Capítulo 40

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Suaves gemidos escapaban de sus labios que eran rápidamente acallados por los mios. Besé cada centímetro de su piel que estaba a mi alcance mientras aún me movia dentro de ella.

—Izzy... —gimió mi nombre mientras sentía que poco a poco la iba llevando a su climax.

Mordisquee sus labios y tironee de ellos con suavidad mientras me movía despacio sosteniendola entre mis brazos. Ella entrelazó sus piernas con las mias y me mantuvo cerca.

—Quiero que sepas una cosa —le hablé agitadamente. Sus ojos se clavaron en los mios. Me acerqué a ella y rocé su nariz con la mia—. Yo quiero hacer el amor contigo... hoy, mañana... pasado mañana y por muchas, muchas noches más.

No sé cómo fue, pero ella giró sobre el colchón y quedó sobre mí. Gruñí fuertemente al sentirla así, salvaje... mojada... completamente mía. Comenzó a moverse suave sobre mí y era tan placentero verla que no pude contenerme. Me senté y capturé sus labios en un caliente beso.

—Y yo quiero que lo hagas... —respondió agitada y soltando apenas mi boca.

No sé cuanto tiempo estuvimos así y tampoco era que me importaba. Por mí iba a estar dentro de ella toda la noche, pero entonces sentí que tenía que liberarme. La tomé de las caderas y la empujé más cerca de mí. Ella boqueó y se aferró a mi cuello mientras me mordía levemente el hombro. Luego de unos segundos, gimió mi nombre al corresre en mis brazos. Me recosté con ella y giré atrapándola de nuevo.

Besandola otra vez, aceleré mis embestidas buscando mi propia paz. Y cuando la encontré, no cerré los ojos, sólo bajé la mirada hacia ella. Beth respiraba con dificultad, sus labios estaban rojos y un poco hinchados. Levantó su mirada para encontrarse con la mía. Me sonrió y levantó su mano para acariciar mi rostro. Entonces supe que no había nada que yo no hiciera por ella. Si ella quería sería capaz de bajar al infierno y matar al mismo diablo sólo para hacerla feliz.

Maldije por lo bajo ante el pensmiento. Me estaba por apartar de ella pero me tomó de la barbilla e hizo que la mirara.

—No te atrevas a alejarte de mí —me ordenó y luego me besó ferozmente.

Apenas podía respirar al sentirla con cada fibra de mi ser. Su pequeño y femenino cuerpo debajo del mío. Pero el calor de sus labios y el valor de su intrépida voluntad eran los que me calentaban.

El fuego de su pasión ardía a través de mi haciéndome sentir vulnerable y al mismo tiempo fuerte y decidido. Soltó levemente mis labios, entonces la miré a los ojos y luego bajé sobre ella para poder apoyar mi cabeza sobre su pecho.

—¿Escuchas la lluvia? —pregunté.
—Sí —contestó sin dejar de acariciar mis cabellos.
—¿Sabes qué escucho yo?
—¿Hmm?
—Escucho tu corazón...
—¿Y qué te dice mi corazón?
—Me dice: Más te vale Stradlin que te quedes porque sino te juro que te vas a arrepentir de haberme hecho latir como loca —ella rio divertida haciéndome levantar la cabeza para mirarla.
—¿Y qué dice el tuyo? —preguntó curiosa.
—¿Por qué no lo escuchas tu misma? —sugerí y me giré en el colchón para que ella quedara sobre mi pecho. Se apoyó suavemente colocando su mano izquierda en el lado derecho de mi pecho. Con mi mano acaricié su espaldq—. ¿Y? ¿Qué te dice?
—Me dice: Cariño, ¿por qué no lo repetimos? Fue muuuuy interesante participar esta vez... aunque debo confesarte que la primera vez también participé —dijo levantando su cabeza para mirarme—. ¿Eso es lo que está diciendo?
—Exactamente eso es lo que está diciendo —confirmé sonriendo de lado.

Sonriente, se acercó a mí besando dulcemente mis labios. Respiré profundamente y su perfume invadió mi cuerpo. Qué agardable era oler a ella...
Mordió mis labios traviesamente. Arquee una de mis cejas y me alejé con cuidado.

Dangerous Obsession - [𝐈𝐳𝐳𝐲 𝐒𝐭𝐫𝐚𝐝𝐥𝐢𝐧]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora