ii. iii

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A shame for you.


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Al llegar primero de septiembre Victoria se dirigió hacia la estación como si nada hubiera pasado en el verano, Camille iba a su costado hablando sobre un tema que ella no prestaba atención, estaba más concentrada en ver cómo en la lejanía se encontraba su tío con una sonrisa que podía helar la sangre a cualquiera, pero ella no era cualquiera, una sonrisa de lado se posó en su rostro antes de atravesar el muro.

La Hufflepuff a su costado frunció el ceño al ver a Victoria poner los ojos en blanco y tocarse el puente de su nariz, era una acción que sólo hacía cuando algo la molestaba lo que resultaba en algo muy común.

— ¿Todo bien? —cuestionó deteniéndose en medio del tumulto de estudiantes, la rubia asintió.

— Es molesto que todos me vean.

— Tu casa se quemó, es de lo que todos hablan.

— Qué bueno que mi vida sea tema de conversación. —musitó— A ver si me uno al primer grupo de chismosos.

— Mira el lado bueno de esto. —Victoria alzó unas de sus cejas— Bien, no hay nada bueno, solo quería animar un poco el ambiente.

— Qué reconfortante saber que puedas hacer chistes sobre mi vida.

— Tengo una lista, cuando quieras me dices y te los digo todos.

Victoria puso los ojos en blanco, pero aun así sonrió, acción que hizo que Camille tomara del brazo de su amiga y caminarán el tramo que hacía falta para acceder al tren, el propósito de la perteneciente a la casa de los tejones era no dejar en ningún momento sola a Victoria, incluso cuando esto resultaba imposible al verla soltarse de su agarre y caminar hacia el vagón dónde comúnmente solían estar todos los de Slytherin.

Camille la sostuvo de su muñeca, pero ella se soltó y siguió con su camino dejándola con la mirada perdida por dónde se fue.

Victoria abrió el compartimiento recibiendo otra vez las miradas de todos los que estaban ahí, más eso no le importó y siguió con su camino hacia donde vio a su amigo. La mirada de Thomas Roux se desvió del libro entre sus manos al sentir la nueva presencia, Victoria dejó sus cosas a su costado y se cruzó de brazos mientras su mirada se enfocaba en la ventana.

— Intentar matarme no es algo muy inteligente.

— Querían probar que tan leales eran.

— Bajo la maldición imperius cualquiera lo es. —mencionó alzando una de sus cejas— Lo que no entiendo es porque usarlo, mi familia siempre le ha servido.

— Tu madre no lo hacía completamente, se opuso a la idea de que seas parte de esto.

— Y entonces decidieron que matarnos a mi padre y a mí era lo más lógico. —musitó.

— Tu padre fue un obstáculo, el propósito era llevarte.

— Ahora se dedican a secuestrar, les gusta hacer el trabajo sucio de otros, no sabía que ibas a caer tan bajo.

— Mira, se supone que no debería decirte esto. —musitó Thomas mientras observaba a su alrededor— Enviaron a Hayley a qué te vigilara, ellos creen que estás del lado de Potter por lo que pasó el año pasado.

— No estoy de su lado.

— ¿Entonces dónde te ocultaste este verano? —cuestionó con una ceja alzada— No me interesa si estás con Potter o si estás de nuestro lado, pero te gusta jugarte la vida, ellos no creen que seas tan leal y que Hayley haya abierto la boca para salvar su propio pellejo no sirve.

— Estás ayudando a una traidora, no se ve muy bonito para ti tampoco.

— Eres mi amiga, Victoria. —dijo mientras se encogía de brazos— Solo te estoy dando una advertencia, no me gustaría que seas una de las víctimas de él.

— No pienso serlo.

Thomas la miró y asintió con su cabeza, todos sabían que Victoria era demasiado inteligente como para dejarse descubrir, si ella quería que la vieran lo haría y eso fue lo que pasó el año anterior, ella se dejó salir como si se tratara de un arma secreta que el grupo de Potter tenía oculto, pero Victoria era más que un arma secreta.

Y quizás eso era lo que más le agradaba de su amiga, la Slytherin era inteligente, astuta, no se dejaba pisotear por nadie, pero Thomas sabía que hasta alguien como ella podía tener un punto de quiebre, incluso si no lo veía o admitía en voz alta era una de las cosas que más intentaba mantener al margen, no necesitaba que sus emociones la controlaran.

Victoria soltó un suspiro y se cruzó de brazos mientras observaba de manera desinteresada por la ventana, al menos hasta que la puerta del compartimiento se abrió, los ojos de ella se posaron rápidamente en la puerta, su ceño se frunció al ver que nadie entraba.

— Ahora hasta el tren tiene fantasmas, increíble.

— Al menos habrá en que entretenerse. —inquirió Thomas sin desviar la mirada de la puerta— ¿Qué harás con lo de Hayley?

— ¿Qué te hace creer que haré algo? —cuestionó con una sonrisa a medias.

Thomas volvió a sonreír al saber que en realidad ella sí haría algo, cuando el tren estuvo cerca de llegar a su destino Victoria se levantó de su asiento y se alejó mezclándose entre las personas que se levantaban para tomar sus cosas, Thomas solo la vio escabullirse hasta salir de su campo de visión dejándolo con la incertidumbre de lo que podría hacer.

Victoria era demasiado inteligente para una bruja de su edad y eso era gracias a la misma persona que ahora estaba muerta, su padre le enseñó cosas que en Hogwarts jamás lo harían, su mano se escabulló en su bolsillo hasta sujetar su varita, abrió la puerta del compartimiento y antes de que la persona dentro pudiera hacer algo ella la paralizó.

— Un pajarito me contó lo que piensas hacer Hayley. —dijo Victoria mientras tomaba uno de los mechones de cabello de la mencionada— Una lástima para ti.

Los ojos de Hayley la observaron con miedo mientras que Victoria alzó su varita y pronunció una de las tres maldiciones imperdonables.

Lo siguiente que Thomas vio fue bajar a Victoria y Hayley tomadas del brazo como si fueran amigas de toda la vida.

Ending Scene ➳ Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora