Capítulo 5

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—Imagino que tienes una buena razón para despertarme tan temprano —murmuré adormilado y a la vez rabioso por el sueño robado a causa de mi amigo.
—¡Sí que la tengo! ¡Es martes y tienes que llegar a todas las clases! —respondió Steven recordándome mis responsabilidades.
—¡Ya estaba despierto! —mentí.
—Sí, lo que tú digas Izz —lo escuché subirse a su auto—. Recuerda que tenemos clase con la Sra. D, así que saca tu culo de la cama y muévete. Tienes exactamente 20 minutos. Pasaré por tu casa, más vale que te vea sobre tu moto, con unas enormes gafas negras para tapar la resaca que debes tener, dirigiéndote hacia la institución que tú, con todo cariño, llamas el purgatorio en la tierra.
—Prácticamente ya estoy en la moto —respondí gruñendo.
—Por lo menos péinate y arréglate un poco —me dijo como si fuera un niño. Sonreí por lo bajo.
—Me urge acostumbrarme a estas horas de entrada —bufé mientras sacaba ropa del armario y entraba al baño—. Por cierto Steven...
—¿Sí?
—Gracias.
—No es nada hermano.

Corté el teléfono y terminé de vestirme. Salí del baño y entré en la cocina para tomarme rápidamente un café. Reí por lo bajo al pensar que Steven ahora debía estar intentando despertar a Axl.

Terminé el café y tomé mis cosas. Salí de la casa y me acerqué a mi linda moto. La única mujer que nunca me reprochaba nada.

A lo lejos vi el auto de Steven y sin seguir dando más vueltas prendí mi moto y seguí su auto hacia la institución. Minutos después, ya nos encontrábamos frente a la Universidad.

—Steven, ¿acaso nunca te cansas de ser tan responsable? —preguntó Axl con una nota de admiración en su voz, y se recargó en el coche del rubio en el lugar habitual donde nos reuníamos antes de entrar a clases.

De alguna forma había logrado que Axl se levantara de la cama para llegar temprano y hasta tuvo tiempo de ir a una cafetería y traernos cafés para los tres.

El aludido sólo se encogió de hombros.

—Solamente trato de asegurarme de que mis futuros socios no sean unos completos y verdaderos inútiles —dijo quitándole importancia y mirando distraídamente hacia otro lado para evitar las miradas de gratitud de nosotros.
—De todos modos, un día de estos te lo retribuiremos —aseguré mientras sorbía un poco de café y miraba hacia otro lugar al igual que Steven, todo en un intento porque la situación no se volviese más sentimental de lo que ya era.
—¡Eso es un hecho! —afirmó Axl mientras le daba un golpecito afectuoso a Steven.

Ciertamente Axl era el más afectuoso de los tres, Steven era el responsable y eso me dejaba a mí en lugar de... soy el rebelde del grupo. Esa conclusión me hizo sonreír.

—¿Ves? ¡Hasta Izzy está sonriendo! Somos tan afortunados al tenerte Steven —dijo y le dio otro golpecito, esta vez uno más fuerte provocando que el rubio derramara un poco de su café.
—¡Genial! ¡Está hirviendo Axl! —exclamó cambiando la taza de mano y secándose la otra en la ropa de pelirrojo.
—Lo siento —murmuró resignado sin importarle que se secara en él.
—Mira quien viene ahí —dijo Steven mientras prendía un cigarrillo y hacia que Axl sostuviera su café—. ¿No fumas hoy? —me preguntó sorprendido.
—Esta mañana es más urgente tomarme este café para despabilarme un poco —respondí.

En ese momento, el auto al que Steven había llamado mi atención, estacionó al lado de mi moto justo enfrente de donde estábamos nosotros reunidos.

De ahí bajo primero Evans, el cual fue al otro lado del auto y le abrió la puerta a... Beth...

Esta bajó con cuidado y tomando su bolso, le entregó una amable sonrisa a su compañero y se dispuso a caminar dentro de la universidad.

—¡Buenos días Beth! —le habló Axl. Ella dirigió su mirada a nosotros y sonrió levemente.
—Buenos días —saludó ella haciendo que Evans me dirigiera una mirada recelosa para luego llamar la atención de ella con alguna conversación insulsa y vacía.
—Está bien creo que ya me despabile, dame un cigarrillo —le pedí al pelirrojo.
—Te lo terminas en el camino, ya es hora —avisó Steven mientras se adelantaba unos pasos de nosotros—. Vamos, arrastren sus dormidos traseros hasta el aula.
—¿Qué le pasa a éste que siempre está demasiado despierto para mi gusto por las mañanas? —preguntó en un susurro Axl.
—¡Escuché eso Rose! ¡Muévete!
—Amigo, lo que tú necesitas es relajarte —refutó el pelirrojo.

Dangerous Obsession - [𝐈𝐳𝐳𝐲 𝐒𝐭𝐫𝐚𝐝𝐥𝐢𝐧]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora