Aunque el aumento de sueldo había hecho el día menos duro, era imposible negar que se había tratado de una jornada intensa. Aún siendo de noche, Ashby y yo nos dirigimos a mi casa para continuar trabajando.
–Deberíamos poner un aislamiento básico dentro del pladur, o los gastos superarán el presupuesto, tal vez incidir en el térmico pero no en el acústico –habló Ashby que estaba sentado en mi sofá descalzo con las piernas cruzadas.
–Bien pensado Scott –le sonreí– ¿Sabes qué deberíamos hacer también? Cenar.
Asintió y dejó sus papeles sobre la mesa.
Llamamos al restaurante chino a dos calles del piso. Pedimos bastante comida, ya que el trabajo nos había impedido comer apropiadamente durante el día.
Cuando el repartidor llamó a mi puerta, le di un billete de veinte dólares y me quedé con la bolsa que traía en la mano.
–No deberías haber pagado tú –dijo Ashby con los brazos cruzados y una mueca. Era adorable cuando se sentía molesto.
–¿No te he contado que me han subido el sueldo ésta misma mañana? –me reí.
Sacamos los envases de la bolsa y cogí un par de tenedores de la cocina ya que ninguno de los dos éramos muy hábiles con los palillos. Me senté junto a él, ambos cruzados de piernas sobre el sofá.
–¿No habrá problema con que llegues tarde a casa hoy? –le pregunté mientras probaba el arroz tres delicias que resultaba ser blando y sabroso.
–Llamé a Lola ésta tarde y le pedí que se quedase con mi madre más tiempo –respondió introduciendo su tenedor en el envase de los tallarines–. Es una chica responsable y amable con mi madre, sé que estando ella se encuentra en buenas manos.
Le miré mientras se comía aquellos tallarines, pensando que no había nadie tan bueno en éste mundo como él.
–Debe ser un placer ser una de las mujeres de tu vida –dije en voz alta sin poder dejar de sonreírle.
Su presencia provocaba en mí la misma sensación que el ver a un niño haciendo alguna cosa divertida. Era imposible no sonreír ante tanta ternura.
–Por el momento es la única que quiere formar parte de ella –puso una mueca–. No las culpo, no es que todas las mujeres del mundo se mueran por un chico como yo.
–Eso no es así Ash, si yo quisiese una relación seria la primera persona en la que pensaría sería en ti –respondí borrando mi sonrisa. Odiaba que alguien como él se infravalorase tanto.
–Oh Gea, creo que jugamos en ligas distintas, ¿por qué una mujer como tú, con un hombre como Levi detrás, me escogería a mí? Vivo con mi madre, no es que sea muy agraciado, y mi idea de sábado perfecto es pizza y videojuegos –a juzgar por sus palabras y su expresión, no se creía en absoluto lo que acababa de salir por mi boca.
–Tienes muchas cosas buenas que no valoras Ash –respondí dejando mi comida en la mesa y acercándome a él más aún. Nuestras piernas se rozaban y yo apoyé mis manos en sus gemelos. Se puso tenso y tomó ejemplo, dejando su comida también sobre la mesa–. Yo viviría con mi madre si pudiera. Tampoco disfruto saliendo los sábados, ya que nunca fui demasiado popular y me hice a estar sola. Y por último Ash, si hay algo que no consentiré nunca que digas es que eres “poco agraciado”, yo no sé a quien miras tu en el espejo, pero yo tengo delante a un chico guapísimo de ojazos azules a quién me gustaría besar ahora mismo.
Me maldije por dentro por haber dicho aquellas palabras, yo no era buena para Ashby. Él se merecía algo mejor y tentarle a caer en mis redes no haría más que hacerle daño.
Se había sorprendido ante tal afirmación, podía adivinar que se había quedado incluso sin palabras.
Sabía que no debía hacerlo, pero acerqué despacio mi mano derecha a su cara. Acariciando su mejilla, suave y bien afeitada. Sus ojos me miraban suplicantes, estaba esperando a que diese el paso.
Observé sus labios, y pasé mi dedo con delicadeza sobre ellos, mientras su mirada no se apartaba de mis ojos.
Finalmente, acerqué mi rostro al suyo, despacio, rocé mi nariz con la suya, y pude sentir su calor y su fresco olor, y cómo su respiración se aceleraba.
Por fin, mis labios se juntaron con los suyos, primero en un roce casual entre ellos, despacio y disfrutando el momento. Con la misma delicadeza el beso se hizo más intenso, abriendo nuestras bocas y utilizando nuestras lenguas.
Él comenzó a acariciar mi pelo, con la misma suavidad que me besaba.
Mi cuerpo necesitaba más, y fue en ese momento en el que me sentí aterrada. No podía hacerle esto a Ashby, no a él.
Me aparté con cuidado de él, no sin antes darle un último beso en los labios. Su rostro mostraba satisfacción pero también duda.
–Será mejor que sigamos trabajando –le sonreí, intentando restar importancia al asunto.
Y me odié por desearle tanto y tener que apartarle de mi, de la persona rota y estropeada en que Gea Ross se había convertido.
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¡Buenos días! Perdonad la ausencia de los últimos días. He estado trabajando desde por la mañana hasta por la noche y no he tenido ocasión de escribir y actualizar. Pero por fin aquí está el nuevo capítulo! Espero que lo disfrutéis.
De nuevo os agradezco muchísimo vuestros votos y comentarios, y para aquellos que tan sólo me leeís también muchísimas gracias!
Para todos, me gustaría que me comentaséis y dijeséis qué es lo que más os gusta de Killing Gea y qué es lo que menos, cualquier crítica resultará constructiva :)
Sois los mejores!
-G.Bo
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Killing Gea (hot)
RomanceTras aquella traumática noche, Gea Ross decide que nunca debe confiar en los hombres de nuevo. Se niega a sí misma cualquier sentimiento hacia ellos, excepto el más puro placer sexual. Sus muros se tambalearán cuando conozca a Levi, Ashby y William...