Capítulo 39

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–Deberías comer algo nena –habló Axel mientras me acercaba un bol de arroz.

–No tengo demasiado hambre ––traté de esbozar una sonrisa––. Me resulta extraño estar aquí, y me quita el apetito. Espero acostumbrarme pronto.

Tenía que fingir que me sentía afortunada de estar allí y contenta de volver a estar junto a Axel. Había comenzado incluso a pensar en iniciar una carrera como actriz si es que alguna vez conseguía salir de ésta.

–Está bien –me sonrió–. Mañana saldré a comprarte ropa y cualquier cosa que necesites para que te sientas mejor. Te prometo que no estaremos mucho tiempo aquí. Estoy hablando con unos viejos amigos que nos conseguirán documentos falsos para viajar a Europa y allí podremos iniciar una nueva vida.

A pesar de no estar comiendo nada sentí que me atragantaba. ¿Europa? En el momento que abandonase el país sería mucho más complicado volver a casa.

Sonreí, intentando seguirle el juego.

Narra William

Ashby y yo nos quedamos expectantes ante la afirmación de Levi. Si sabía cómo encontrarla, lo único que nos quedaría sería ir a buscarla y traerla a casa.

–Las blackberrys de la empresa llevan un localizador instalado, si Axel no se deshizo del teléfono, deberíamos tener las coordenadas exactas de su situación –explicó–. Necesito un ordenador.

–Ya le ha oído Sra. Gibbons –ordené a la mujer que trajese un ordenador con rapidez y después me volví a dirigir a mi mejor amigo–. ¿Acaso controlas a los trabajadores?

–Sólo en horario de trabajo, así se quienes están siendo productivos y quienes no –respondió encogiéndose de hombros–. Los negocios son salvajes.

–Desde luego –por primera vez desde que conocí que Gea había desaparecido sonreí. Adoraba a ese hombre.

–¿No atenta un poco contra la intimidad de los trabajadores? –hablo Ashby, molesto ante aquel descubrimiento.

–Descuida, tú no tendrás problema, siempre estás donde debes estar –se rió Levi del muchacho.

Rápidamente, la Sra. Gibbons apareció con mi ordenador portátil, el cual posó sobre la mesa del salón junto a la que se sentaba Levi.

Así pues, me acerqué y senté junto a él, iniciando con impaciencia el sistema operativo.

De igual manera, Ashby se sentó junto a nosotros, esperando poder aportar algo en la búsqueda.

Cuando el ordenador estaba completamente iniciado, Levi introdujo la página web que necesitaba en el buscador. Una vez allí, tecleó el número de teléfono de empresa de Gea y permitió al programa iniciar la búsqueda.

Los tres se encontraban nerviosos, moviéndose inquietos mientras esperaban la respuesta del programa.

–¿Cómo de preciso es el programa? –preguntó Ashby.

–Muy preciso –respondió Levi.

Finalmente, el programa mostró un aviso en la pantalla.

–Está en una fábrica de vías en Cleveland –leí en alto.

–Será mejor que nos pongamos en marcha entonces –habló Ashby.

–No tan deprisa, no podemos presentarnos allí a la ligera ––respondió Levi.

–¿Tienes un plan mejor? –pregunté molesto ante su paciencia.

–Desde luego que sí, vayamos a mi casa primero –contestó y se levantó de la silla, dirigiéndose hacia la puerta.

Tanto Ashby como yo le seguimos desconcertados, odiaba que estuviésemos tardando tanto en actuar, pero si algo había aprendido durante los años que había pasado junto a Levi, era que debía confiar en él ciegamente.

Nos subimos ésta vez al todoterreno que los miembros de seguridad de Levi conducían, y nos dirigimos a su casa tratando de sonsacar a Levi su plan.

Sin embargo, se mostró reacio a decir nada hasta llegar a su hogar.

Una vez allí, nos llevó directos a su despacho de trabajo, dónde abrió uno de sus armarios con llave, dejándonos estupefactos con lo que había en su interior.



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¡Buenas tardes bellas flores! ¿Qué tal todo? Aquí está el nuevo capítulo de KG. ¿Creéis que llegarán a tiempo antes de que Axel y Gea abandonen Estados Unidos?

No olvidéis votar y comentar!


Un besazo, 


–G.Bo

Killing Gea (hot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora