Acababa de aparcar el mini en mi plaza de garaje cuando el escarabajo blanco de la mañana anterior aparcó a mi lado.
Tras bajar del escarabajo, me di cuenta de que el conductor era Ashby.
–Buenos días –saludé acercándome a él.
–No... no es mío, es de mi madre yo... no tengo coche –se excusó al verme mirar a su coche.
–Funciona ¿no? –él asintió–. Entonces es perfecto.
Su vergüenza desapareció aunque el rubor de sus mejillas se hizo más intenso.
–Será mejor que subamos, o llegaremos tarde a la reunión con los inversores y el directivo –habló Ashby y ambos nos dirigimos al ascensor.
Habíamos estado comentando el proyecto del barrio abandonado entre nosotros, ya que al parecer los inversores eran bastante estrictos y necesitaban conocer al detalle el plan.
–¿Y qué hay del presidente y el Sr.Hawthorn? ¿Serán tan estrictos como los inversores? –pregunté. Siempre necesitaba saber cada detalle de lo que me rodeaba para poder preparar una reacción según las hipotéticas circunstancias.
–El Sr. Hawthorn suele calmar los ánimos de los inversores, puede ser un capullo con las mujeres pero en éstas ocasiones es nuestro mejor respaldo. Respecto al presidente, suele dejar el peso de las decisiones a Hawthorn. No será un problema. Realmente desde que el Sr. William Dixon se retiró, ésta empresa la mueve Levi.
–¿El Sr. Dixon se retiró? –pregunté sorprendida– ¿Y quién es el presidente ahora?
–William Dixon Jr. su hijo –respondió, parecía incrédulo ante mi falta de conocimiento ante el tema.
–Veo que tienes controlado todo, será mejor que tú seas el cerebro por ésta vez y yo seré la cara bonita, pero no te acostumbres, no dejaré que esto pase de nuevo –respondí y tras mirar el reloj deduje que era hora de entrar a la sala de reuniones.
–Está bien, la próxima vez yo seré la cara bonita –respondió Ashby sonriendo y entrando en la sala.
Me gustaba aquel chico, era divertido y cercano. Resultaba agradable tener a alguien con quien relajarse.
Entramos en la sala de reuniones, en el medio de ella se encontraba una gran mesa de madera color caoba rodeada de sillas tapizadas en cuero. En una de ellas se encontraba el Sr.Hawthorn, que parecía preparar la reunión. Al sentirnos, levantó la vista y me miró con una amplia sonrisa.
–Sr. Scott–tendió su mano a Ashby dándole un apretón.
Tras ello, se levantó de la silla y se acercó a mí, agarrando mi mano con delicadeza, y volviéndome loca con el tacto de su piel. Una sensación tan profunda, que se hizo aún más tentadora tras sentir el roce de sus labios en mi mano.
–Srta. Ross.
–Sr. Hawthorn –respondí lanzándole una mirada seductora.
De nuevo, las puertas se abrieron, y entraron los que parecían ser los inversores. Tres hombres, probablemente superando los 60 años, con sus trajes de Armani y sus caras largas.
El Sr.Hawthorn nos pidió a todos amablemente que nos sentásemos.
Ashby y yo nos sentamos en una esquina, justo enfrente del Sr.Hawthorn.
Finalmente, la puerta se abrió de nuevo, y sentí a mi corazón saltarse un latido. Un hombre entró con paso decidido, probablemente cercano a la edad del Sr.Hawthorn, con un perfecto traje negro que marcaba su estilada figura a la perfección. Su pelo, castaño y despeinado le daba un aspecto salvaje junto con aquellos ojos grises oscuros que hicieron que mi temperatura corporal aumentase considerablemente.
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Killing Gea (hot)
RomanceTras aquella traumática noche, Gea Ross decide que nunca debe confiar en los hombres de nuevo. Se niega a sí misma cualquier sentimiento hacia ellos, excepto el más puro placer sexual. Sus muros se tambalearán cuando conozca a Levi, Ashby y William...