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— ¿Quedarme? —preguntó Victoria con total confusión ante las palabras que Ella Barker dijo, en ningún momento pensó que la mujer le propondría quedarse indefinidamente en su hogar.
No la conocía de nada y aun así le estaba abriendo las puertas de su hogar, no le importó que detrás de ella estuvieran mortífagos buscándola, le extendió su mano y eso le trajo una completa confusión, ¿Por qué arriesgarse con alguien como ella? preguntó muy en el fondo, aun cuando otra parte de su cabeza le decía que se negara a mostrar debilidad al aceptar la propuesta, Victoria tenía que aceptarlo porque Ella Barker tenía razón en una cosa: pronunciar un hechizo sería tener al ministerio y a quienes estén infiltrados ahí.
— No tienes que aceptar, si tienes otro lugar serás libre de irte. —mencionó la mujer de rasgos finos. Victoria desvió la mirada hacia la ventana solo para cruzarse de brazos.
— Podemos llevarte con Camille si así lo quieres. —comentó Tyler ganándose su atención.
— No sería lo más inteligente, salieron de un ataque por mortífagos no quiero que pasen otro solo por tenerme ahí.
— Están siendo protegidas, tú también estarás siendo protegida.
— ¿Ahora van a querer proteger a una hija de mortífagos?
— Yo también lo soy Victoria, la mayoría de mi familia lo fue, si decides seguir los pasos de tus padres o los propios tuyos es tu elección, ahora tienes elección.
— ¿Entonces por qué usted volvió a ese lado? —Inquirió con una ceja alzada— Garrett Thompson es un fiel seguidor de él y aun así se casó y hasta tuvo hijos.
— ¿Crees que no cumplía un papel ahí? —preguntó con una sonrisa de lado— Oh Victoria, sé que eres más que esa cara bonita, a veces tienes que ser más inteligente que tus enemigos, eres una Slytherin, una sangre pura criada con el pensamiento de que estar rodeados de sangres sucia es el peor de los castigos y aun así te uniste al ED, te fuiste en contra de los de tu propia casa, tú y yo jugamos en ambos lados de la moneda, te estoy extendiendo mi mano, pero si quieres correr como otro mortífago no te detendré.
Victoria sonrió.
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— ¡Tori! —exclamó Camille llamando la atención, dejando a Victoria a unos pasos sorprendida por la presencia de su amiga en aquella casa en medio de la nada.
— ¿Qué haces aquí? —preguntó mientras era envuelta en sus brazos.
— Mi abuela me dijo que te quedabas aquí.
— ¿Tu abuela?
— Es parte de la orden del fénix, se les informó que estabas aquí, quieren saber cómo vas a regresar a Hogwarts sin tener que usar la estación.
— Parece como si supieras varias cosas.
— La abuela me dio un breve resumen, eso fue lo único que supe.
— ¿Entonces no sabes por qué estoy aquí? —Camille negó— Bien, no lo necesitas saber.
— ¿Dónde quedó el contarnos todo?
— En la basura. —Camille le dio un golpe que la hizo sonreír un poco.
— Es bueno que pudieras salir de tu casa.
— Tardaste mucho en venir. —dijo para cambiar de tema.
— Bueno, la abuela no quería decirme nada al principio. —dijo en un murmullo para luego tomar la mano de Victoria y llevarla al interior de la casa— Además antes de venir tenía que traer algunas cosas.
— Creímos que necesitarías un uniforme y tus materiales para el inicio de clases. —explicó una mujer de cabellos casi blancos que salía de la cocina junto a la madre de Tyler— Camille ve afuera con tu hermana.
— Pero abuela...
— Camille. —advirtió, la adolescente rodó los ojos y salió de ahí.
— Tu casa ha sido quemada, no queda nada de ese lugar. —dijo Ella a lo que Victoria la miró con el ceño fruncido— Se cree que tú madre está bajo el hechizo imperius, ha dicho que fue un ataque y están en otro lugar, tendrás que mentir.
— ¿Fue ella la que quemó todo?
— Probablemente.
— Mamá no tiene la marca tenebrosa, suena lógico que tengan que usar otro método. —musitó— Camille habló de cómo piensan que voy a volver a Hogwarts.
— Creen que no es seguro que vayas a la estación, no eres la única ahí que tiene padres mortífagos.
— Sin embargo, no atacarán ahí con tanta gente. —dijo Ella poniendo los ojos en blanco ante las palabras de la otra mujer— Tómalo como protocolo de seguridad, lo mismo ocurrió con Nina el año pasado.
— ¿Puedo elegir esta vez?
— Si/No. —Ella puso los ojos en blanco y bebió de su taza.
— No quiero ocultarme, no soy una vil rata que se esconde. —Ella sonrió a medias y Victoria lo pudo ver incluso si lo tapaba con la taza— Tiene razón, no atacarán si hay demasiadas personas viendo, todavía tienen que ocultarse hasta que decidan atacar completamente. Voy a correr el riesgo.
— Es peor que tú hija.
— No lo sacó de mí. —murmuró Ella con un tono de diversión en su voz sin embargo Victoria pudo ver cómo el brillo que tenía en sus ojos se desvaneció ante aquellas palabras.
Victoria era una persona que solía fijarse en varias cosas, esa fue la razón que la llevó a cuestionarse el porqué del cambio de ambiente en el lugar, la abuela de Camille alcanzó la mano de la mujer quien solo sonrió para mostrar que estaba bien, pero todos ahí sabían que no lo estaba, más Victoria desconocía la razón, no sabía que la llevó a que su actitud decayera ante la mención de su hija.
Con el paso de los días Victoria Pieterse notó que la familia Thompson guardaban más de los secretos y misterios que padres e hijos querían ocultar, siempre supo que la perfección que el patriarca de aquella familia quería aparentar se rompió cuando su hija mayor fue seleccionada a Gryffindor, pero en aquella pequeña convivencia con los únicos dos integrantes de esa familia supo que aquella perfección nunca existió.
Ni Ella, Nina o Tyler eran la perfección que Garrett Thompson quería y aun así seguían con sus vidas como si la opinión de aquel hombre y los otros no existiera, jamás vio a Nina preguntarse en las consecuencias de juntarse con los Weasley o aquella hija de muggles, así como tampoco vio el miedo de los ojos de Tyler cuando empezó a salir con aquella impura o la elección de sus amistades.
Fue aquella realidad que hizo a Victoria darse cuenta de que solo necesitaba un empuje para librarse de lo que siempre le había perseguido y ahí lo encontró.
