisfacción se quedó muy poco tiempo.

— Necesito que hagas algo por mí. —dijo Tyler corriendo hacia donde estaba mientras a su costado también venía Camille.

— ¿Qué hicieron? —cuestionó con una sonrisa divertida.

— Debemos ayudar a Harry. —respondió Camille solo para luego corregirse— Tenemos que ayudarlos.

— ¿Por qué debería arriesgar mi pellejo por Potter?

— Hazlo por mí. —dijo Camille en modo de súplica sabiendo que Victoria no movería ni un dedo por Potter o sus amigos.

— ¿Acaso se dan cuenta de lo que piden? —inquirió, ambos asintieron— Me debes una grande Camille.

— ¿Qué hay de él?

— Se lo debía a su hermana.

Tyler asintió y corrieron hacia el despacho de Dolores Umbridge, el trío se escondió al ver cómo Malfoy llegaba junto a sus gorilas con Longbottom, la pelirroja Weasley y Luna Lovegood, ninguno sabía que sucedía, pero aun así se quedaron ocultos hasta que Potter y Granger salieron del despacho junto a la cara de sapo.

— Dos minutos y entran, fíjense que no venga nadie. —soltó Victoria levantándose y entrando al salón, cada una de las miradas se enfocó en ella.

— ¿Qué haces aquí Pieterse? —dijo Goyle, Victoria sonrió y con un desmayo lo dejó en el suelo alertando a los otros.

— Ni siquiera lo intentes. —exclamó sin bajar la varita al ver cómo su compañera de casa alzaba la suya, la puerta se volvió a abrir entrando por ella Tyler y Camille— Denles sus varitas.

— Traidora. —escupió quien sostenía a Ginny Weasley.

— ¿Quieres que empecemos a hablar traidores? Porque tu familia tiene un linaje de traidores muy largo, así que cierra la boca y suéltala.

— Vas a pagar, Pieterse. —musitó Malfoy, pero la mencionada solo volvió a lanzar un desmaius a quien estaba detrás de Luna.

— Tu varita o eres el siguiente. —Draco extendió la varita y Camille la tomó— Ahora todos sentados. —ordenó mientras los guiaba hacia un rincón y con un hechizo los ataba, ninguno podría moverse en un buen rato.

El trio que fue liberado observaron lo que Victoria hizo con cierta sorpresa en su rostro, la sonrisa satisfecha de ella solo les hizo saber que disfrutaba de ver a sus compañeros de casa en esa posición.

— Gracias. —dijo Ginny desviando la mirada de Pieterse. La Hufflepuff y el Slytherin asintieron.

— Vayan con Harry, nos encargaremos de ellos. —exclamó Camille volviendo a poner su vista en Victoria quien con su pie movía el cuerpo inconsciente de Crabbe— Ella lo tiene controlado.

Ending Scene ➳ Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora