Capítulo 55 (final)

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Asentí mientras él decía el lugar. Yo sabía perfectamente en dónde quedaba. Cuando era niño me escondía de mi padre en aquel galpón que estaba detrás de la casa...

—Sí, sé donde queda —dije y todos me miraron.
—Bien, enseguida mando unas patrullas —contestó él.
—No, yo voy —dije y corrí para salir del lugar.
—¡No, espera! —gritó él.

Salí y encontré el auto de mi madre. Me subí rápidamente a él y comencé a manejar. Tenía que llegar a ese lugar antes de que fuera demasiado tarde. Giré mi cabeza hacia atrás para ver como todos comenzaban a seguirme en sus autos. Unas cuantas patrullas de policía también iban detrás de mí. Aceleré y me pasé varios semáforos en rojo, pero nada de eso me importaba ya. Sólo necesito llegar a ese lugar y sacarla de allí...

Me bajé corriendo del auto mientras todos los demás se detenían detrás de mí. Uno de los policías me agarró del brazo.

—No, es mejor que no entres —me dijo y lo miré.
—Voy a entrar —aseguré a la vez que me soltaba de él y comenzaba a correr hacia allí.
—¡No, Izzy! —escuché la voz de mi madre.

Me giré a verla y vi su angustia. Negué con la cabeza y volví a correr para dirigirme a la entrada de aquel viejo galpón.

Llegué y con cuidado abrí la puerta de chapa. Todo se veía oscuro y silencioso. Entré del todo y comencé a caminar por allí.

Todo estaba lleno de cajas y latas de pintura. Había ratas y bichos pero nada de eso me importó. Seguí caminando hasta que escuché su voz a lo lejos y me acerqué más hacia el lugar.

—Pronto todo terminará, Elizabeth —habló él.

Me asomé y allí estaba; parado frente a ella mientras sostenía un arma con la que jugaba sin prestarle atención. Ella estaba sentada y atada a una silla. Un pañuelo sobre su boca le impedía hablar pero su rostro estaba empapado en lágrimas.

—Todo es una lástima, ¿sabes? —se detuvo frente a ella y la apuntó con el arma, justo en la cabeza. Beth cerró los ojos con fuerza—. Todo hubiese sido distinto si Izzy sólo me hubiera escuchado. Pero no lo hizo. Está como idiotizado por ti y yo no puedo permitir eso. No puedo permitirlo —la miró y sonrió—. Abre los ojos querida, quiero que veas —ella lo obedeció y le sostuvo la mirada—. ¿Hay algo que quieras decir antes de morir?

Mi corazón se detuvo y la respiración abandonó mi cuerpo. Ella asintió levemente y entonces él sonrió mientras le quitaba el trapo de la boca.

—Yo... yo amo a Izzy —respondió temblorosa. Tuve ganas de entrar allí corriendo, pero si lo hago, él puede hacerle daño. Tengo que encontrar la forma.
—Todas dicen lo mismo —aseguró él.
—No, no estoy mintiendo. En verdad lo amo.
—Y si lo amas, ¿por qué no lo dejaste? Tuviste que haberlo hecho si lo amabas. Pero no, decidiste no hacerlo. Entonces no lo amas querida.
—¿Por qué hace esto?
—Ya se te acabó el tiempo para las preguntas —dijo y le quitó el seguro al arma. La colocó bien sobre su cabeza y ella volvió a cerrar los ojos.
—¡No! —exclamé saliendo de mi escondite dejándome ver. Él se giró a verme.
—Izzy —susurró ella temblorosa.
—Todo va a estar bien, mi amor. Voy a sacarte de aquí, lo prometo —le dije sin dejar de mirarla. Ella asintió y soltó unas cuantas lágrimas.
—Vaya —interrumpió mi padre y se alejó de Beth para comenzar caminar en círculos—. Viniste hijo, ¿viniste a ver la muerte de tu novia?
—Suéltala Frank, se terminó.
—Si entendieras las cosas hijo, sabrías porqué hago lo que hago.
—Sólo quiero que la sueltes —dije y me acerqué un poco más a él, pero éste retrocedió levemente y apuntó de nuevo a Beth—. Mátame a mí.
—¡No! —chilló Beth.
—¿Morirías por ella? —la miré y ella negó con la cabeza sin dejar de llorar.

Dangerous Obsession - [𝐈𝐳𝐳𝐲 𝐒𝐭𝐫𝐚𝐝𝐥𝐢𝐧]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora