Dangerous Obsession - [𝐈𝐳𝐳𝐲 𝐒𝐭𝐫𝐚𝐝𝐥𝐢𝐧]

Capítulo 9

—¿Hola?
—"¿Dónde estabas?" —preguntó. Me tensé al escucharlo.
—Haciendo unas cosas —contesté.
—"Bueno, no importa. Llamo para decirte que el viernes tenemos una fiesta muy importante a la que debemos ir los dos".
—¿Es necesario Frank?
—"Muy necesario Izzy, necesito que la sociedad te vea como el futuro heredero de la firma. Tienes que estar ahí".

Recordé lo de la cita con Beth y maldije por lo bajo. Suspiré levemente.

—Está bien, no me queda otra. ¿Dónde estás? —pregunté.
—"Mañana llego, estoy en Paris".
—Mañana te llamo.
—"Okey, adiós".
—Adiós —colgué.

Al día siguiente la Universidad se me hizo más tediosa de lo normal, mi padre ya me había arruinado la semana diciéndome que el viernes tenía que ir a la maldita fiesta de la alta sociedad.

Ir a ese lugar a aparentar algo que verdaderamente no soy. Ir a soportar a toda esa gente suspicazmente perfecta.

Mi cita con la morena quedó en stand by ya que a ella también se le presentó un compromiso importante para esa noche.

Hoy es jueves y adivinen qué. Adelanté mi cita de esta semana a hoy en la noche. La chica había aceptado encantada salir conmigo hoy y no esperaba menos.

—Oye, ¿vas a salir esta noche? —quiso saber Steven. Me giré a verlo mientras nos acercábamos a la mesa en donde estaba sentado Axl. Nos sentamos y este nos miró.
—Sí, esta noche tengo acción —dije sonriendo triunfalmente.
—¿Quién es? —preguntó el pelirrojo.
—Muchachos, no voy a decirlo.
—¿Y qué pasó con Elizabeth? —preguntó ahora Steven.
—Beth... tranquilos, antes del martes que viene ya habrá pasado por mi cama.
—De eso no estamos muy seguros, amigo —Axl palmeó mi hombro.
—Me temo que vas a darnos 400 dólares, y gracias a eso, tendré los cigarros del mes pagos —acotó Steven.
—Ya verán que sí —aseguré. Beth se acercó a nosotros.
—¿Qué hacen? —nos preguntó.
—Decíamos que la semana que viene Izzy nos tendrá que dar 400 dólares a cada uno de nosotros —le contó Axl.
—¿Ah sí? ¿Por qué? —quiso saber ella.
—Porque apostó algo con nosotros y estamos completamente seguros de que no ganará.

Beth rio por lo bajo y me miró.

—¿Se puede saber en qué lío andas? —preguntó—. Escuché a la tonta de Amanda diciendo que ibas a salir con una tal... Jeline. Estaba como loca.
—No tengo ni la más mínima idea de lo que estás hablando —contesté haciéndome el tonto. Axl y Steven me miraron pícaros.
—Tendrías que tener un poco más de consideración. Algún día, alguna de todas las chicas con las que sales va decidir matar a otra por tu culpa —me dijo y se puso de pie—. Los veo luego chicos, tengo que hacer unas cosas.

Se fue, dejándonos solos.

—Ella tiene razón Izzy —me habló Steven—. Algún día vas arrepentirte de todo lo malo que has hecho.
—Y ha hablado el santo de los santos —acotó Axl.

Reí por lo bajo al ver cómo comenzaban a discutir, pero traté de llevar mis pensamientos a otro lado, necesitaba pensar en otra cosa.

La noche llegó y la hora de mi cita también. Habíamos quedado en encontrarnos en el restaurante de un lujoso hotel en el centro de la cuidad. Yo tenía algunos contactos por ahí, así que siempre conseguía un buen lugar y la mejor atención.
Moví su silla para que ella se sentara.

—Muchas gracias —dijo con una leve sonrisa. Le devolví el gesto y me senté frente a ella.
—¿Qué quieres beber?
—Lo que tú quieras —respondió y sentí el roce de uno de sus pies sobre mi pierna. La miré y me hizo un gesto con las cejas.
—Pidamos champaña.